Si estuvieran en el lugar de Donna y tuvieran que escoger, ¿con quién se quedarían, con el psicópata o el mafioso? Jajaja la pregunta no suena muy alentadora, ya sé.
SLOANE D’MARCO—¿Cómo se siente nuestra mamita? —dijo la enfermera mientras me ayudaba a salir del baño. Esa ducha caliente me había sentado bien para los músculos y huesos. No recordaba que parir fuera como ser arrollada por un camión.Antes de acomodarme en la cama, ambas volteamos hacia el amplio sofá donde Derek descansaba. Estaba completamente dormido y con ambas bebés recostadas sobre su pecho. Parecía un niño aferrándose a sus peluches para poder dormir, mientras que las niñas disfrutaban de estar acurrucadas con su padre. No pude evitar sonreír enternecida por la imagen, nunca quería olvidarme de cómo se veían. Sabía que Derek sería el mejor papá para Ale y Fio… Alessia y Fiorella Magnani, mis niñas, mis princesas, y las angelitas de papá, con sus cabellos rojos y sus ojos oscuros. Deseaba con todo mi corazón que Brian llegara para conocerlas, no podía imaginar su reacción. Me acerqué un poco y como si Derek sintiera mi presencia, estrechó aún más a mis niñas. —Mis bebés… —s
SLOANE D’MARCODerek se levantó y avanzó hacia Cristine, tomando su rostro entre sus manos y viéndola con intensidad. —¿Cómo una cosita pequeña y tierna como tú fue bailarina de esas? —preguntó aterrado y después la abrazó—. Imposible… No dejaré que el pervertido de mi hermano te orille a hacer esas cosas de mal gusto. —Pero fue divertido… —susurró Cristine intentando sobrevivir a su abrazo. —Shhh… calla pequeña e inocente criatura, no dejaré que este viejo pervertido te siga usando de esa manera —agregó con voz maliciosa y entornó los ojos al ver a Eliot—. Tal vez un periodo de abstinencia te hará reconsiderar.—¡¿Abstinencia?! No, no, no… ya superamos la cuarentena y no pienso perdonar ni una noche —dijo Eliot amenazante e indignado. —Como mi hermano, deberías solidarizarte conmigo y abstenerte hasta que la cuarentena de Sloane pase. Velo como un acto de amor hacia mí —susurró Derek mientras acariciaba el cabello de Cristine como si fuera un gato. —Convence a Luca y tal vez lo
SLOANE D’MARCO—Quiero hacer las cosas bien… —susurró Derek y sacó una pequeña caja de terciopelo del bolsillo—. Hace tiempo me fui, dejando un anillo de compromiso y una promesa en el aire… Me juré que, si regresaba, te pediría que fueras mi esposa de la manera adecuada, no como si fuera una posible despedida. Inspiré profundamente para controlar mis sentimientos, pero era muy tarde, ya estaba llorando. —No puedo imaginarme una vida sin ti. Tenerte lejos es la peor tortura que recibí durante estos veinte años. Haría lo que fuera por pasar cada segundo a tu lado. Sloane, contigo lo tengo todo y sin ti… no hay nada, me siento vacío y solo, me muero de dolor si un día me faltas… no sabes… el terror que me invade de solo pensar que… Negaba con la cabeza mientras pesadas lágrimas caían por sus mejillas. Parecía un niño aterrado y solo pude apoyarme en las puntas de mis pies para poder alcanzarlo y abrazarlo con todas mis fuerzas, porque también sentía lo mismo que él. —Nunca me iré de
CRISTINE FERRERA—Te queda hermoso… —dije mientras revisaba los últimos ajustes en el vestido de Berenice. La boda estaba cerca y todos estábamos muy emocionados.—Gracias, Cristine —contestó con los ojos cargados de ilusión—. En verdad, significa mucho para mí que seas tú quien me dé el vestido. Le sonreí con ternura y tomé sus manos. Parecía un ángel y hacía vibrar mi corazón. —Estoy muy feliz por ti y por Luca. Están formando una familia muy bonita. Enderezaste a ese mujeriego arrogante. —Soltamos una risa compartida antes de que una de las confeccionistas la escoltara al probador para quitarse el vestido. Sentía que por fin las cosas comenzaban a componerse.—¿Cristine? —preguntó Brenda a mi lado, parecía algo misteriosa—. Tengo lo que me pediste.Me extendió un folder y en cuanto lo abrí recordé mi última «plática» con Jonathan. Había una lista corta de nombres, pero cada nombre tenía subdivisiones llenas de información, familiares cercanos, amigos, lugares frecuentados, número
