CAPÍTULO VEINTIDOS: EL REGRESO DE QUIEN HIZO DAÑONARRADOR Con el corazón lleno de sentimientos por la mujer que sería su nieta muy pronto, el señor Ferrer se quedó ahí, viendo a María Eugenia hasta que la perdió de vista. Encima de todo ella era una joven muy inteligente. Ya sabía que no podía encontrar mejor persona para su nieto que ella. Lo había terminado de ver en ese momento, las dudas se habían ido para siempre. Y entre más el señor Ferrer había mirado a María Eugenia se daba cuenta que ella era la viva imagen de la mujer que siempre quiso. María Mercedes vivía en María Eugenia. Estaba seguro que ni la misma María Teresa pudo ser tan parecida a María Mercedes como lo era María Eugenia. Como la misma María Eugenia lo había dicho, su hijo iba a estar bien hasta el momento en que él sintiera el verdadero amor y ese amor debía de ser María Eugenia lo quisiera así o no.En ese momento el celular del señor Ferrer comenzó a sonar. Por un momento se había olvidado del problema que
CAPÍTULO VEINTITRES: AL FINAL SI HAY UN DESTINO En la sala justo donde estaba Victoria, la madre de Yahir y su abuelo estaban peleando, el corazón de Victoria comenzó a palpitar cada vez más rápido. Su hijo se estaba acercando, ella nunca lo iba a dejar de querer, eso era cierto, el problema estaba en todo el daño que le había provocado a su hijo haciéndolo sentir siempre inferior y renaciendo como una persona a la que no le importara nada más que el dinero, el poder y usar a las mujeres.— ¡Abuelo! —Gritó por última vez Yahir antes de que diera la vuelta a la última esquina para al final, sus ojos encontraran a la persona que menos hubiera querido encontrar en su camino.El dolor llegó al corazón de Yahir al mismo tiempo que veía a su madre ahí. Frente a sus ojos estaba la mujer que lo había abandonado solo alegando que lo hacía para que cuidara de su lugar en la familia y mucho más en la empresa.— ¡¿Qué haces tú aquí?! —Levantó la voz Yahir acercándose a su mamá de manera salvaje.
CAPÍTULO VEINICUATRO: INOCENTE ATREVIMIENTO MARÍA EUGENIA Con la cabeza baja, pensando una vez más en lo que había hecho y no encontrando ningún error, la madre superiora frente a mí no me dejaba de regañar. En este mundo nada parecía hacer bien, cuando intentaba hacer algo bien, me daba cuenta que no, que ya lo había hecho mal. Justamente eso había pasado ahora, ahora que solo había intentado escuchar el alma de quien Dios le había puesto enfrente para ayudar.— ¡No lo puedo creer, María Eugenia! ¿Cómo que más de treinta minutos buscando la harina cuando la harina la tenías enfrente de ti? ¡No lo puedo creer, María Eugenia, no lo puedo creer!—Madre superiora, la realidad es que no lo vi, lo siento, lo siento mucho.— ¿Sabes qué, María Eugenia? Estoy harta de que siempre busques la manera de deshacerte de cuando te pido un favor en la cocina, vas en este momento a la capilla mayor y vas a comenzar a rezar cincuenta veces el rosario, para que Dios perdone el pecado de no querer ayud
CAPÍTULO VEINTICINCO: PASADOS QUE NO HAN SIDO ENTERRADOS Devuelta en el palacio de los Ferrer, el señor Ferrer y la madre de Yahir estando en el despacho del presidente, los dos hablaban sobre lo que acababa de pasar con el hijo de Victoria, era claro que su hijo nunca le iba a perdonar eso.El señor Ferrer, no había nada que él pudiera hacer. Incluso si pudiera, no movería un dedo para cambiar los sentimientos de su nieto en contra de su madre. Ella había sido la primera en fallar, ella había sido la que tomó aquella decisión, el señor Ferrer no tenía que cargar con lo que no le correspondía, suficiente ya con el hecho de que su nieto no fuera como él mismo lo deseara, ¿qué más daría para que Yahir pudiera ser solo la mitad de lo que era Rodrigo? Era primos, por sus venas corría la misma sangre pero eso no significaba que actuaran de la misma manera. Él solo esperaba que quien tuviera las agallas de sacar esa empresa adelante fuera Yahir y no Rodrigo, no importaba qué, él se iba
