Feliz inicio de semana mis amores que disfruten esta maratón de cuatro episodios.
Watson le lanzó el balde de agua a Archie en todo el pecho, dejándolo estupefacto, no pensó que ella hablara en serio. —¡Espero que con esto entiendas!— la mujer se da la vuelta y camina nuevamente hacia la casa, mientras que Nguyen esboza una sonrisa maliciosa, pero esa se borra al escuchar lo siguiente—¡Mojame todo lo que quieras!— Archie no deja de mirarla, esa mujer le encanta —asi salvaje me gustas mas ¿sabias?— se quita el blazer —asi rebelde es que te conoci Kiara Watson, está si eres tú, ven, lanzame mas agua El cuerpo de Kiara se paraliza, no entiende porque él aún la envuelve tanto.—vamonos Archie, no quiero problemas y mi novia seguramente ya ha dormido de tanto esperarme, vámonos— lo agarra del brazo, pero su hermano se aparta —¡no! ¡oye, señorita rebelde, Watson!— le dice con voz seductora—entremos a la casa Esteban, no le te llenes de ira— le pide Kiara al verlo con el rostro rojo de la cólera —¡quiero partirle la cara, te lo juro!— tensa su mandíbula —¡Watson!— Ar
Archie hizo bien en ir a Penthouse porque Lia no había podido dormir y la señora Mercedes estaba afanada. Por eso, la niña, al verlo, corre a sus brazos y Arthur observa en silencio. —¡Te estuve esperando!— balbucea Lia, abrazándolo con más fuerza. —Tenía mucho trabajo, pequeña. —Pero... estás mojado. —Estaba lloviendo, todo está bien, debes dormir temprano—. Mira a la señora Mercedes. —Lo lamento... quería verte antes de dormir. ¿Estás molesto? —Para nada, pequeña Lia—. Sonríe con debilidad. —Ahora que me has visto, ve a tu habitación, es hora de descansar. —La lavaré, señor Villarreal—. Mercedes se acerca a la niña. —No... no quiero dormir sola, por favor. Duerme conmigo, léeme un cuento—. Le hace pucheros. —Pero yo te lo puedo leer, mi niña—. Interviene Mercedes. —El señor Villarreal está cansado, ve conmigo y leeré tu cuento favorito—. Intenta convencerla, pero Lia, al parecer, no quiere a nadie más, solo a Archie Villarreal, y se aferra a ese abrazo que la hace s
—Estás pálida, Samantha—. Kiara terminó de bajar las escaleras y se acercó a los abogados Nguyen. —¿Qué es esta payasada?—. Maxwell está enfadado, y su rostro lo delata por la forma tan afilada en que mira a Kiara. —¡Vete de mi casa, aquí no eres bienvenida!—. La señala. Samantha pasa saliva. —Así que…—. Interviene el señor Nguyen. —La señorita Kiara Watson había tomado un mal camino—. Los mira con seriedad. —Hace dos meses me encontré a la señorita Kiara Watson huyendo de esta mansión, lugar donde la estuve buscando, y ustedes me lo ocultaron. Todo este tiempo me estuvieron mintiendo. —¡Un momento, señor Nguyen! ¿Cómo es que te dejas manipular por Kiara? Ella es una mala hija, y todo lo que te ha dicho son mentiras—. Samantha revela su fuerte carácter. —¡No lo es!—. Esteban espetó con dureza. —Ustedes son unas personas falsas y malevolas. Pero no venimos a discutir, sino a cumplir con el deseo de la heredera. —¿De qué carajos estás hablando?—. Maxwell tiene su rostro enrojec
—¡Estás mintiendo!— lo dijo con furia. —¿Dónde está mi hermana? Si no me lo dices, saldré ahora mismo y lo diré todo sin omitir un detalle. —¡Es cierto! Él se la llevó y tiene la custodia de Lia. Ahora cumple con tu palabra y termina con toda esta m****a que estás provocando, Kiara. O lo vas a lamentar—. Su padre la señaló. Ese hombre estaba tan furioso que, si Kiara hubiera venido sola, quién sabe qué le hubiera hecho. —Saben… por eso les dije que lo iban a pagar todo. Ahora, prepárense, porque así como ustedes jugaron conmigo, yo lo haré con ustedes—. Aceleró sus pasos hacia la entrada principal. —Puedes ser ahora la heredera, pero seguirás siendo la misma rebelde y eso te quita lo elegante—, le dijo su madre. —Créeme que a mí lo rebelde se me puede quitar, pero a ti lo de mala sangre y ambiciosa no se te quita—. Abrió las puertas y los paparazzi empezaron a tomar fotos. —¡Bienvenidos todos al show de los Watson!— dijo, y los periodistas pensaron que era Cloe, lo cual se les
