—Tenemos que hablar, Calvin. No tomará mucho tiempo, pero es necesario —le pidió. Ya él sabía de qué iba todo eso. —Bien. Se encontraron en un lugar donde podrían estar cómodos y solos. —Calvin, sé que todo este tiempo hemos estado juntos, compartimos a menudo y también tienes una estrecha relación con mi hija, en realidad podría considerarte como parte de la familia, puede que sea justamente ese trato lo que te ha confundido y ahora que me enteré sobre tus sentimientos hacia mí me siento culpable. ¿Por qué? Porque nunca tuve la intención de que confundas las cosas, no siento nada por ti, no de la forma en la que tú me miras y piensas en mí, tal vez esté siendo demasiado directa... puede que no debería decírtelo así, solo no quiero posponer las cosas y menos que nos volvamos enemigos por este inconveniente. Calvin se encontraba muy apenado y no podía mirarla a los ojos, se centró solamente en esa bebida caliente que pidió, de la que todavía no daba un sorbo. —¿Por qué me dices e
Se despertó de golpe en la madrugada y Sacudió la cabeza. ¿Que era todo eso que no le permitía dormir como de costumbre? Se levantó de la cama y encendió las luces de la habitación, después de eso se dirigió al exterior antes de servirse un vaso de agua. A diferencia de ella, su hija a pierna suelta dormía. Entró a su habitación descubriendo que tenía junto a ella un pequeño sobre. Se preguntó, ¿por qué lo puso a su lado? Tal vez no debía revisarlo, pero la curiosidad la estaba matando y terminó abriendo el mismo. Se dio cuenta de que era una carta. «Papá, Ethan, te quiero mucho. Me llamo Hope y soy tu hija. Espero que me lleves a comer helados, por favor»Era lo más tierno y doloroso que leyó alguna vez, al pie de la hoja el dibujo terminó de estrujar su corazón con rudeza, dejándole saber una vez más que padre e hija tenían derecho a verse y forjar una relación juntos. Sonrió a medias y una lagrimita escapó. Cuando escuchó pasos en el exterior, se dio cuenta de que no estaban so
Luna se quedó de piedra al ver a un tipo idéntico frente a la escuela de su hija, él parecía perdido mirando un punto fijo. No sabía qué era lo que estaba buscando, pero algo no le daba buena espina. ¿Qué hacía Ethan allí? Lo más rápido que pudo, se acercó y lo enfrentó. —¿Ethan? —inquirió sorprendida. Pero al girarse era otro hombre que se parecía. El tipo se le quedó mirando extrañado tras ser confundido por alguien más. —Lo siento. Se sonrojó, llena de vergüenza.No dijo nada o no le dio tiempo de decir algo, porque ya la joven se estaba alejando de él. A solas, dejó escapar el aire y se mordió el labio inferior. Eso había sido un poco vergonzoso. Es que en primer lugar no tenía ningún sentido que su exmarido estuviera frente a la escuela de su hija, no supo en qué estaba pensando al creer verlo allí. Bufó. Pensar demasiado en ese sujeto le estaba haciendo mal. Su hija corrió a sus brazos y se tiró sobre ella, como si no la veía visto en décadas. —Mamá, has venido por mí.
