MODELO

Adele Smith

Señor escúchame, te necesito, deje todo atrás, por un vida digna para mi hermanita, Dios, no me ayudes por mí, ayúdame por ella, para que no pase por las humillaciones que yo pase.

Comienzan a pasar una aspirante tras otra tardando solo uno diez minutos en la entrevistas, una tras otra sale con una sonrisa triunfal, como si el trabajo fuese de ella

—No pierdan el tiempo, yo tengo un doctorado en negocios internacionales y hablo cuatro idiomas, ahórrense la vergüenza de un rechazo y váyanse. — Dice la Carola, puedo ver que se llama así por el carnet de visitante que lleva guindado al cuello como las demás.

—Y con ese currículo ¿buscas trabajo de asistente?, lo más seguro es que no aprendieras mucho en el paso por la universidad ¿Por qué no estás dirigiendo tu propia empresa?— Cuestiona otra, dejándole ver que todas acá somos iguales, aspirantes.

Cuando llega mi turno respiro profundo, después de mi hay otras aspirantes,

—Eres una vieja inútil. — le dice una señora a otra que está recogiendo unos papeles en el suelo nerviosa

No se llevada por qué impulso que me coloco de rodillas a ayudar a la señora que está en el suelo.

—Lo siento jefa. — Gimotea la señora mayor.

—Eres un vieja asquerosa deberías irte de una vez. — Le dice.

—Usted puede ser la jefa de aquí incluso la dueña, pero no debe tratar así a sus empleados. — Le digo de forma educada sin alterarme, recogiendo los papeles que estaba en el suelo junto con la apenada señora.

— ¿Quién eres tú para decirme a mí que hacer o como tratar a mis empleado?— Me pregunta con soberbia, tengo ganas de llorar, ¿Por qué no me escuchas señor?, pienso con ganas de llorar.

—Nadie, pero una empresa como esta debería tratar bien a sus empleados estoy segura que son personas muy capacitadas. — Le respondo, sin entregar mi currículo, pienso que no tiene caso.

—Dame tu currículo. — Me dice extendiendo la mano, se lo entrego temblorosa.

Abre mi hoja de vida y comienza a leer en voz alta, Adele Smith, estudio en la escuela del sagrado corazón de Jesús, al terminar la educación Básica, estudio en la escuela segundaria publica Los Ilustres graduándose con honores.

Inmediatamente comenzó su única experiencia laboral como camarera. — Dice bajando la hoja como decepcionada.

Desde los diecisiete años es tutora legal de Alexa Smith.

—Tienes veintitrés años, ¿Cómo es que no iniciaste una carrera universitaria con un futuro tan prometedor?— Me pregunta con los ojos entrecerrados mientras respiro agitada y tengo ganas de llorar, siento que se burla de mi, las hojas de vida de todas las aspirantes anteriores son excepcionales a diferencia del mío, no creo que ni de personal de limpieza me llamen en un lugar tan impresionante como este

Fui una ilusa soñadora al pensar que tenía una oportunidad, —Mi padre murió, y soy el único son ten de Alexa. — Respondo después de aclarar mi garganta.

— ¿Que estas dispuesta a hacer para pertenecer a esta empresa?, el jefe es un ogro insufrible, trabaja hasta los domingos. — Me pregunta ella.

— ¿Duerme acá?— Cuestiono.

—A veces. — Me dice con una sonrisa.

— ¿Dónde dormiría yo?— Cuestiono, para que sepa que seré tan comprometida como se necesite.

—No podrás ni siquiera tener novio. — Puntualiza

—No vine de tan lejos a buscar novio. — Le respondo segura, miro la hora y he pasado veinte minutos acá.

— ¿Estas apurada?— Cuestiona.

—No señora. — Respondo, seria.

—Para trabajar aquí, tendrías que pasar por un periodo de prueba de tres meses y además una formación intensiva para cumplir con los estándares de la empresa. —Me explica.

—No tengo problema. — Le respondo.

—Y uno de los beneficios de la empresa es una beca completa a los estudiantes universitarios, si decides continuar con alguna carrera. — Me dice ella.

