Capítulo ciento dos

Mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas, se supone que mi vida era algo así como una comería romántica, entonces no debería estar llorando por todo lo que me dice la malévola de mi hermana menor y por todo lo que me hace mi hermana mayor.

¡Soy como una cenicienta!

— Si recuerdas, Rodo se casó con Litia a escondidas ¿Cómo crees que ella iba a poder conocer esa tradición familiar? Y no llores, no creo que seas una mala madre, solo que no te has leído ni un solo libro sobre maternidad, ni participas en los chats de madres primerizas, eso te ayudaría bastante, además de preguntarle a mamá o dejar que tu suegra te dé algunos consejos — Dice muy tranquila.

— ¿De qué estás hablando? Entre mi madre y Caroline, me van a volver loca, ninguna se pone de acuerdo ¿Has visto los libros de maternidad? No podría leerlos, aunque quisiera — Me enfurruño.

— Nunca has terminado de leer un libro — Me dice Litia.

— De hecho, técnicamente los termina, se lee el final po

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