Kiara camina hacia el otro extremo de la gran mesa y toma asiento quedando frente a Archie a una larga distancia. —Buenos días, señor Villarreal, mi nombre es Kiara Watson y seré su compañera de trabajo. Tiene 20 minutos para resumir el plan. Archie frunce el entrecejo, está aterrado con lo que está pasando, no lo puede creer. —¡Señor Villarreal!— lo menciona con autoridad —Inicie por favor, el tiempo es corto—. Mira su fino reloj de oro y él está sin palabras, por lo que ella lo mira fijamente a los ojos. —Tú... ¿tú qué haces aquí? ¿Cómo que... diseñadora?—. Arquea una ceja y su mirada es confusa, por lo que ella se cruza de piernas. —Vengo a hacer lo mismo que usted, señor, a trabajar. ¿Será que puede ser profesional? Villarreal no lo entiende, el impacto que le causó Kiara hasta le quitó el dolor de cabeza, en un dos por tres. Por lo que se quita la corbata y la enrolla, haciendo que ella se tense. Ese simple movimiento le distorsiona la mente. —¿Estás jugando conmigo? —
—Es solo una cita, tan solo dime que sí— Archie continúa con su postura relajada. —No confío en ti. ¿A dónde quieres llegar? —Para que veas que tengo palabra, vamos, te llevaré con Lia— Kiara se emociona, pero no lo demuestra. —Y si tanto tu nivel de desconfianza te doy la custodia, mi abogado se encargará de todo y solo tú la tendrás, porque sé que si lo hacemos, tendrás que cumplir con esa cita. Realmente, es eso lo que pido, una cita desde las 7 de la noche hasta las 12. —¿Quéeee? ¿Por qué tanto tiempo? —Tranquila, no te voy a comer. Será una cita agradable. ¿Aceptas o no? Dime, porque sé que Lia será muy feliz al verte. —¡Maldición!— espeto mentalmente. —Quiero ver a mi hermana, por ella, lo que sea— continúa en sus pensamientos. —¿Vamos? ¿O prefieres irte con el abogado? —¡Eres insoportable! Llévame con mi hermana. Kiara abre la puerta y sale de la sala de juntas, por lo que Archie sonríe porque se salió con la suya. Pero al salir, no se espera ver a una muj
Kiara y Archie se encuentran solos en el ascensor, rodeados de espejos y luces suaves. La tensión entre ellos es palpable, pero Archie no parece sentirse incómodo. De hecho, parece disfrutar del juego de poder que están jugando. Aunque ella lo haya sentenciado, ese hombre es tan terco que lo único que busca es llamar su atención, así sea haciéndola enojar. —¿Sabes, Kiara? —dice Archie, su voz baja y seductora—. Me encanta la forma en que te ves cuando frunces tus labios. Sé que quieres mandarme al infierno, pero hay algo que nos unirá para siempre. Kiara se sorprende, mirándolo con incredulidad, pero sabe que no puede ser débil ante él, no después de todo lo que pasó. —¿Qué? —pregunta, su voz firme—. Claro, según tú. Archie quiere acercarse a ella, pero recuerda lo que le dijo Jason. Sin embargo, esa mujer lo tiene alborotado. —Lia, ella me ama y soy su salvador —dice Archie. —¡Vaya! Pero no dejas de ser presumido —responde Kiara. —Lo sé, lo sé. Causé sensación en las per
Kiara mira nuevamente a su hermana y, si Mercedes le ha sugerido eso, siente que lo mejor es hacerlo. —Hermana, por favor, espérame; iré a hablar con el señor Villarreal, ¿bueno? —Lia le sonríe, por lo que Kiara le devuelve la sonrisa—. No me tardo; gracias, señora Mercedes —se aparta de Lia para buscar a Archie. —Es hora de tu merienda, pequeña Lia —Mercedes le acaricia el rostro, y la niña se siente más tranquila ahora que ha vuelto a ver a su hermana. El penthouse le trae malos recuerdos, pero sabe que debe ser fuerte e inquebrantable; así que toca la puerta del despacho. —Adelante —Archie da el paso, y ella abre la puerta; el verlo en una llamada telefónica, espera que termine; no se acerca; solo entra y cierra la puerta para hablar en privado, y lastimosamente los recuerdos la golpean; recuerda las discusiones que tuvo con él y aquella vez que por poco se entrega. —Perfecto; gracias —Villarreal cuelga la llamada y apaga el móvil para que no haya interrupciones—. Por favo