Lucciano llegó al departamento, fue al mini bar se sirvió un vaso con whisky, mientras lo tomaba miraba a través del ventanal, sus pensamientos estaban en Luggina." Te casarás conmigo Luggina. Así tenga que enfrentarme al mundo entero por ti, lo haré."Si teléfono suena y ve el nombre de Pequeña bruja, una sonrisa se dibuja en su rostro, abre la llamada.— ¿Como está mi hermosa prometida? Tan pronto me extrañas. — Contestó sarcástico — ¡Cállate! grandísimo idiota — Respondió Luggina apretando los dientes de rabia.— Yo no me voy a casar contigo no ahora ni nunca ¿Me escuchaste? ¡Nunca!.Colgó la llamada, Lucciano miró el teléfono su sonrisa se formó más amplia, hizo un gesto de negación con la cabeza, dejó el vaso a un lado y se dispuso a llamar a Valentino.— Tenemos que vernos, necesito al abogado.— Dime donde, o vienes a mi oficina.— Esto es algo muy confidencial, así que quiero la total discreción.— En media hora estoy en tu departamento.Mientras en el departamento de Miguel
Lucciano salió del campus y se dispuso a ir donde Anna y Valentino.Era ya fin de semana, pues tendría que llevarle el reporte de la semana.— Bien los dejo para que tengan sus charlas de hombre cuando esté lista la mesa los llamaré.Valentino miró marcharse a Anna. Luego miró a su amigo Lucciano.— ¿Y? ¿Firmó el contrato?Lucciano recordó el momento cuando tuvo la charla con Luggina sobre el contrato y ella firmó.Flash Back.Luggina llegó al campus metidas en sus pensamientos, no podía creer que se pondría la soga al cuello ella misma. De pronto una voz la saco de sus cavilaciones.— Señorita Pierre. Gusto volver a verla por los pasillos sin que tenga que estar corriendo y chocando conmigo.— ¿Que? ¿ Ahora me estás vigilando?— ¡No! Solo que quería recordar a usted que hoy tiene una cita pendiente conmigo, para una firma de un contrato muy importante.— Créeme que es algo de lo que en mi vida no quiero vivir y prefiero olvidar.Entraron al salón de clases y las horas pasaron sin con
Luggina llegó al departamento de Lucciano. El nunca esperó que fuera tan pronto la firma de ese contrato.La hizo pasar a su oficina.— ¡Pequeña bruja! No pensé que fuera tan rápido.— Créeme que le hago honor a ese sobrenombre. Trae tu contrato, lo firmaré ahora y tú firmarás el mío.— Tengo que leerlo, no firmaré algo que no leo detalladamente.— Pues firmarás y yo firmaré hoy, ahora y si no es hoy, no será nunca.Luggina Tiró la carpeta en el escritorio.Lucciano miró detenidamente a Luggina, como escudriñando su propósito.— Bien deja que imprima el original y lo firmaremos.Lucciano empezó a teclear en su portátil, y sin que Luggina se percatara cambió unas cláusulas .BAILARÁS ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE PARA MI. NO BAILARÁS JAMAS EN PÚBLICO.TE SOMETERÁS A MI VOLUNTAD Y CUMPLIRÁS CADA UNO DE MIS CAPRICHOS Y DESEOS.— ¡Listo! Firmado el mío y firmado el Tuyo.Lucciano firmó cada contrato con firmas diferentes.— Luggina, la ley es pareja, me dejas leer tus reglas y rompemos estos
Alessandro y Alexa despertaron con la llamada de Luggina.— ¡Papito! ¡Seguro los desperté!. — Una risa se escuchó cuando Alessandro le contestó.— ¡Hija! ¿Que sucede por qué estás llamando a estas hora? ¿Ya viste qué hora es? Tú nunca despiertas a esta hora a menos que tengas una urgencia.Eran las seis de la mañana y Luggina ya despertaba a Alessandro.— Si papá, es que hoy tengo ganas de papá Alessandro, y quería pasar el día con ustedes.— Hija tú no necesitas permiso para venir, esta es tu casa y somos tu familia.— Salgo para allá y desayunamos.Luggina se arregló y se despidió de su Nana Zuria.— Nana, diles a mis que hoy seré Berlusconi D'Alessio.Zuria sonrió y abrazó a su pequeña Lugg.— Ve mi niña, trata de aplacar ese huracán antes de desatar lo.Luggina abrazó a su Nana y salió para bajar y elegir uno de sus carros .Miguel Ángel la custodiará como siempre, miró cada uno de sus autos y eligió otro de sus favoritos. Un Lamborghini huracán black.— Como voy a provocar al hur
