Lucciano miraba fijamente cada movimiento, sentía su cuerpo estremecer, solo de imaginar que era esa pequeña caprichosa estudiante, la que estaba detrás de ese antifaz.Salió de la sala VIP se mezcló entre la gente y muy sigilosamente se adentró al camerino de Ángel, miró cada cosa que ese Ángel tenía, percibió su aroma era ese perfume inconfundible.— Eres tú, muchachita, se que eres tú.Dijo percibiendo el perfume en una prenda. Muy despacio se adentró en el closets cuando escucho risas en la antesala.— Miguel Ángel, programa mi agenda está semana, la quiero libre. Ya se viene mi fiesta y no quiero contratiempo con esto y la fiesta— ¿Algo más mi peque?— No, busco mis cosas y salimos.— Te espero - Respondió Miguel Ángel y Luggina entró a su camerino.Se quedó meditando por un momento, miró." ¿Mi bufanda? Estoy segura de que la deje aquí.Luggina nunca se cambiaba y ese día se le ocurrió hacerlo.Quitó su sombrero, seguida de las mallas, dejando la máscara puesta.Lucciano tení
— ¿Luggina tenemos hoy un día de chicas? Vamos di que sí. — Le preguntó Francesca tomando el celular para llamar a Nicolle y a Matteo. Pues Dante ya estaba con ellos al igual que Emilio.— ¿Donde se a metido Bianca? — Interrogó Dante al ver que no estaba por ningún lado.— La llamaré — Dijo Luggina tomando se teléfono y marcando el número de su amiga. La cual contestó de inmediato.— ¡Hola Lugg!— ¡Nena! ¿Donde andas hoy que no estás aquí con nosotros en la piscina?— No creo que pueda ir hoy. — Su voz era extraña.— ¿Que te sucede Bianca? ¿Tu padre otra vez?— Luego te hablo, si. Por favor.— Sabes que puedes contar conmigo ¿Verdad?— Lo sé, lo sé eres como la hermana que nunca tuve mi, Lugg.Bianca colgó la llamada, y Lugg se quedó mirando la pantalla de su teléfono.— ¿Que le sucede a Bianca? — Interrogó Dante.— Ya nos contará, no me dijo nada, pero necesito hablar con Miguel Ángel, ya vuelvo.Luggina en un diminuto traje de baño caminó a través del jardín y fue a donde estaba, Lu
Lucciano llegó al departamento, fue al mini bar se sirvió un vaso con whisky, mientras lo tomaba miraba a través del ventanal, sus pensamientos estaban en Luggina." Te casarás conmigo Luggina. Así tenga que enfrentarme al mundo entero por ti, lo haré."Si teléfono suena y ve el nombre de Pequeña bruja, una sonrisa se dibuja en su rostro, abre la llamada.— ¿Como está mi hermosa prometida? Tan pronto me extrañas. — Contestó sarcástico — ¡Cállate! grandísimo idiota — Respondió Luggina apretando los dientes de rabia.— Yo no me voy a casar contigo no ahora ni nunca ¿Me escuchaste? ¡Nunca!.Colgó la llamada, Lucciano miró el teléfono su sonrisa se formó más amplia, hizo un gesto de negación con la cabeza, dejó el vaso a un lado y se dispuso a llamar a Valentino.— Tenemos que vernos, necesito al abogado.— Dime donde, o vienes a mi oficina.— Esto es algo muy confidencial, así que quiero la total discreción.— En media hora estoy en tu departamento.Mientras en el departamento de Miguel
Lucciano salió del campus y se dispuso a ir donde Anna y Valentino.Era ya fin de semana, pues tendría que llevarle el reporte de la semana.— Bien los dejo para que tengan sus charlas de hombre cuando esté lista la mesa los llamaré.Valentino miró marcharse a Anna. Luego miró a su amigo Lucciano.— ¿Y? ¿Firmó el contrato?Lucciano recordó el momento cuando tuvo la charla con Luggina sobre el contrato y ella firmó.Flash Back.Luggina llegó al campus metidas en sus pensamientos, no podía creer que se pondría la soga al cuello ella misma. De pronto una voz la saco de sus cavilaciones.— Señorita Pierre. Gusto volver a verla por los pasillos sin que tenga que estar corriendo y chocando conmigo.— ¿Que? ¿ Ahora me estás vigilando?— ¡No! Solo que quería recordar a usted que hoy tiene una cita pendiente conmigo, para una firma de un contrato muy importante.— Créeme que es algo de lo que en mi vida no quiero vivir y prefiero olvidar.Entraron al salón de clases y las horas pasaron sin con
