—¡Papá! —se aventó a sus brazos, ni siquiera lo pensó un momento, solo hizo lo que más quería, lo abrazó con todas sus fuerzas. Luna esperaba que su exmarido correspondiera a su abrazo, por más difícil que fuera, sin embargo lo hizo de una forma que la dejó sorprendida, no se esperaba tanto cariño de su parte, porque realmente no solía ser así.—Yo también estoy alegre de verte, hope. también te pido disculpas por haberme tardado demasiado, sé que pude haber...—No te preocupes por eso papá, lo importante es que ahora estás conmigo y nunca más me vas a dejar, tampoco vas a olvidarme, ¿no es así? —inquirió con sus ojitos clavados sobre él. Era evidente que no podría decirle lo contrario, no podía. Nunca en su vida creyó que se iba a sentir tan dominado por una mirada como esa; Y supo en un segundo que ella con solo mirarlo a los ojos iba a conseguir todo. Alargó la mano y con delicadeza plasmó una caricia sobre su mejilla, asegurándole que en efecto jamás iba a dejarla nunca más, q
Ese domingo, Ethan pasó por la niña. pasarían un día genial patinando, era lo que ella le había pedido; un buen plan.Estaba encantado de poder pasar tiempo junto a su pequeña, sabía que sería imposible no recuperar el tiempo perdido, pero al menos podría construir recuerdos bonitos cerca de ella. Era increíble que de un momento a otro se había convertido en padre, pero en realidad todos esos años lo fue, solo no estaba no estuvo al corriente; ella se defendía muy bien en la pista, dejándolo sorprendido por la habilidad increíble con la que patinaba, pensar en que había ido con su madre veces anteriores y también habían sido acompañadas por Calvin, instaló un poco de celos en su interior. Pero ahora él se ha convertido en un hombre afortunado. —¡Papá! mira lo que puedo hacer. —Vale, solo ten cuidado —la siguió. Mientras tanto Luna seguía en su casa pensando en cómo estaría su hija, de seguro emocionada por estar destacándose en lo que más le gustaba y encima a la par de su progen
—Sí, ya lo sabe. creí que lo hablaría con ustedes tan pronto se puso al tanto. nosotros ya lo hemos hablado y llegamos a un acuerdo. Además de eso acepté que lleve el apellido Kingsman. Otra vez me disculpo por haber hecho eso pero no tenía alternativa —siguió liberando el aire sonoramente, a lo que ambos asintieron con la cabeza —. Me sentiré alegre sí pueden recibir con el mismo cariño a la niña, ella no tiene la culpa de nada, es una criatura inocente que solo tiene la gran ilusión de tener una familia. siempre he estado en su vida y ahora que puede compartir con Ethan, sé que será más feliz. A Elena se le salieron las lágrimas. Se levantó de la cama y se marchó a su habitación. Joseph que fue el único que entendió su reacción.Y le explicó a Luna que la disculpara. que su esposa todavía seguía procesando la noticia, pero no tenía que preocuparse por nada. —Lo siento mucho, en serio. pero ahora que puedo compartirlo, me siento aliviada —aseveró deslizando una una sonrisa, y él a
Calvin se dejó caer sobre el sofá con una copa en la mano, era la la tercera, tal vez la cuarta... en realidad perdió la cuenta, nunca antes se sintió tan fatal por una mujer, creyó que el tiempo sería suficiente para olvidarse de Luna, pero verla todos los días en la compañía y hablarle no hacía más que acrecentar todas las emociones que se activaban con solo verle. Sin embargo era el culpable porque no ponía de su parte, ni siquiera el amago hacía; pero ahora lo intentaría, por eso resolvió dejar la compañía, era lo único que podía hacer para cortar de raíz sus sentimientos, irse a otra ciudad sería una buena idea si quería despejar su cabeza y dejar todo eso atrás. Era ridículo aferrarse a algo que jamás iba a conseguir, porque la mujer no podría nunca en su vida entregarle lo que él quería. Esa vez que conversaron intentó mantenerse sereno y pretender que realmente comprendía su posición, pero en el fondo se retorcía porque anhelaba una correspondencia de parte de Luna, todavía
