Lynda rebosaba alegría, los abuelos de Kurt, muy emocionados, habían pedido encargarse de la luna de miel y el tío Douglas, contra todo pronóstico, se tomó el tiempo de viaje de los recién casados para quedarse con los niños y Lynda, quien se ofreció a cuidarlos, porque quería disfrutar de su compañ
Iniciaron su viaje de recién casados amándose intensamente; sin discreción alguna, Kurt le había solicitado al personal, tanto de vuelo como de seguridad, que se mantuvieran alejados del área privada del avión, haciendo que el rostro de Alanna se tiñera de rojo al escucharlo.Descendieron del jet y
A poca distancia del trío de guardaespaldas, un hombre se había acercado a Alanna, quien en ese momento disfrutaba de la brisa marina, mientras Kurt se había alejado un poco para atender una llamada telefónica del secretario de Defensa. –¿Alanna?, ¿eres tú? –preguntó el hombre y cuando e
A bordo del crucero, Colt Power estaba determinado a no perderse detalle de los movimientos de Alanna; durante la mañana del día siguiente, unas veces con discreción y otras no tanta, se presentó en los lugares donde ella estuviera.Ahora bien, independientemente de lo que hiciera, ya Jairo se había
El regreso a casa desde la isla Santorini donde disfrutaron de dos días maravillosos, fue muy tranquilo, encontraron que nietos y abuela; así como sobrinos y tío, se habían compenetrado mucho, compartieron muchas actividades entre ellos y con Conrad Gregg quien se sumaba cada tarde a sus juegos o co
Algún tiempo después… –¿Habrá posibilidad de que te apartes de esas pantallas para que asistas a tu fiesta de cumpleaños? –le preguntaba Alanna a su hijo, quien, ya vestido, había vuelto a tomar asiento en su salón tecnológico. –¿Cómo me veo mamita? –quiso saber Erin, entrand
Para mi cumpleaños número 13, viajamos a Europa para un gran evento de diseño, donde se presentaban mis trabajos y al que asistimos como espectadores, porque desde la primera vez que me homenajearon y me secuestraron, no volví a aparecer en público e inventé junto con mi madre mi nueva identidad com
Al otro día estaba sentada en una banca esperando por unas compañeras para entrar a clases, cuando pasó Teryl, llevaba al zarcillo, (así voy a decirle a la chica que no se le despega), colgado del brazo, pero aún así se detuvo a saludarme y me preguntó si había llegado bien.Yo casi que hiperventilo