En la oficina de Kurt, Violeta estaba perdiendo la paciencia, pero él también, así que él fue quien se alteró, de solo pensar en que Alanna y sus hijos estaban esperándolo para la cena especial de esa noche, la tolerancia la tiraba por la ventana. –¿Sabes qué Violeta?, no puedes retenerm
Alanna ya había sido conducida por Diego Armando hasta la mansión Gregg y, a petición del propio Conrad, tomó asiento en el recibidor donde le ofrecieron una copa de champaña. –Debí suponer que usted sería cómplice de lo que sea que estén planeando mis hijos con Kurt. Erin me hizo vestir
–Nosotros siempre supimos que era un buen hombre y por un momento nos preocupamos porque parecía que te estaba gustando Theo, pero preferíamos a quien conocíamos como señor Hogdman –intervino Zak. –Tenías a los aliados perfectos –señaló Alanna. –Me ayudaron bastante, eso debo
Lynda rebosaba alegría, los abuelos de Kurt, muy emocionados, habían pedido encargarse de la luna de miel y el tío Douglas, contra todo pronóstico, se tomó el tiempo de viaje de los recién casados para quedarse con los niños y Lynda, quien se ofreció a cuidarlos, porque quería disfrutar de su compañ
Iniciaron su viaje de recién casados amándose intensamente; sin discreción alguna, Kurt le había solicitado al personal, tanto de vuelo como de seguridad, que se mantuvieran alejados del área privada del avión, haciendo que el rostro de Alanna se tiñera de rojo al escucharlo.Descendieron del jet y
A poca distancia del trío de guardaespaldas, un hombre se había acercado a Alanna, quien en ese momento disfrutaba de la brisa marina, mientras Kurt se había alejado un poco para atender una llamada telefónica del secretario de Defensa. –¿Alanna?, ¿eres tú? –preguntó el hombre y cuando e
A bordo del crucero, Colt Power estaba determinado a no perderse detalle de los movimientos de Alanna; durante la mañana del día siguiente, unas veces con discreción y otras no tanta, se presentó en los lugares donde ella estuviera.Ahora bien, independientemente de lo que hiciera, ya Jairo se había
El regreso a casa desde la isla Santorini donde disfrutaron de dos días maravillosos, fue muy tranquilo, encontraron que nietos y abuela; así como sobrinos y tío, se habían compenetrado mucho, compartieron muchas actividades entre ellos y con Conrad Gregg quien se sumaba cada tarde a sus juegos o co