CRISTINE FERRERAMe quedé en completo silencio, para este punto, todos conocíamos de cierta manera la tragedia que torturaba a Zafrina y abrir esa vieja herida la hizo palidecer. Noté como sus ojos brillaban por el dolor y sus labios temblaban, pero el orgullo de esa mujer era más grande.—Si Cristine pierde la empresa, entonces no tendrá recursos para cometer tonterías. Así de sencillo —dijo completamente segura de su decisión—. No estoy cometiendo el mismo error, la estoy protegiendo de sí misma. —Sí Cristine pierde la empresa, entonces le quitarás todo recurso para defenderse —agregó Berenice con firmeza, enfrentándola—. De la misma manera que hiciste cuando alejaste a Karen de ti. La dejaste desamparada. ¿En verdad eso quieres? Solo te recuerdo que al final Karen no sobrevivió a tus decisiones. ¿Lo mismo esperas con Cristine?Zafrina volteó hacia mí, como si pudiera imaginarme en un ataúd y descendiendo tres metros bajo tierra. Sus ojos liberaron un par de lágrimas, pero sus labi
CRISTINE FERRERA —Solo hice lo que creí justo —confesó Luca sentado en la silla de Eliot mientras los tres lo veíamos de manera acusatoria, solo faltaba poner una luz sobre su cara. —¿Lo que creíste justo? ¡Fue ilegal! —exclamó Jimena aún más pálida y ojerosa. —Falso, no fue ilegal, me puse a investigar y resulta que al ser un Magnani y además socio mayoritario, podía hacerlo. Avisarles era mera cortesía y sinceramente ninguno de esos viejitos me cayó bien desde que corrieron a Eliot como si fuera solo el barrendero… —contestó indignado.—Luca… —Eliot torció los ojos, pero no fue suficiente para detener las palabras de su primo. —¡No! ¡Eso si fue injusto! Diste todo por la empresa y no lo valoraron. Sé que no eres el hombre más agradable, ni el más comprensivo, entiendo que trabajar contigo y soportar tus exigencias tuvo que ser como una patada en las pelotas —empezó a vociferar como político en campaña—. Comprendo que seas intolerable y mandón, enojón e insoportable. Ya me imagin
DONNA CRUZCon cada paso que dábamos, mi corazón se aceleraba y la angustia me estaba asfixiando. Nadie hizo preguntas y a nadie le importó que fuera en calidad de rehén. Enfermeras, doctores, incluso guardias de seguridad nos veían pasar sin prestarnos interés. —¿Sabes? En verdad quiero cambiar, quiero lo que tú me dijiste que podía conseguir. Tus palabras me mostraron otros panoramas que nunca consideré —susurró Jerry mientras me llevaba, obligándome a ir a su paso, aunque sus manos en mi brazo y cintura eran gentiles, podía sentir su hostilidad—. No miento cuando te digo que quiero ser bueno y que quiero serlo a tu lado. No había conocido a una mujer como tú, tan dulce e inteligente. Eres divertida y muy bonita. »De pronto me di cuenta de que estaba fantaseando con tener una familia contigo. Incluso podríamos ir a México y conocer a tu familia, me encantaría que me presentaras a tu madre, debe de ser tan fuerte e inteligente como tú, de algún lado lo sacaste. Volteé hacia él, tr
DONNA CRUZJerry besó mi frente antes de salir de la celda y que el director cerrara la puerta. Empezó su recorrido de regreso por el pasillo, pero el director se mantuvo unos instantes, viéndome fijamente con atención. —¿Entiendes que Jerry no es una persona normal? —preguntó entornando los ojos. —Es un psicópata… —respondí con fastidio. —Un psicópata puede tener una vida normal, puede desempeñar un trabajo y puede incorporarse a la sociedad sin que esta resienta su problema mental. De hecho, son muy buenos en trabajos donde se necesita tener sangre fría, como policías, forenses o hasta cirujanos… —De inmediato pensé en el hermano gemelo de Eliot, Derek, ese tipo era un psicópata, pero parecía capaz de tener una familia y mantener ciertos límites, incluso sentir empatía, aunque solo fuera por un número muy reducido de personas—. Jerry no es solo un psicópata, no solo no es capaz de no sentir empatía, él tiene algo que en psiquiatría le llamamos la triada oscura. »También es narci