La familia de la novia solo miraba en silencio, esperaban que se diera ese matrimonio para disfrutar del beneficio de ser patrocinado por las empresas Pratt.
—Qué mal educado eres muchacho, esa es la educación que te hemos dado —grito el anciano por la actitud arrogante de su nieto.
—Buenos días a todos, Abuelo, tengo el tiempo calculado, señor juez terminemos con esto rápido, —al terminar de hablar se sienta en la silla que está al lado de la chica.
La boda fue rápida, el corazón de Lindsey estaba acelerado, sintió un sudor frío recorrer su espalda, no por su esposo, sino porque en algún momento de su vida soñaba con casarse por la iglesia con el amor de su vida y ahora ese sueño se fue por el acantilado.
Kyle firmó el documento, de reojo miro a la chica quien no le generó ningún sentimiento, estaba neutro, se levanta de la silla acomodándose el traje.
Con una sonrisa malévola, Kathen le susurro en el oído a su hija—. Te lo dije, este hombre va a acabar con ella.
Courney solo miraba al guapo hombre con coquetería.
—Bueno, señores, me despido, tengo cosas que hacer, —miro a su mamá y continuo—. Madre serias tan amable de llevar a la señorita a la casa, me esperan para una reunión de negocios.
Suspirando resignada, Sussan respondió.
—tranquilo hijo, yo la instalo en tu casa.
Kyle sale de la oficina del juez sin mirar a nadie.
Minutos después todos salieron del registro, los familiares de la novia se despidieron de ella con hipocresía.
El chofer del abuelo apareció y se montaron las tres personas en la limusina.
—¡Niña! Sé que mi nieto se ve un poco frívolo y soberbio, pero no es una mala persona, —comentó el anciano con ojos cariñosos y le tomó las manos.
—Entiendo señor Pratt, — lo miró con dulzura.
—Eres una chica educada y tímida, seremos familia, así que llamarme abuelo Hugo.
—A mí solo dime Sussan, nada de señora o suegra, solo Sussan, en cuanto a mi hijo, solo tenle paciencia. Es hijo único, desde que se fue de la casa familiar, vive con su nana Emilia que lo consiente como otra madre — aseguró Sussan dibujando una sonrisa en su rostro.
Lindsey solo asistió con la cabeza, estaba nerviosa, desde ese instante su vida cambiaría y no sabía lo que le esperaba en su nuevo hogar con el hombre de hielo. Recorrió el resto del camino en silencio, observaba por la ventana del carro varias mansiones que desaparecen dejándolas atrás. El carro se detiene en un gran portón y este abrió de par en par, luego siguió transitando, observó unos árboles en filas que parecían indicar el camino, admiro boquiabierta la enorme mansión que se encuentra en el centro.
Se bajó del carro a pasos lentos, mirando en dirección a ella quedando frente a la fachada de su nuevo hogar, es una enorme casa pintada de blanco, pudo visualizar dos enormes columnas talladas en piedras, la parte baja de la fachada está cubierta por piedras calizas.
La puerta principal está pintada de negro, se abre y aparece una mujer de mediana edad, no tan alta, de contextura robusta, con una agradable sonrisa.
—¡Bienvenidos señores! Un gusto volver a verlos.
—Mi querida Emilia, ella es mi nieta Lindsey, la esposa de Kyle — aclaró el anciano.
—¡Mucho gusto, señora! ¡Yo soy Emilia!, y ayudo a mi niño a mantener la mansión en armonía.
—¿Por favor no me llame señora?, solo dígame Lin.
Emilia a simple vista le agradaba la esposa de su niño, aunque refleja tristeza en su mirada, también se podía observar tímida y angelical. Aunque no entendía ¿por qué una niña de su edad se vestía así?
Sussan agarrándole las dos manos a Lindsey se despidió.
—Nosotros no retiramos, te dejamos en buenas manos, si necesitas algo puede pedírselo a Emilia con toda confianza o pídele mi número de teléfono y me puedes llamar cuando quieras —esbozó una sonrisa de solidaridad, posa las manos sobre los hombros de la chica y la abrazo.
Lindsey se encuentra aturdida por las muestras de afecto de su nueva familia, solo puede asistir con la cabeza.
El chofer se acerca con su maleta, se la entrega y ella la recibe gustosa, le agradece con una mueca.
—¡Querida nieta! Pronto vendré a visitarte —aseguró el anciano, le dio la espalda y caminó hacia la limusina seguido por su hija.
Lindsey al entrar se queda asombrada por la elegancia y el lujo que emanaba de la mansión, aunque la sentía fría con esos colores blanco, gris y negro que se asomaban en cada rincón de la casa.
—ven mi niña, te llevo a tu habitación, debes de estar cansada.
Al escuchar la habitación, Lindsey se sobresaltó, parpadea varias veces, su cuerpo se estremeció al pensar que iba a dormir con Kyle.
Emilia, al ver su reacción, sonrió afectuosamente, le colocó una mano en la espalda y empezó a empujarla hacia adelante.
