El consideró que ya estaba lista para el mundo, así que retiró todas las investigaciones sobre ella y se dedicó exclusivamente a su empresa. Una vez leyó la publicación donde se anunciaba el compromiso matrimonial de Michaela Thyne-Mitchel con Sullivan Baker, a él no lo conocía de nada, pero se abs
–Es la señorita Alanna Mitchell. –¿Alanna Mitchell?, ella es la mejor, mire, es la primera en mi lista, solo que no es independiente, trabaja en un Centro de Rehabilitación y por ahora, la señora Hogdman no puede ser trasladada. –Eso es lo que voy a tratar de solucionar con
Cuando se reunió con Carlos Luis a la salida de la Unidad de Hemodiálisis, su guardián personal enseguida lo puso al tanto de la nueva situación de Alanna Mitchell. –La señorita Mitchell ahora tiene chofer y escolta, los niños también, todo comandado por Conrad Gregg y motivado al encue
En el camino hacia su edificio de oficinas, Carlos Luis lo fue poniendo al tanto de sus últimos descubrimientos sobre Alanna Mitchell: –Señor, Alanna Mitchell resulta ser la nieta de la mujer que amaba Conrad Gregg y con la que no pudo casarse porque su familia se lo impidió, él lleva a
Mientras Kurt sostenía esa conversación con su jefe de seguridad, Alanna estaba en la habitación de Lynda Hogdman con el doctor Cameron, Jay, Galiana y Katharina, ya ella estaba al tanto de toda la situación médica de la paciente y exponía su plan de trabajo, los Hogdman la escuchaban atentamente y
Lamentablemente Indira no era una persona que atendiera consejos, siempre actuaba por impulso, caprichosamente, sin sentido común, le importaban muy poco las consecuencias de sus acciones, así que se volvió a subir a su automóvil y enfiló a toda velocidad hacia el hospital. Llegó al piso donde esta
En la sala de espera, Jay seguía de pie, ahora con las manos en los bolsillos y pensativo, captó perfectamente que Indira había dedicado tiempo a investigar a Alanna, si lo que le dijo es verdad, no es relevante para él, aunque sí para su hermano, sin embargo, también sabe que Indira hablaba desde l
Ella no agregó nada más y fue él quien interrumpió su silencio para decirle: –Alanna, sé que por ahora estás bien aquí, el señor Gregg me habló de lo mucho que te aprecia, pero también puedes contar conmigo, en cualquier momento, sin importar hora o lugar. –Gracias señor Ho