hooooooliiiiiiiisssssssss jajajaja feliz martes queridaaaas. iniciamos no se pierdan cada capitulo y recuerden calificar y comentar mis amores, no sean lectoras fantasmas se los agradezco y les escribiré otro.
Kiara camina hacia el otro extremo de la gran mesa y toma asiento quedando frente a Archie a una larga distancia. —Buenos días, señor Villarreal, mi nombre es Kiara Watson y seré su compañera de trabajo. Tiene 20 minutos para resumir el plan. Archie frunce el entrecejo, está aterrado con lo que está pasando, no lo puede creer. —¡Señor Villarreal!— lo menciona con autoridad —Inicie por favor, el tiempo es corto—. Mira su fino reloj de oro y él está sin palabras, por lo que ella lo mira fijamente a los ojos. —Tú... ¿tú qué haces aquí? ¿Cómo que... diseñadora?—. Arquea una ceja y su mirada es confusa, por lo que ella se cruza de piernas. —Vengo a hacer lo mismo que usted, señor, a trabajar. ¿Será que puede ser profesional? Villarreal no lo entiende, el impacto que le causó Kiara hasta le quitó el dolor de cabeza, en un dos por tres. Por lo que se quita la corbata y la enrolla, haciendo que ella se tense. Ese simple movimiento le distorsiona la mente. —¿Estás jugando conmigo? —
—Es solo una cita, tan solo dime que sí— Archie continúa con su postura relajada. —No confío en ti. ¿A dónde quieres llegar? —Para que veas que tengo palabra, vamos, te llevaré con Lia— Kiara se emociona, pero no lo demuestra. —Y si tanto tu nivel de desconfianza te doy la custodia, mi abogado se encargará de todo y solo tú la tendrás, porque sé que si lo hacemos, tendrás que cumplir con esa cita. Realmente, es eso lo que pido, una cita desde las 7 de la noche hasta las 12. —¿Quéeee? ¿Por qué tanto tiempo? —Tranquila, no te voy a comer. Será una cita agradable. ¿Aceptas o no? Dime, porque sé que Lia será muy feliz al verte. —¡Maldición!— espeto mentalmente. —Quiero ver a mi hermana, por ella, lo que sea— continúa en sus pensamientos. —¿Vamos? ¿O prefieres irte con el abogado? —¡Eres insoportable! Llévame con mi hermana. Kiara abre la puerta y sale de la sala de juntas, por lo que Archie sonríe porque se salió con la suya. Pero al salir, no se espera ver a una muj
Kiara y Archie se encuentran solos en el ascensor, rodeados de espejos y luces suaves. La tensión entre ellos es palpable, pero Archie no parece sentirse incómodo. De hecho, parece disfrutar del juego de poder que están jugando. Aunque ella lo haya sentenciado, ese hombre es tan terco que lo único que busca es llamar su atención, así sea haciéndola enojar. —¿Sabes, Kiara? —dice Archie, su voz baja y seductora—. Me encanta la forma en que te ves cuando frunces tus labios. Sé que quieres mandarme al infierno, pero hay algo que nos unirá para siempre. Kiara se sorprende, mirándolo con incredulidad, pero sabe que no puede ser débil ante él, no después de todo lo que pasó. —¿Qué? —pregunta, su voz firme—. Claro, según tú. Archie quiere acercarse a ella, pero recuerda lo que le dijo Jason. Sin embargo, esa mujer lo tiene alborotado. —Lia, ella me ama y soy su salvador —dice Archie. —¡Vaya! Pero no dejas de ser presumido —responde Kiara. —Lo sé, lo sé. Causé sensación en las per
Kiara mira nuevamente a su hermana y, si Mercedes le ha sugerido eso, siente que lo mejor es hacerlo. —Hermana, por favor, espérame; iré a hablar con el señor Villarreal, ¿bueno? —Lia le sonríe, por lo que Kiara le devuelve la sonrisa—. No me tardo; gracias, señora Mercedes —se aparta de Lia para buscar a Archie. —Es hora de tu merienda, pequeña Lia —Mercedes le acaricia el rostro, y la niña se siente más tranquila ahora que ha vuelto a ver a su hermana. El penthouse le trae malos recuerdos, pero sabe que debe ser fuerte e inquebrantable; así que toca la puerta del despacho. —Adelante —Archie da el paso, y ella abre la puerta; el verlo en una llamada telefónica, espera que termine; no se acerca; solo entra y cierra la puerta para hablar en privado, y lastimosamente los recuerdos la golpean; recuerda las discusiones que tuvo con él y aquella vez que por poco se entrega. —Perfecto; gracias —Villarreal cuelga la llamada y apaga el móvil para que no haya interrupciones—. Por favo