—Hope... —la llamó, tocando con cautela, la puerta de la habitación —. Necesitamos hablar.Luna, la conocía a la perfección y sabía que no se quedaría tranquila hasta conseguir confirmar que ese sujeto llamado Ethan era su padre. La mujer no quería que las cosas se dieran de esa manera, pero su pequeña era tan inteligente que de seguro ya lo estaba pensando. Al final se iba a sincerar primeramente con ella antes de informarle a su exmarido. Hope abrió. —Mamá. —Cariño, debo decirte algo. Vayamos adentro. Las dos terminaron sentadas al borde de la cama. Ella curiosa por saber qué era todo eso que le quería su madre decir. —Ya terminé la tarea. —¿Ah sí? No es precisamente sobre la tarea que quiero hablar. Linda sé muy bien que estás ilusionada por conocer a tu padre. —¿Papá es el hombre de la heladería? —interrumpió mirándola con excesiva curiosidad. —Vale, se supone que no tenía que decirte así. Pero sí, Ethan es tu padre, el hombre de hoy. ¿Podrías no decir nada? Hope... Tu p
Sol hizo acto de presencia en la oficina de su amiga, esos días era evidente para Luna, que la morena estaba más animada, incluso se podía ver en su expresión que ella parecía estar radiante, como si fuera una mujer completamente distinta, en realidad no sabía que era lo que la animaba tanto. Pero le alegraba mucho que al final reflexionara más sobre su decisión de renunciar a la compañía y no lo hiciera. —Sol, ayer te estaba llamando para invitarte a salir, pero nunca me respondiste... ni siquiera tomaste mi llamada, me imagino que estabas realmente ocupada o se te olvidó. Pero sigo un poco molesta contigo. —Oh, sinceramente lo lamento mucho, en realidad estaba ocupada, por eso no te atendí... pero podemos salir otro día si eso quieres. También quiero pasar un rato agradable con Hope —agregó. —De acuerdo. Haré planes. Tengo que dejarte mi padre me está esperando para la reunión. Sol esbozó una sonrisa y permaneció en el despacho a solas, pensando en lo que estaba haciendo, su nu
Todavía durante el recorrido a casa la pequeña seguía sollozando, no había manera en que dejara de hacerlo, a pesar de que Luna le aseguró disculparla por lo que hizo, pero le advirtió que solo no tenía que volver a aceptar una invitación de su parte, justo ese el motivo de su llanto continuo: ser privada de compartir con su verdadero padre, la ponía mal, ser restringida. —Mamá, Ethan es mi padre. ¿Por qué no puedo aceptar un helado de él? No entiendo —admitió con los ojos hinchados y se sintió culpable. —Vale... ¿Ya te has olvidado de la amnesia que está sufriendo tu padre? No está bien de la cabeza, eres pequeña y no sé de qué otra forma explicarte que no se encuentra bien, por lo tanto es importante que te mantengas alejada, al menos hasta que se recupere por completo, creí que todo ese asunto ya lo habías comprendido. ¿Por qué sigues llorando? —Porque quiero estar con él. El dolor intenso que se formó en su garganta, se apretó al punto de quitarle el oxígeno, era una tonta al
Ya se lo había encontrado varias veces pero desde hace semanas atrás que no lo veía; aunque no era ninguna sorpresa mirarlo en ese evento, pues era obvio que asistiría de todos modos, Luna se sintió sumamente incómoda y solo quería alejarse lo más pronto posible de su exmarido.Por el contrario, su pequeña hija nunca había estado más contenta que ahora era evidente que era una niña rozagante y llena de felicidad.¿La razón? Estaba cerca de su padre. Sol, era capaz de ver la inyección de odio que tenía la mirada de su amiga observando a su exesposo, esa rivalidad se mantenía y por más que pasaran los años, seguiría intacta, luego clavó la mirada en la pequeña Hope. Se veía tan bonita con su vestido y el peinado lindo que le hizo. Entonces, Warren se dio la media vuelta y se inclinó a su nieta dándole un abrazo cariñoso. —No puedo creer lo hermosa que estás. ¿Quien te ha elegido este vestido tan bonito? —He sido yo, abue —besó su mejilla, antes de dar un paso al frente y tender su
Estaba tan alterada que su pecho subía y bajaba con dureza y los ojos se le saldrían en cualquier momento de sus cuencas mirando de hito en hito al sujeto. Lo acusaba. —¿Por qué haces esto? Te pediré de todo corazón que te mantengas alejado de mí, no sé de qué otra forma hacértelo saber, eh —apuntó apretando los dientes. Y él solo sacudió la cabeza. —No, no tienes una relación con Calvin. Ni siquiera ha venido a acompañarte. ¿Qué clase de pareja te dejaría solo en un momento tan importante? Por eso sé que mientes, que en realidad no sales con él. Luna agobiada retrocedió ahora que ya no la encerraba contra su cuerpo y la pared. —¿Crees que me interesan tus conclusiones? Puedes conjeturar lo primero que te venga a la cabeza, y lo que te dé la gana, aún así, no caeré. Te prometo que no lo haré —emitió furibunda. —¿Desde cuando te has convertido en una buena mentirosa? Es decir... ¿por qué has recurrido a la mentira? —se atrevió a inquirir muy curioso, haciendo que la susodicha r