—Ven mi niña, subamos las escaleras, tu habitación está al frente de mi niño, él me indico que van a dormir en habitaciones separadas.
Lindsey suspiro aliviada, siguió los pasos de Emilia hasta llegar al pasillo de la segunda planta, Emilia le indicó cuál era la habitación de Kyle y luego abrió la del frente y la animó a pasar.
Al entrar sintió como cierran la puerta en su espalda, observa una enorme cama en el centro cubierta con sábanas blancas y dos almohadones, camina hacia una puerta y la abrió, se quedó boquiabierta al ver un enorme closet con espacios en los lados, arriba tiene gavetas y una pared completa con divisiones para zapatos, agarró su maleta y acomodo su ropa con rapidez, se vio minúscula en ese enorme espacio, luego cerró el closet y se lanzó de espalda en la cama, observando el techo se preguntó.
«¿Dios qué más pruebas tienes para mí? ¿Por qué colocaste un ogro en mi camino? Aunque no voy a negar que me gustó mucho, es muy atractivo y deseable, debe tener mujeres que lo complacen en todo. Como me miro sé que no soy de su agrado» se llevó las manos a la cara sacudiéndose la cabeza «olvídate que tendrás oportunidad con ese ogro, no es para ti».
Tenía ganas de llorar, pero las lágrimas no querían salir, ahora sí se sintió sola en esa fría y amplia habitación.
CAPITULO 7 En un apartamento lujoso estaba una pareja disfrutando del sexo. Kyle le agarró las manos a Catrina bruscamente, la lanzó de espalda en la cama y la penetro salvajemente, ella gemía de placer, él se sintió frustrado por verse obligado a casarse con una chica insignificante. Cuando acabó, se retiró de ella, entró al baño y tiró el condón en la papelera, luego la desamarro y empiezo a vestirse. —¿Te vas?, ¡Pensé que pasaríamos la noche juntos! —Recuerda que desde hoy soy un hombre casado y tengo que cuidar mi imagen. — Estoy cansada de que tu abuelo quiera dirigir tu vida, estoy a punto de perder el control. —Pero tú no colaboras, te dije que no podías asistir contigo a ese evento, y la niña se aparece nada más y nada menos que con la competencia. Catrina hace un puchero mientras se posiciona detrás de él acariciándole el cabello, le habló coqueta —¡Ya perdóname sí! Solo fui con él a ese evento para darte celos, porque no te decides a enfrentar a tu abuelo y reclamar
Lindsey llegó a la mansión como de costumbre, cuando estaba dando unos pasos en la punta de las escaleras escuchó una voz intimidante.—¿Dónde estabas?Lindsey pone los ojos en blanco y volteo para mirarlo—. ¡Buenas noches, Kyle! ¿Cómo estás?—Para ti soy el señor de la casa, debes dirigirte a mí, como señor Kyle.A Lindsey no le gusto como él le estaba hablando, su mirada oscura la asustó, sintió miedo de ser maltratada nuevamente, sus manos empezaron a sudar, las une para agarrar fuerza, estaba cansada de ser pisoteada.«Así no salga viva de esa casa, no voy a dejar que nadie más siga humillándome» levantó las cejas y con voz irónica respondió.—Discúlpeme su majestad, como mi esposo, aunque sea por un papel, no veo la necesidad de tanto formalismo.—¡Cállate! —gritó al escuchar su tono sarcástico y la mirada retadora de la joven.—¡A mí no me gritas! ¡Que no somos animales! ¡Somos dos personas civilizadas!—¿Quiero que expliques por qué llegas a esta hora a la casa?, se supone que
En ese momento tocan la puerta, levantó la vista.—¡Adelante! — demandó una mueca de disgusto.—Permiso cuñado, podemos hablar, —entró una afligida Courney.—¿Dónde está Rebeca? ¿Por qué no te anunció? —gritó con su mirada sombría.—La vi entrar al baño, espero que no te moleste mi atrevimiento de estar aquí en tu oficina —contesto con un tono delicado.—¿Dime que quieres?—No sé cómo decirte esto cuñado —se aproximó a su escritorio y se sentó frente a él.—ya que estás aquí, habla de una vez.—Quería decirte que mi hermana no es la niña buena que le hace creer a todos con su vestimenta.—¡Courney! Si vienes a hablar mal de tu hermana, te pido que te retires de mi oficina, estoy ocupado.—Cuñado, no me trates así, para que veas que no te estoy mintiendo, estas fotos me las dio unos de sus amantes —le extiende un sobre que traía en la mano.Kyle tomó el sobre con una mano, se recostó de su silla, sacó el contenido, empezó a verlas una por una, mientras una furia iba creciendo en su int
