Sol se puso nerviosa con la llegada de Warren a la casa de su amiga, ni siquiera era capaz de conectar con sus ojos y cuando lo hacía tan solo permanecía mirándolo durante un corto tiempo, quería a toda costa evitar que Luna se diera cuenta de esa interacción diferente, que empezara a sospechar, suficiente con lo de la llamada. —Gracias al abuelito podré tener dulces para toda la semana —comentó la pequeña alegre con el regalo de su abuelo. —Ya dije que tenías que comer con moderación los dulces, eh —apuntó su madre con cariño, a lo que ella asintió haciendo un puchero —. Aprovecharé y te recordaré que tenemos que ir al odontólogo un día de estos, tu cita se ha reprogramado tantas veces, creas que te vas a zafar. Y la pequeña se tapó la boca inmediatamente, le tenía terror a los odontólogos, la última vez que fue, el llanto no se detuvo por media hora, menos mal la especialista era amable y delicada, quién también tenía mucha paciencia y pudo lidiar tranquilamente con la niña. —Es
Ethan había dejado su móvil en la cama pero él se encontraba en la sala de su enorme piso, un lugar que cada vez se sentía más solitario, seguía sorprendido con la noticia, incapaz de procesar y aceptar el hecho de que Elena no era su madre. Todo tenía sentido al mismo tiempo se sentía un bastardo. ¿Así que el único hijo de Elena lo había perdido? Era bastante terrible la forma en la que se puso al corriente, nadie tenía que pasar por un momento así, sin embargo estaba sucediendo. Fue engañado todos esos años, entonces dónde estaba su verdadera madre y cuál era la razón por la que Elena decidió tomar ese papel y ahora retrocedía como si estuviera arrepentida, porque de pequeño recordaba gratos momentos a su lado, tanto así que la que consideró como una verdadera mamá. Ethan se puso a llorar como un pequeño, dejó que las lágrimas fluyeran y recorriera todo su rostro, afectado demasiado por una situación que lo superaba, que no sabía cómo manejar, en ese momento, se sentía realmente
Hope se despidió de su madre y ansiosa abordó el auto de su padre. Ethan esa mañana se mostró bastante silencioso y solo agitó la modo a modo de despedida. Probablemente algo le pasaba, tenía prisa, cualquier otra cuestión de la que no sabía nada. Lo importante es que cumpliera con su promesa de pasar buscando a la pequeña. Eso era lo que Luna valoraba del hombre, que se estaba tomando en serio su papel de padre. Él la quería de verdad. Volvió adentro y terminó de prepararse para marchar a la oficina, llegando su padre la interceptó hablando sobre Calvin y su ausencia, ese día desde que estuvo en su departamento intentando calmarlo y convencerlo de que no tenía que acabar con su vida por una mujer, no lo volvió a ver más. —Deberías llamarlo tal vez te conteste la llamada, estaba pensando en ir directamente a su apartamento y hablar con él, sé que es necesario una conversación, la última vez pensé que todo se había aclarado entre nosotros sin embargo no creo que sea el caso. —Luna.