Kiara se acerca a Lia, quien está con Mercedes platicando. —Lia— la menciona tomando asiento a su lado. —Kiara—. Lia la abraza. —Aún no puedo creer que estés aquí—. Mercedes la mira con mucho cariño. —Mi vida ha cambiado mucho, señora Mercedes, sabes… Me encantaría que vinieras conmigo, te pagaré bien, de verdad te necesito, fuiste tan buena conmigo y como una madre. —¡Ay, querida!—. Los ojos de Mercedes se tornan llorosos. —Hablaré con mi jefe, me encantaría estar a tu lado y junto a Lia. —Perfecto, por favor no tardes en darme la respuesta. Y tú, pequeña Lia, quédate aquí por hoy y ya mañana nos vamos a vivir juntas. —Pero… ¿y el señor Villarreal? —El señor Villarreal te va a visitar. Él tiene muchos asuntos por resolver. Te pido por favor que no te alteres y mucho menos te pongas triste. Soy tu hermana y te amo. A mi lado vas a estar muy bien, ¿estamos? —Sí…— respondió sin ánimos, y Kiara mira a Mercedes. —Yo… tengo que irme, debo ir a ver el apartamento donde va
—¿Quién es? —pregunta Ava, quien ahora vive con Logan. —¡La desaparecida, la mala amiga! —espetó Logan, dándole la espalda a la puerta. —¡Logan, no seas mala sangre! —Ava lo aparta de la puerta y la abre. —Creo que tengo una aplicación —se apresura a decir Kiara. —Más te vale, Kiara, porque no perdonamos tu olvido. Nos tenías preocupados. Además, ¿quién es esa mujer? —pregunta, cruzándose de brazos. —Es la agente Vargas, mi escolta —dijo algo avergonzada, pues no está acostumbrada. —¡Hasta escolta tiene! —espetó Logan. —Logan, por favor, ¿será que puedo pasar? —Kiara lo mira, achicando sus ojos. —Pasa, queremos oír tu explicación —Ava se hace a un lado. —Señorita Watson, haré una ronda —dice la agente y se retira. Kiara ingresa a la casa y sus amigos la miran, la están pero detallando. —Por favor, no me miren así —pide algo nerviosa. —¿Cómo no? Estás muy cambiada, hasta tu postura es diferente —Logan, incluso a la defensiva. —Bien… miren, chicos, ustedes son mis
En la empresa, Archie está ansioso de que llegue la noche, por eso la reunión fue todo un éxito junto a su hermano, que se sorprendió con la gran ayuda que le dio para cerrar un negocio. Lo preocupante es la hora; se le hizo tarde, debe irse a arreglar y estar en el punto de encuentro antes de que Kiara llegue. Sale con gran afán de la sala de juntas hacia su oficina, donde no se esperaba encontrar a Susana, su secretaria. —¡Susana! —le pregunta con voz interrogante y ella lo volteó a mirar asustada. —Jefe… —tragó grueso. —¿Qué haces aquí? Sabes que no puedes entrar sin mi autorización. —Perdón… es que necesitaba unos documentos, señor, y de paso le traigo otra chocolatina, ya que la anterior usted la dejó y la del conserje la votó. —Susana, que sea la última vez que entras a mi oficina sin autorización, y sobre la chocolatina, no me gusta el chocolate, odio el dulce, así que no tienes por qué tener un detalle así conmigo —espetó y se acercó al escritorio para agarrar su móvi
—¿Te gusta lo que ves?— Su pregunta la sonroja aún más y recibe la copa de vino mirándolo directamente a los ojos. —Para nada… De hecho, das algo de lástima— Su respuesta lo hace tensar la mandíbula. —Créeme que ningún hombre, ni siquiera ese abogado, es mejor que yo. —Tu alto ego es lo único que hace es causar repugnancia. ¿Cenamos?— pregunta Kiara y Villarreal traga grueso. Kiara tiene el don de hacerlo enojar y volverlo loco de pasión. Ella lo oye reírse y eso la pone más nerviosa. —Espero que disfrutes la cena, señorita Watson— Archie se sienta al lado de ella. —¿Qué haces?— Lo mira con seriedad y él sonríe ampliamente. —Sentarme a cenar. ¿Algún problema?— Villarreal tiene un magnífico plan que, según él, no puede fallar. —No quiero que estés cerca de mí. Puedes sentarte al frente— Ella bebió un sorbo de vino. Sus nervios están a flor de piel y tanto acercamiento le da temor de caer en los encantos de semejante hombre. —Si dices que no te importo, entonces no enti