—Bien. — Le respondo, me ofrece su mano,

—Si quedas seleccionada, te llamaremos y debes venir a la hora que sea okey. —  Informa y yo asiento.

—.Gracias. — Respondo extrañada de que no me mandara a sacar con la seguridad, no salgo como las demás, mis probabilidades de conseguir ese trabajo son casi nulas.

Apenas salgo, comienzo a buscar trabajo como camarera o mantenimiento en algún lugar, los sueldos en New York son mejores que en el pueblo.

—Entro a una boutique e intento conseguir trabajo de mantenimiento o lo que sea  y en ese momento le están tomando fotos a una chica, que se molesta no sé porque y le tira agua de su vaso a la fotógrafa. —

— ¿Estas demente?— Le grita la otra, limpiando la cámara.

—Soy una estrella y no me tratas como es debido. — Le dice y se levanta y sale como una diva empujándome al salir.

—Cualquier chica hace tu trabajo ¡loca!— Le grita la fotógrafa.

—No encontraras a nadie como yo. — Le grita la modelo.

—Mejores. — Le responde a gritos la fotógrafa segura.

—Jajajajaja, pero tú no tienes tiempo. —Se burla la “modelo” y solo las veo a ambas gritarse entre sí,

— ¡Ya tengo la modelo!— Le responde la fotógrafa señalando en mi dirección, yo comienzo a buscar a la otra chica detrás de mí, y no la veo ¿Quién será esa chica?— Me pregunto para saber el chisme completo, puedes sacar a la chica del pueblo, pero no a el pueblo de la chica, pienso burlándome de mi misma, lo que me hace sonreír.

La fotógrafa, dispara el flas, dejándome confusa, new york es una locura total.

— ¡Oye!— chillo cambiando la expresión a una molesta

— ¡Perfecto! Dice la mujer y entonces mi confusión se refleja en mi rostro.

— ¿Estás loca?— Cuestiono, colocando las manos en mis caderas

— ¿Te han dicho que eres linda?— Me pregunta ella.

Nicolás.

—Ya tienen seleccionada a mi futura asistente— Pregunto quitándome los lentes cansado, desde una semana, estoy sin asistente la otra renunció porque quiere dedicarse a su familia, su matrimonio está a punto de terminar por mis exigentes horarios.

Si me preguntan, no tengo ningún remordimiento el éxito no llega por casualidad, debes hacer sacrificios para no ser un perdedor, para no ser uno del montón, cuando llegue acá persiguiendo mis sueño y ambiciones no era nadie.

Me propuse, luchar con uñas y dientes, para que ninguno recordará mi pasado, para que nadie me viera por encima del hombro y hoy soy dueño de mi propia multinacional.

Para lograrlo sacar un sacrifique muchas cosas entre ellas mi vida personal, no soy santo cuando quiero sexo solo salgo y lo consigo, pero eso sí, solo de una noche nunca repito.

No tengo tiempo para los compromisos con nadie.

—Sí señor, tienes tres opciones, dos de las mujeres tiene todos los estudios y preparación que la empresa requiere—Me informa la jefa de recursos humanos

— ¿La otra?— Cuestiono, tomando en mis manos los tres currículo

—Solo tiene los valores, es la única que me ayudo, cuando me maltrataban en la prueba que usted mando a poner de forma adicional, pero le advierto que solo termino la segundaria, aunque con excelentes calificaciones, creo que todo se le daño con un embarazo temprano, tiene una niña a su cargo, sin experiencias profesionales cercanas a lo que necesitamos—

—Quiero a esa, probemos algo diferente a lo que estamos acostumbrados, quizás sea nuestro día de suerte. — Respondo, sin pensar que esta acción cambiaría mis días aburridos para siempre.

Adele Smith.

—Apenas asomo mi nariz al edificio, una chica me agarra del brazo, —Llegas tarde, tiene que cambiarte de inmediato, la pasarela está a punto de iniciar— Dice sin que pueda procesar lo que está pasando a mi alrededor.

Me lleva a un lugar donde todas se cambian afanadas, les hacen peinados extravagantes y usan vestidos reveladores e increíbles.