Miguel Ángel llegó a su departamento luego de dejar a Luggina en la mansión Berlusconi.Bianca y Miguel Ángel vivían su amor cada día.Bianca volvió a la universidad, y trabajaba en un centro comercial medio tiempo.Dante, Francesca, Nicolle y Emilio seguían como cada día, sin imaginar donde se quedaba Bianca y lo que Luggina y Lucciano tenían.Miguel Ángel llegó muy temprano en la mañana, Bianca aun dormía.Abrió la puerta de la habitación se despojó de su ropa y se metió a la cama, donde ella estaba.Fue dejando besos en cada uno de sus dedos, fue subiendo por sus piernas las abrió y pasó su lengua por ese coño húmedo, abrió sus pliegues con sus dedos lamió, succionó cada pliegue mientras que con su pulgar daba masajes a ese hinchado clítoris.La penetraba con su lengua mientras Bianca arqueaba su espalda, apretaba sus pezones y masajeaba sus senos con sus manos, mordía su labio inferior, Miguel Ángel seguía saboreando de sus fluidos lamía ese botón duro, introdujo un dedo, arrancan
Luggina cerró los ojos hundiéndose en el más profundo de los sueños.Al igual que Lucciano, estaba profundamente dormido.Era un encuentro de almas. Sintió como salió de su cuerpo, se levantó de su cama y se miró ahí acostada.Lucciano vivió la misma experiencia, sintió salir de su cuerpo y mirarse dormir.Salió de la habitación, bajó al jardín lleno de flores, el aire era perfumado por ellas, a lo lejos un resplandor blanco y brillante se acercaba, no distingue bien, era parecido a un ángel, pero la miró bien.—¡Pequeña bruja! Te estaba esperando. — Expresó Lucciano con una sonrisa — Vine a tu encuentro, siempre vendré a nuestro encuentro. — Contestó Luggina estirando su mano en dirección para tomar la de él.—Y yo siempre te voy a esperar aunque pase el tiempo, siempre esperaré por ti. — Dijo tomando su mano y colocando un mechón dorado detrás de su oreja.Caminaron tomados de las manos por el jardín que de pronto fue un lugar desconocido, llegaron a un lugar donde había un castil
Luggina salió de la mansión con Miguel Ángel, pues ese día visitaría a su mejor amiga.— Vamos a tu departamento, quiero ver a Bianca.Su teléfono sonó y le reflejaba Francesca.— ¡Hola Fran! — Contestó Luggina.— Hola Lugg. ¿Como estás? ¿Vas donde Bianca? Voy con Nicolle a visitarla. — Preguntó muy animada Francesca.— Si allá nos vemos. Los chicos que no vayan. Será una mañana de chicas. — Responde entre risas Lugg cortó la llamada y salieron con dirección al departamento de Miguel Ángel.Lucciano luego de tomar su baño se dispuso a visitar a Anna y Valentino.— Lucc, que bueno tenerte aquí hoy.— Son mi familia y me tendrán que soportar de ves en cuando, y más si te estoy supliendo en el trabajo.— Eso ya está arreglado. — Esa noticia le dio un mal sabor de boca a Lucciano. Terminaría su tiempo como maestro de la universidad.— ¿Me estás diciendo que ya no me necesitas? ¿Que mi tiempo se terminó y ya.?— Cuando te lo propuse, pusiste el grito en el cielo, no querías. ¿Que cambió
Pasaron la tarde en el spa y ya después fueron al salón donde empezarían a maquillarla a todas.Bianca aún no procesaba la idea de que su amiga y el profesor tuvieran una relación.— ¿Te pasa algo Bianca? — Le preguntó Francesca al verla algo distraída,— Nada Fran, es solo que se me vino a la cabeza mis padres, ellos no me han buscado hasta ahora.— Tranquila mi Bia, nosotras te cuidaremos si ya no quieres estar con Miguel Ángel.— Y quién te dijo que no quiero estar con mi daddy.Todas rieron al escuchar la forma en la que Bianca llamó a Miguel Ángel.— Por lo visto hoy es el día de las distraída, Nicolle está en las nubes también.— ¡Disculpen! Es que no sale de mi cabeza Dante.Todas miraron y dijeron al unísono.— ¿¡Dante!?— ¡Si! Dante, Dante Berlusconi.— ¿Y que tiene mi hermano? Nicolle.— ¡Es un bruto! Todos miraron a Nicolle por como de expresó de Dante.— ¿Por qué es un bruto? ¿Que te hizo? Preguntó Francesca.— Nada, continuemos con lo nuestro que ya casi es hora y todaví