CAPÍTULO VEINTISÉIS: EL PRIMER MÁS GRANDE ERROR TRES DÍAS DESPUÉS Tres días exactamente habían pasado desde el momento en que Victoria fue avisada del matrimonio de su hijo de la misma manera en que Yahir se había enterado que su madre había ido verdaderamente a buscarlo repetidas veces pero la última vez su propio abuelo le había negado de ver a su madre y no era que el señor Ferrer fuera un mal hombre o que no tuviera sentimientos, sino simplemente podía ser descrito como un hombre que se había vuelto fuerte por la necesidad de serlo y poder llegar a donde estaba de la misma manera que así se privaba de ser burlado frente a otros.Eso era lo que le hacía pensar al mundo que el señor Ferre era un hombre sin corazón que explotaba a su propio nieto y como la típica historia en los negocios familiares donde se traían al mundo al heredero solo para ocupar el lugar sin importar si él estaba hecho para eso o no.Esta historia era completamente diferente, una historia donde a Yahir realme
CAPÍTULO VEINTISIETE: LA VERDAD HA LLEGADO MARÍA EUGENIA Terminando de encender las velas frente a los queridos y a los que más adoraba, dediqué un leve movimiento de cabeza a cada uno. Eran santos que merecían mi respeto y como tal los tenía que tratar.Tan pronto como las velas fueron encendidas no pude evitar preguntarme sobre aquello que siempre invadía mi mente. ¿Podría ser posible que yo siempre estuve destinada a vivir de esta manera. Quizás nunca lo sabría, quizá nunca llegaría a conocer mis raíces porque todo lo que sabía de mi misma era que había sido abandonada a las puertas de un convento.Frente a los santos que mis ojos veían, muchas preguntas vinieron a mí al momento. La realidad era que no sabía siquiera donde estaba parada, la realidad era que muchas cosas pasaban en mi cabeza cuando más sola me sentía, cuando creía que estaba como una loca hablando y hablado a veces con la nada.Entonces me hinqué frente a ellos. En mis manos ya no tenía el rosario ni la bibl
CAPÍTULO VEINTOCHO: EL ARREPENTIMIENTO MÁS GRANDE Juntos, sin palabras que decir, salieron de la oficina, la única intención que tenía la madre superiora era encontrar primero a María Eugenia para ser ella la que comenzara a hablar. Seguía sin poder creer que María Eugenia hubiera llegado a ese convento con su hermana gemela. Necesitaba tiempo, necesitaba solo un segundo para digerir toda esa información pero ya veía que ni siquiera un segundo tenía.Finalmente llegaron a la capilla dentro del convento.Fueron los ojos del señor Ferrer los que dieron con ella.— ¡Hermana María Eugenia! —Nombró el señor Ferrer con una sonrisa en el rostro. No había nada que la madre superiora pudiera hacer para ese momento en que el señor Ferrer ya la había encontrado.Una sonrisa se hizo en el rostro de María Eugenia en el momento en que vio al señor Ferrer acercarse a ella. ´Ahora todo le parecía ser una completa irrealidad, ahí estaba, frente a la mujer que llevaría el apellido de los
CAPÍTULO VEINTINUEVE: VERDADES QUE DUELENMARÍA EUGENIA Sintiéndome realmente feliz, sintiendo como la vida parecía darme una sonrisa desde allá arriba, desde lo alto de ese cielo azul, me senté a lado del señor Ferrer, quien también traía una sonrisa inmensa en el rostro.Seguramente mis consejos le habían ayudado, seguramente la persona por la que tan preocupado estaba ya había comenzado a tomar un buen camino, eso me lo podía decir su enorme sonrisa.Todo lo que yo quería era que el señor a mi lado pudiera estar bien de la misma manera en que yo lo estaba.—Y, ¿cómo ha estado, hermano? Bueno, la verdad es que a mí nunca me ha gustado dirigirme de esa manera a las personas que vienen aquí, yo lo que quiero es que se sientan seguros en eso. Es por eso que creo que ya no le diré hermano sino, señor Ferrer, ¿le parece? —Pregunté mirándolo a los ojos.El señor Ferrer solo sonrió. Eso era lo que necesitaba para saber que él también se sentía bien y seguro que ella le hablara de aquella