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Capítulo noventa y cuatro

“Dicen que las cosas caen por su propio peso, pero he descubierto que a veces el peso es tan grande que terminas sintiendo lástima por quien debe cargarlo y quieres ayudarlo… Bueno, por un momento, porque luego recuerdas porque lo obtuvo y se te quitan las ganas”

Milo

El timbre de la puerta suena y todos nos volvemos a mirar hacia ella, creo que todos piensan que Rodolphe ha vuelto, aunque yo no lo creo; mi hermano no tocaría a la puerta de esa manera y no volvería sobre sus pasos, de no después de la manera en la que Litia lo echó, es bastante orgulloso.

— ¿Alguien puede abrir esa puerta? Van a despertar a las trillizas — Aisha se ha vuelto superprotectora con mis hijas, a veces siento que es más consciente de su bienestar que la misma Awa.

— Ya voy yo, con tal de que no sea un loco más — Leo se dirige a la puerta mientras observo a Juli

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