Elena sacó una caja en donde guardó las pertenencias de su hijo, volver a mirar las fotografías o tan solo un reloj cargado de significado y un plumín que solía llevar a todo lugar, le revolvió las emociones. Era abrir la herida de su corazón, eso lo hizo sentir alterada al punto de llegar a la desestabilización. Las lágrimas volvieron a salir de sus ojos incapaz de contenerse, no podía siquiera pensar en el hecho de volver el tiempo atrás y tenerlo a su lado. Sonaba tan lejano, como un sueño que jamás se volvería realidad. —¿Elena? La mujer sorbió por la nariz y se quedó mirando la foto, Jonas solo tenía dos años, su sonrisa preciosa y sus ganas de vivir. Tan solo era un infante en aquel entonces, recordaba ese día cuando fue tomada la foto. Joseph sintió como un escalofríos le recorrió la dorsal, que un cúmulo de emociones se agolparon con fuerza en su pecho. ¿Qué demonios era todo eso que le pasaba? El dolor de haber perdido a su primer hijo. Así lo consideraba. —Elena —se pu
—No te vayas así por favor, tenemos que seguir hablando. Yo sé que todo es un golpe duro para ti, pero... ¿No crees que conversar es la única manera de arreglar el inconveniente? —continuó diciendo el hombre con tal de que su hijo se quedara ahí y siguieran hablando del tema. —¿Y que se supone que debo escuchar de ti? Ya ha sido suficiente con enterarme de que Elena no es mi verdadera madre, que Jonas en realidad no es tu hijo legítimo. ¿De qué otra cosa me debo poner al tanto, eh? Su padre suspiró. —Solo quiero que todo se solucione ahora y ya no existan malentendidos entre nosotros, ¿puede ser eso posible? —siguió diciendo. Ethan sin decir otra palabra se retiró de la casa dejando a su padre preocupado, sabía que no lo perdonaría tan fácil, una verdad como esa nadie la aceptaría tan rápido, su hijo necesitaba tiempo para procesar todo. Ethan para atravesar la sala cruzó miradas con la mujer a la que estuvo llamando mamá durante años esa que se volvió de pronto despectiva y por l
Dejó a Hope en el colegio, ella agitó la manita en el despido. —Ethan, ¿qué quieres decirme? —Pues, quiero pedirte que nos vayamos a vivir juntos no significa que vayamos a estar en una relación pero podríamos estar los tres en una casa grande como una familia, al menos para que nuestra hija pueda sentir que tiene una familia. —¿Te has vuelto loco? No sé qué te hace pensar que voy a aceptar semejante barbaridad, no soy idiota, me di cuenta de tus intenciones, ¿lo haces por Hope? No digas mentiras. —¿Es un no definitivo? —Contigo mi respuesta siempre será un rotundo no, Ethan. (...)Luna estuvo en el trabajo pensando en las cosas que tendría que arreglarle a su hija para qué se la llevara a casa de su padre, sería demasiado extraño pasar una noche sin ella, pero era consciente de que debía permitirle compartir con su papá, después de todo la había estado disfrutando durante muchos años y aquella etapa era nueva para su exmarido. Por eso no podía oponerse o algo parecido. —¿Y cóm
Durante el descanso, estuvo conversando con su respecto a lo que le propuso a su marido la mujer también opinaba que no tenía derecho a pedirle que se fueran a vivir juntos esa era una decisión importante y con eso de alguna forma estaban engañando a la pequeña haciéndole creer que una ilusión que no existía. —Sol, no tiene nada de malo que seamos padres separados, él está por su lado y yo por el mío, nuestra hija no tiene ningún problema con eso, ella puede pasarla bien con él y también a mi lado. Siento que todo esto lo hace para que esté cerca suyo, no volveré con él, aún tengo poco de dignidad —le dio un sorbo a su zumo. —¿Lo quieres? —¿Qué? —A veces me confundo, veo que no te interesa en absoluto y luego aparecen chispas en tu mirada cuando te expresas de Ethan, tal vez todavía exista un poco de ese amor que le tuviste en el pasado, pero bien dicen que solo es suficiente con alguna chispa para que vuelva el fuego. —No seas tonta, ya te pareces a mi padre diciendo tonterías —
Se puso de cuclillas, a su altura, ya casi anochecía. Y Ethan se encontraba a solo tres metros, recargado del auto; a la espera de la pequeña que se quedaría con él en casa, esa noche. Observó la escena dándose cuenta de lo apegada que era Luna a su hija, entonces comprendía que su amor materno era infinito, que todo ese tiempo pudo entregarle al cariño que él no. —Hope, prométeme que te vas a portar bien, estarás en una casa diferente, hazle caso a tu padre; si te dice que no puedes hacer algo, entonces obedece. Sé una buena chica, si deseas hablar conmigo pídele que te preste el móvil. Así podremos estar en contacto —acarició sus mejillas. —Mami, no me iré del país, no te pongas triste. Antes de lo que imagines, estaré aquí.—Ay, mi niña. Es imposible que no me ponga así pero quédate tranquila me la cama y dormiré pensando en que tú estarás bien. Dile a papá que te haga un desayuno nutritivo, nada de cereales. —De acuerdo —la abrazó otra vez. Finalmente su hija se acercó a su p