Aquella cosa con apariencia supuestamente humana, de complexión tosca y estremecedoras facciones tenía por nombre Kizart Hoshi. Permanecía totalmente silencioso e inmóvil, a la sombra de la cornisa lateral del edificio Lux, como una estatua de irregulares proporciones.

Santino había salido del inmueble, con un andar aletargado. Si hubiese alguien capaz de ver los gestos interiores de éste, podría asegurarse que estaba temblando y sudando copiosamente. Reconoció al individuo que aguardaba en la sombra; había sido él quien trajo la inicial premisa de Pixis y aquella noche, fue él quien le dobló el brazo tan cuidadosamente, a fin de conseguir su respuesta definitiva ante el sujeto bajo el cargo de "incuestionable líder" de Aka.

Cualquiera diría que las penumbras de la noche incrementan los detalles como los rasgos de una cara o una silueta, volviéndolos más amenazadores o siniestros. Pero en el peculiar caso del tal Kizart, las luces de la tarde habían producido un efec