Luggina llegó al departamento de Lucciano. El nunca esperó que fuera tan pronto la firma de ese contrato.La hizo pasar a su oficina.— ¡Pequeña bruja! No pensé que fuera tan rápido.— Créeme que le hago honor a ese sobrenombre. Trae tu contrato, lo firmaré ahora y tú firmarás el mío.— Tengo que leerlo, no firmaré algo que no leo detalladamente.— Pues firmarás y yo firmaré hoy, ahora y si no es hoy, no será nunca.Luggina Tiró la carpeta en el escritorio.Lucciano miró detenidamente a Luggina, como escudriñando su propósito.— Bien deja que imprima el original y lo firmaremos.Lucciano empezó a teclear en su portátil, y sin que Luggina se percatara cambió unas cláusulas .BAILARÁS ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE PARA MI. NO BAILARÁS JAMAS EN PÚBLICO.TE SOMETERÁS A MI VOLUNTAD Y CUMPLIRÁS CADA UNO DE MIS CAPRICHOS Y DESEOS.— ¡Listo! Firmado el mío y firmado el Tuyo.Lucciano firmó cada contrato con firmas diferentes.— Luggina, la ley es pareja, me dejas leer tus reglas y rompemos estos
Alessandro y Alexa despertaron con la llamada de Luggina.— ¡Papito! ¡Seguro los desperté!. — Una risa se escuchó cuando Alessandro le contestó.— ¡Hija! ¿Que sucede por qué estás llamando a estas hora? ¿Ya viste qué hora es? Tú nunca despiertas a esta hora a menos que tengas una urgencia.Eran las seis de la mañana y Luggina ya despertaba a Alessandro.— Si papá, es que hoy tengo ganas de papá Alessandro, y quería pasar el día con ustedes.— Hija tú no necesitas permiso para venir, esta es tu casa y somos tu familia.— Salgo para allá y desayunamos.Luggina se arregló y se despidió de su Nana Zuria.— Nana, diles a mis que hoy seré Berlusconi D'Alessio.Zuria sonrió y abrazó a su pequeña Lugg.— Ve mi niña, trata de aplacar ese huracán antes de desatar lo.Luggina abrazó a su Nana y salió para bajar y elegir uno de sus carros .Miguel Ángel la custodiará como siempre, miró cada uno de sus autos y eligió otro de sus favoritos. Un Lamborghini huracán black.— Como voy a provocar al hur
Miguel Ángel llegó a su departamento luego de dejar a Luggina en la mansión Berlusconi.Bianca y Miguel Ángel vivían su amor cada día.Bianca volvió a la universidad, y trabajaba en un centro comercial medio tiempo.Dante, Francesca, Nicolle y Emilio seguían como cada día, sin imaginar donde se quedaba Bianca y lo que Luggina y Lucciano tenían.Miguel Ángel llegó muy temprano en la mañana, Bianca aun dormía.Abrió la puerta de la habitación se despojó de su ropa y se metió a la cama, donde ella estaba.Fue dejando besos en cada uno de sus dedos, fue subiendo por sus piernas las abrió y pasó su lengua por ese coño húmedo, abrió sus pliegues con sus dedos lamió, succionó cada pliegue mientras que con su pulgar daba masajes a ese hinchado clítoris.La penetraba con su lengua mientras Bianca arqueaba su espalda, apretaba sus pezones y masajeaba sus senos con sus manos, mordía su labio inferior, Miguel Ángel seguía saboreando de sus fluidos lamía ese botón duro, introdujo un dedo, arrancan
Luggina cerró los ojos hundiéndose en el más profundo de los sueños.Al igual que Lucciano, estaba profundamente dormido.Era un encuentro de almas. Sintió como salió de su cuerpo, se levantó de su cama y se miró ahí acostada.Lucciano vivió la misma experiencia, sintió salir de su cuerpo y mirarse dormir.Salió de la habitación, bajó al jardín lleno de flores, el aire era perfumado por ellas, a lo lejos un resplandor blanco y brillante se acercaba, no distingue bien, era parecido a un ángel, pero la miró bien.—¡Pequeña bruja! Te estaba esperando. — Expresó Lucciano con una sonrisa — Vine a tu encuentro, siempre vendré a nuestro encuentro. — Contestó Luggina estirando su mano en dirección para tomar la de él.—Y yo siempre te voy a esperar aunque pase el tiempo, siempre esperaré por ti. — Dijo tomando su mano y colocando un mechón dorado detrás de su oreja.Caminaron tomados de las manos por el jardín que de pronto fue un lugar desconocido, llegaron a un lugar donde había un castil