Inmóvil por aquella mano le susurro.—¿Haría la diferencia, si te digo que lo que muestran esas fotos no es cierto? ¡No verdad! Así que cree lo que quieras y por favor suéltame.Kyle, bajo su mirada a esos labios carnosos y la besó ferozmente, le metió la lengua explorando su boca, no sabe si es por rabia o deseo, pero quería más de ese rico sabor que emanaba de su boca.Lindsey se llena de miedo, al sentir como es devora su boca, sabe que lo hacía él era por enojo, forcejea para que la suelte, en eso se le cae la toalla.Kyle se le nubla la mente, quería más de ella, la lanzó en la cama con las manos agarradas y las coloco sobre su cabeza, con la mirada lujuriosa recorrió su cuerpo, observo sus hermosos senos redondos.Lindsey entró en pánico con un hilo de voz balbuceo.—¿¡por favor no me hagas daño?Kyle reaccionó, con rapidez se levanta, ve el terror en su mirada.«¿Qué diablos estoy haciendo?» se cuestionó.—¡Perdóname! ¡No quise hacerlo! —le da la espalda y sale de la habitación
Al llegar a la casa, abrió la puerta y se quedó paralizado, observo con la mirada fría el interior de su casa, el espacio de su amplia sala fue remodelada completamente, los muebles fueron movidos, los almohadones negros fueron sustituidos por un color turquesa que hacían juego con las cortinas llamativas de flores, en cada esquina del gran ventanal había dos jarrones largos de cerámica blanca con textura, que contenían espigas doradas con flores amarillas y naranja dando un ambiente fresco y alegre, camina hacia la cocina, encuentra a Emilia quien al verlo exclamo.—¿Verdad que quedó hermosa la casa?, mi niña le dio vida.—Umm, ¿lo hizo sola?—¡Sí!, bueno, todos colaboramos, pero fue su idea —expresó encantada por la niña de corazón noble que llegó a la mansión a darle vida y trata a todos por igual.— ¿Lindsey ya ceno?—¡Sí, mi niño!, debe de estar cansada, en la mañana fuimos al centro comercial de compras, luego se puso como verás a darle vida a este hogar, te voy a preparar algo
Era viernes Lindsey salió sin desayunar. Camino hacia la parada de tránsito, agarró su autobús de ruta urbana, después de 30 minutos de recorrido llegó a su destino.—Amiga llegaste —comento Janna al verla bajar del transporte público.—Sabes cómo son las colas de los carros a esta hora —marcho hacia su amiga y le da un abrazo con una amplia sonrisa.—Vamos a desayunar, hoy va a ser un día especial —contesto Janna eufórica y se agarró el brazo de su amiga, caminaron distraídas hacia un puesto de comida ambulante.—Bienvenidas jovencitas, que les sirvo hoy —dijo una señora regordeta, con una sonrisa animada.—A mí un café con leche grande, con 2 pastelitos, uno de carne y otro de pollo —apresuro a decir Lindsey.—A mí un café grande, 3 pastelitos de carne, pollo y queso, no se olvide la guasacaca, la vez pasada me la negaste, —pidió Janna haciendo ojitos.—Cómo vas a decir eso si dejaste el envase vacío —soltó Lindsey rodando los ojos.—Amiga, es que puso uno para las dos y eso no es j
Las chicas almorzaron en el local, Gloria les enviaba la comida. A las 5 de la tarde ellas salieron del local, Janna le paso candado a la reja, Lindsey busco un taxi con un paquete en la mano, las dos lo ocuparon. Un carro los siguió hasta la universidad.Freed estaciono y se bajó posicionándose en la parte delantera de su carro, Kyle hizo lo mismo cruzando los brazos. —¿A que no sabía que estudiaba? —soltó Freed seguida de una carcajada al ver la mirada desencajada de su amigo.—Cállate.—¿Ahora qué hacemos?, las hemos vigilado todo el día y mi cuñada es una cajita de sorpresa.Kyle estaba sorprendido por las cosas que había descubierto de su esposa, resignado a retirarse, escucho un grupo de jóvenes que decían.—Por fin hoy nos graduamos, vamos a recibir nuestro título, —vociferó una jovencita.—Seré una gran diseñadora de moda —con un brillo de alegría en los ojos intervino otra chica.Con la mirada oscura observó a su alrededor, llegaban carros y se bajaban personas acompañando a
Lindsey levantó una ceja, se asombró por su extraño semblante que reflejaba el hombre.—Fue un día tranquilo.—¿Te voy a asignar un carro? —no apartó sus ojos de su presa.—No es necesario —respondió dando marcha hacia las escaleras.—No seas terca, eres mi esposa y no puedes andar en transporte público, indicó detrás de ella.—Si te preocupa lo que vayan a decir de la esposa del señor Pratt, no te inquietes, todavía no se ha hecho público quién es, solo se han enterado de que estás casado —afirmo sin voltear a verlo y siguió su camino.Kyle la vio desaparecer de su vista, malhumorado por su respuesta, sube las escaleras directo a su habitación, camina de un lado a otro aturdido, no entiende qué le pasaba con esa jovencita.Se metió al baño y tomó una ducha, sentía como rodaba cada gota de agua por su cuerpo. Estaba confundido, angustiado y asfixiado por las cosas que estaba descubriendo de su esposa, trató de controlar su respiración, en su cabeza se negaba a creer que se había equiv