Cuando abrió los ojos se dio cuenta de que estaba en la habitación de la clínica acostada en esa cama y tenía también una vía intravenosa en su brazo, se quiso mover pero justo en el intento, hizo acto de presencia una enfermera que le sonrió con amabilidad y se acercó para verificar que todo estuviera en orden. —¿Puede decirme cómo se siente? Le contaré que se ha desmayado allá afuera y con permiso de su padre le hicimos unos exámenes pertinentes, insistió bastante porque quiere asegurarse que estés bien —explicó, apenas asintió ligeramente con la cabeza todavía pensando en Ethan. ¡Ya lo recordaba todo! —¿Puedo saber cómo está Ethan Kingsman? Por favor no me ocultes nada, quiero saber si se encuentra bien. Yo... Solo tengo un ligero dolor de cabeza y nada más. La enfermera volvió a esbozar una sonrisa afable y asintió con dulzura. —Vale, pero yo acabo de entrar en turno si me dice su nombre le conseguiré la información que me pide, también vendrá en unos minutos el doctor con lo
Luna aferró su mano y se le quedó mirando con cariño, quería que abriera los ojos por fin, que despertara. Debía darle una noticia importante, él tenía que saberlo, pero le aterraba que el tiempo siguiera su curso, más allá de lo que ella podría soportar, se le rompía el alma de solo imaginar que no podrían estar juntos. —Ethan, Hope y yo te extrañamos. Me dijiste que confiara y no tuviera miedo pero ahora estoy aterrada, quiero que vuelvas con nosotras que por fin recuperes la conciencia, ¿sabes qué? Tendremos otro bebé, no te puedes volver a perder el proceso, tienes que estar conmigo debemos ir a la primera ecografía, y debes hablarle a nuestro pequeño, te escuchará —no pudo seguir hablando, se le atravesó un nudo enorme en la garganta que le impedía el habla y dolía mucho —. Así que despierta de una vez, te lo pido...Se quedó sosteniendo su mano con fuerza acercándola a su rostro y dejando varios besos en su dorso, no sabía por cuánto tiempo estaría en ese estado, pero ya estaba
Luna se despertó esa mañana sin esperar una buena noticia, pero ocurrió que al fin había despertado; ya no estaba en coma. Su vida no se encontraba en peligro, le llenó el alma y se sintió aliviada porque algo así estuviera pasando, era increíble que a pesar de todo ya volvía a pintarse su mundo color rosa. Con la noticia de que Ethan salió del coma, terminaban aquellas cuatro semanas y media en las que se mantuvo en vilo y no pudo pegar un ojo en toda la noche. Al fin podría decirle. Su abdomen de casi cuatro meses, se evidenciaba un poco más y estaría encantada de presentarse delante de Ethan y contarle. Hope, se alegró demasiado al saber que podría ver a su padre, ella puso en marcha su plan de contarle que tendría otro bebé. No había nada más regocijante que decirle algo como eso, de seguro alegraría su vida y se iba a emocionar como ella lo estaba.—Mamá, estoy un poco indecisa no sé qué debería usar quiero ponerme bonita. —Pero linda, tú siempre estás perfecta, no importa lo
Los colores del atardecer se mezclaron en el horizonte, dejándole ver un panorama cautivador. Su cabello se movía con el viento, ondeado por la brisa marítima que terminaba acariciando su rostro. Luna giró la cabeza con dirección a Ethan, quién corría detrás de Hope. Ellos se divertían mucho. Fue una buena idea planificar el viaje a Italia, pasarla en familia les dejaría gratos recuerdos, por eso disfrutaba de cada segundo. Y es que... ¿Existía algo mejor que estar junto a esas dos personas a los que amaba con locura? No lo había, y su pequeño Steven también lo era, faltaba poco para conocerlo. La espera era eterna, pero también atesoraba cada momento de su embarazo, una experiencia que seguramente no volvería a repetir, aunque no descartaba la idea de un tercer hijo. Seguro si se lo comentaba a Ethan, quedaría aterrorizado. Y no es que no le agradara la idea, pero apenas se estaba acostumbrado a ser padre. Lo hacía bien. Luna seguía pensando que era extraño verle así, no había