PasadoEl joven Baxter avanzaba por las calles de la ciudad, pensando en los problemas que se presentaban en su casa día tras día, era el pan de cada día; a esas alturas ya tendría que haberse acostumbrado, pero todavía no podía lidiar con todo lo que acontecía, era extremadamente difícil para él. Ni hablar de todo lo que debía hacer, la responsabilidad de la universidad cada día aumentaba y la presión de su padre no tenía final. Era demasiado joven para hacerse cargo de la compañía, todavía no estaba preparado para lo inevitable, siendo hijo único, no había opción. —Oh, lo siento —chocó con una joven que tropezó y cayó al suelo. Esa muchacha no tuvo ni un poco de cuidado y ahora estaba tirada allí. No tardó demasiado en alargar la mano para ayudarla a incorporarse, la chica vaciló al instante y finalmente accedía a su ayuda. Cuando volvió a estar en pies, parecía bastante avergonzada por lo acontecido, entonces él quiso aligerar la tensión. —¿Estás bien? Yo sí lo estoy. Esto le p
Durante el camino le extendió la invitación de ir a comer a lo que se le antojara. Warren estaba incrédulo por la elección de la joven, que en lugar de pedir comer en un restaurante suntuoso, prefirió la comida callejera. Lejos del ambiente que concurría, Warren se sintió incómodo haciendo eso que no solía. Incluso lejos de lujo, las formalidades, el protocolo y los trajes, se la pasó genial; la chica resultó ser alguien divertida, quién también era bastante conversadora y agradable. —¿Vienes a menudo por aquí? me parece que te conoces todas las calles.—Digamos que cada que me pueda dar una escapada, lo hago, aún así no me puedo dar el lujo de que sea siempre. Es preferible... —se frenó en seco porque se dio cuenta de que estaba hablando de más, eso eran unos asuntos que no le concernía en absoluto a Warren —Bien. Igual la comida rápida no es buena para la salud. —No me digas que no te ha gustado la comida, es que yo creí también...—No, no es así —expiró —. No es algo que haga
Elena todavía permanecía adentro y no abrió la puerta cuando Ethan la tocó. En lugar de eso se quedó en silencio y prefirió hacerse la dormida. Desde que supo de la existencia de su nieta, no quería salir de la habitación y apenas estaba comiendo, algo repetitivo que le aterraba a su marido. —¿Te das cuenta? No quiere tener que ver nada conmigo —se dirigió a su padre, lleno de resignación. —Tal vez necesite tiempo. —¿No es algo desatinado? Actúa como si cometí un crimen, como si murió alguien... ¿se ha deprimido porque tengo una hija? Es lo más absurdo. ¿Qué es lo que realmente le está sucediendo? Joseph desvió la mirada, era imposible darle la explicación que buscaba, eso significaba revelar la verdad, esa que nunca tenía que ver la luz. Expiró. —Ethan, hablemos en otro momento. ¿No tienes prisa? —Eso sí, nos vemos, padre. (...)—¡Mamá, la tía Sol está aquí! —avisó la niña emocionada con la llegada de la morena. —También estoy alegre de volver a verte, ¿Cómo te está yendo e
Su marido hizo acto de presencia, le llevó un té, intentando comprender cómo demonios podía hacer para que su esposa dejara ese asunto en el pasado, la culpabilidad lo estaba azotando, era su actitud el resultado de sus malas acciones; al final no podía ni siquiera señalar a la mujer a sabiendas de que solamente él tenía la culpa. Elena no quería verlo, seguía renuente, intentando aceptar la realidad que la dejó diferente en cuanto se puso al tanto. —Cariño, ¿por qué no comes? —No tengo apetito. ¿No deberías irte al trabajo? Déjame tranquila. Yo me sé cuidar sola, soy una adulta, además cuando tenga hambre yo misma me levantaré e iré por la comida —resolvió sin mirarlo a los ojos. Joseph lo refutó. —El problema es que has estado durante mucho tiempo encerrada en esta habitación, ya no me acompañas en la mesa ni siquiera quieres salir y te he extendido la invitación varias veces, ¿Cómo me pides que no me preocupe si estás totalmente cambiada? eres otra desde que te enteraste de Hop