—No te quedes estática, pareciera que fuese tu primera vez en un camerino—Me reprende la chica si tener idea que es mi primera vez en un maldito camerino

—Te toca este vestido, con estos zapatos y estos accesorios ¡cámbiate! — Chilla impaciente colocando todo en mi pecho con un poco de fuerza, tengo los ojos desorbitados y me cambio delante de todas, como ellas lo hacen delante de mi sin problema alguno, ninguna de las otras me presta la mínima atención, tengo los ojos desorbitados, de lo único que no me separo es de mi teléfono.

El vestido me queda como un guante, revelando, parte de unos atributos que no tenía idea que poseía, los tacones son súper altos.

Sigo las indicaciones sin saber ¿cómo diablos llegue aquí?, tengo miedo, las luces son cegadoras, camino con miedo y cuidado de no caerme, por la pasarela en shock aun, mi cara debe ser un poema, porque la luz de las cámaras, apenas me deja mirar por donde voy, cuando bajo, de la pasarela entra una llamada a mi celular que me hace espabilar.

—Todas se felicitan, y se abrazan, incluso me abrazan a mí, como si todo hubiese sido un logro, solo dure dos minutos allí, El dinero, está en sus cuentas. —Dice la mujer, entregándome una tarjeta a mí.

. —No teníamos tu cuenta y ayer mismo te abrimos una en nuestro banco querida, felicidades te luciste, ese vestido es un regalo para ti, también, es el más caro de mi colección—Dice la que entiendo es la diseñadora

—¿Gracias?—Respondo abrumada

Mi teléfono, comienza a repicar de nuevo—Soy Damelis, jefa de recursos humanos de la multinacional Nk, La estamos esperando para su primer día de trabajo, su jefe ya está enojado—Me informa ella.

—Voy para allá.— Respondo sin poder creer que me hayan seleccionado sobre todas ellas, todas mejores a mis criterios que yo— ¡Dios eres bueno!— Grito sin contenerme y todas ríen por mi arrebato, salgo disparada, y tomo un taxis que solo dura dos minutos en dejarme frente a la transnacional.

Apenas entro sé que estoy vestida muy fuera de lugar, todos me ven, las mujeres visten de forma elegante y sobria.

— ¿Que hace aquí, a quien busca?—Pregunta la recepcionista.

—Soy Adele Smith, la nueva asistente de presidencia— Explico y ella solo me ve de arriba abajo con los ojos desorbitados sin poder creerlo, tengo que entrar dando explicaciones, en mi primer día, ni un maldito abrigo cargo conmigo para cubrirme un poco.

—Me indican por dónde ir, camino con cuidado, para no partirme el cuello con los tacones tan altos que llevo, estoy muy nerviosa, no puedo creer mi suerte, no puedo creer que yo sea la asistente de presidencia de esta empresa.

Toco la puerta, y espero que me diga una voz profunda y masculina —Adelante.— Giro el pomo y doy un paso y entro a una oficina, del tamaño de mi apartamento con dos escritorios adentro y una increíble vista a New York, me quedo impresionada viendo la vista y un hombre de pie aparentemente joven de espaldas a la puerta.

—Hola, soy Alede Smith, su nueva asistente. — Titubeo  y cuando el voltea a verme ambos nos quedamos con la boca abierta por un instante.

—No puedo contener la emoción al ver a mi amigo de la infancia y mi crush, secreto frente a mí, cierro la distancia que nos separa, y lo abrazo—¡Nicolás!.— Exclamo emocionada abrazándolo de forma que no lo  espera, lo sé por sus ojos desorbitados, y sus manos en el aire, no me devuelve el abrazo que con tanto cariño le ofrezco

— ¡Señorita mantenga la distancia! No comprendo que pensó la jefa de recursos humanos al escogerla. — Expresa, incomodo con mi arrebato sinceramente también me hice esa pregunta, sé que casi todas las mujeres que vinieron ayer, estaban igual o más capacitadas que yo.

Me siento muy decepcionada al descubrir que ¡Ni siquiera me reconoció!.

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