Capítulo cuatro

“¿Y si nuestros deseos de maternidad son sumamente egoístas, y solo pensamos en sobre poblar la tierra por nuestra satisfacción personal?... En realidad, creo que sería muy triste llegar a una edad avanzada, sola, sin hijos, ni nietos, ni perro que te ladre ¿Eso me hace egoísta?”

                                                                                                                                                               Awa

Intenté explicarle todo lo que sentía a Vico, pero al parecer ni yo lo tengo muy claro, así que estuvo difícil que él lo comprendiera. Al final, fuimos a la clínica privada, donde nos aseguraron que podríamos tener un niño fuerte y sano y guapo. Lo de guapo Vico estuvo convencido de que sería por sus genes y no supe si sentirme ofendida, todavía sigo pensando en eso.

Le dije a Vico que no tendría problema en hacerlo con él una o dos veces con tal de quedarme embarazada, pero es que el pobre no soporta ni siquiera besarme. Estoy segura de que no es su intención el hacerme sentir mal, pero a veces me pregunto si huelo mal o tengo mal aliento, porque hablando muy serio, que le dé tanto asco ya es exagerado ¿No?

— Señora Gaillard, mientras esperamos la definición de la fecha del procedimiento, espero que siga mis recomendaciones y estoy seguro de que todo saldrá de la mejor manera — me quedo mirando al ginecólogo que es muy guapo, pero al parecer, juega para otro equipo, igual que mi flamante esposo y no han dejado de mirarse, aunque esté hablando conmigo; resulta tan incómodo que tal vez los dejo solos, ni se enteren.

— ¡Hola! — Levanto mi brazo y muevo repetidamente mi mano, el doctor al parecer logra desprenderse el hechizo de la mirada lasciva de Vico y me mira ¡Esto es tan incómodo! — ¿El procedimiento lo hará usted? — Le pregunto cuando tengo por fin su atención, pero como la de un niño con hiperactividad, solo por un segundo.

— Por supuesto, señora Gaillard, no se preocupe por nada, garantizamos un seguimiento personalizado hasta el final — Me responde y no sé si quiero ese tipo de seguimiento tratándose de él, no quiero que me toque, no estoy celosa, es solo que, si es algo obsesivo como yo, querrá hacerme daño porque estoy segura de que estoy casada con el hombre que le interesa a partir de ahora ¿Estaré muy paranoica?

— Y antes del procedimiento ¿Podremos vernos? — Me giro y observo a Vico con la boca abierta ¿Le está pidiendo una cita frente a mí? Lo golpeo con fuerza en el muslo — quiero decir ¿Tendremos que verlo antes, doctor? — Es increíble, puedo notar el sonrojo en el doctor ¡Pero si es de piel negra!

Al doctor le brillan los ojos, esto es muy incómodo, me siento en medio de una danza de apareamiento.

— Tendrán que venir a entregar las muestras y por supuesto yo estaré aquí para asegurarme de que todo salga bien — Su sonrisa es tan blanca y hermosa que me da un poco de repelús, bueno, de envidia también ¿Quién es su dentista?

— Por supuesto, yo estaré aquí para ayudarte si te cansas guapo — Le digo a Vico cuando salimos del consultorio imitando la voz del doctor.

Estoy muy enojada y no sé por qué. Está claro que no estoy enamorada de Vico, eso lo sé desde hace más de doce años, cuando intenté darle un beso pocos días después de conocerlo, se alejó de inmediato. Luego me dijo que le gustaban los chicos y que no tenía un problema de identidad sexual, o sea. Las cuentas claras y el chocolate espeso.

— ¿De qué hablas? A mí me ha parecido un doctor excelente, este Laurent — En serio, esto va a ser un desastre, es que ya lo veo venir, tan grande como una casa, o mejor un palacio.

En los últimos días, Vico ha estresado un montón, hoy tiene la cita para llevar a cabo su bien amado proceso de extracción de sus queridos prospectos de bebés. Le dieron la cita a él solo y por más que he insistido en acompañarlo, se ha negado obcecadamente.

— Vico, yo voy contigo, tengo que asegurarme de que todo salga a la perfección — Él termina de ponerse la chaqueta.

El mes de octubre está terminando y empieza a refrescar, aunque por fortuna en nuestra ciudad nunca tendremos las bajas temperaturas del resto del país, así que una ligera chaqueta es suficiente y en ocasiones solo es suficiente utilizarla en las noches.

— ¿Vas a dejar de acosarme? No soy Iván, no voy a salir corriendo con la primera “Furcia” que se me aparezca y recuerda que somos amigos, no estamos en una relación sentimental, Awa — Me habla como si yo tuviera tres años, ¡idiota!

— Por supuesto que tengo claro que no estamos en una relación sentimental, eres gay, aunque no entiendo por qué tus padres no lo han descubierto todavía. Además, está claro que no me vas a abandonar por una “fur…” “fur…” — Odio, cuando utiliza palabras en español, adora que la gente le pregunte si tiene raíces latinas.

— Furcia — Repite.

— Eso, está claro que no vas a ir detrás de ninguna de esas, porque no te gustan las mujeres, así que no me trates como idiota. Solo quiero asegurarme de que todo va a salir bien, no tenemos más dinero como para perder esta oportunidad — Vico me asegura que todo va a ir bien y que tendrá mucho cuidado, que conducirá como un abuelito y luego sale casi que escapando del apartamento ¿Acaso tiene seis años?

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