Novela independiente: En Problemas Con El CEO ...-¿Crees que no soy capaz de hacerlo? -cuestionó Jade alzando una de sus cejas en dirección a la pelinegra.-Vale, entonces házlo -retó Harper y la pelirroja negó con la cabeza mirando a Jade.-No lo hagas, estarás en problemas y... -habló Brenda una de las amiga de Jade pero esta no le prestó atención.-Esta será mi última travesura, además el director no sabrá quién es el culpable a menos que una de ustedes vayan con el chisme -les dedicó una mirada amenazante a sus compañeras haciendo que todas negaran.-Sabes que ninguna dirá ni una sola palabra, ¿verdad chicas? -dijo Harper y las demás asintieron.-Jade, no tienes que hacer esto. Puedes perder la beca -le recordó Brenda para hacerle entrar en razón pero su amiga la ignoró.-Nada ni nadie podrá detenerme esta vez, ni siquiera aquella estúpida beca. De todos modos sé que es imposible obtenerla. Así que vean cómo aquel auto... -señaló el vehículo negro que se hallaba aparcado en el e
Furioso, giró sobre su talón regresando a la preparatoria para reclamar lo que le habían hecho a su vehículo. Ellos tendrían que hacerse responsables de lo ocurrido puesto que el culpable era un estudiante de la instalación, y nada más bastaba con leer los insultos que parecían ser dirigidos al director. Por otra parte, Jade sabía que esta vez había llegado muy lejos y ahora estaba en serios problemas. Se preparó mentalmente para las consecuencias que tendría que afrontar, pero aquella travesura sería el inicio de una historia la cual su hermana mayor estaría involucrada. La vida de Andrew Doubront y Amelie Gardner cambiaría apenas se reencontraran después de tanto tiempo.Ambos siempre pertenecieron a mundos diferentes, son dos polos opuestos que se verán obligados a convivir para sus propios beneficios. Ninguno tendrá intenciones de encajar entre si, pero el tiempo que compartan juntos les demostrará que son más parecidos de lo que piensan. (...)Una semana antes del incidente...
Andrew no tardó en bajar del automóvil dispuesto a reclamar, se detuvo cerca de la chica quien al verlo no pudo simular su mirada y lo repasó de pies a cabeza. El hombre frente a ella le pareció familiar.Era alto, y vestía un traje negro que le sentaba cómo un guante. No pudo detallar muy bien su rostro ya que llevaba gafas oscuras que le impedían ver su mirada. Pero lo poco que pudo apreciar fue sus facciones marcadas que le hacían lucir apuesto. De pronto recordó quién era y su boca se desencajó, no podía creer que tenía frente a ella al mismo chico que estudió con ella en la preparatoria. Sin embargo, él parecía no acordarse de su ex compañera de clase.¿Tanto he cambiado? Se preguntó Amelie ante la manera cómo se comportaba delante de ella.-¿Acaso no ves por dónde andas? -su voz masculina llamó su atención.-Lo siento, no fue mi intención...-¡Deberías fijarte por dónde caminas, si no hubiera frenado a tiempo te podría haber atropellado! -emitió exaltado y volteó hacia atrás -.
—¡No puedo creer que hayas hecho eso! —exclamó Amelie dedicándole una mirada de reprobación a su hermana.—No tenía idea que el auto era de ese sujeto —comentó en defensa.Amelie negó, estaba molesta pero se obligó a mantener la compostura para no armar una escena allí mismo.Había recibido una llamada del director de la preparatoria, este le informó de lo sucedido y solo esperó que no se tratara de algo tan grave. Sin embargo, al enterarse que Jade había dañado con pintura el auto de un hombre importante, supo que estaba en serios problemas.A los minutos apareció el director junto aAndrew y entraron a la estancia, haciendo que las miradas de las hermanas Gardner cayeran sobre ambos.—Señor Doubront, tome asiento por favor —indicó el director con una amabilidad que no pudieron pasar por alto las dos hermanas.El CEO dirigió su atención a la mayor de esta provocando que Amelie abriera sus ojos desmesuradamente percatándose que era Andrew. —¿Tú? —dijeron los dos al unisono.—Al parec