Alessandro y Alexa despertaron con la llamada de Luggina.— ¡Papito! ¡Seguro los desperté!. — Una risa se escuchó cuando Alessandro le contestó.— ¡Hija! ¿Que sucede por qué estás llamando a estas hora? ¿Ya viste qué hora es? Tú nunca despiertas a esta hora a menos que tengas una urgencia.Eran las seis de la mañana y Luggina ya despertaba a Alessandro.— Si papá, es que hoy tengo ganas de papá Alessandro, y quería pasar el día con ustedes.— Hija tú no necesitas permiso para venir, esta es tu casa y somos tu familia.— Salgo para allá y desayunamos.Luggina se arregló y se despidió de su Nana Zuria.— Nana, diles a mis que hoy seré Berlusconi D'Alessio.Zuria sonrió y abrazó a su pequeña Lugg.— Ve mi niña, trata de aplacar ese huracán antes de desatar lo.Luggina abrazó a su Nana y salió para bajar y elegir uno de sus carros .Miguel Ángel la custodiará como siempre, miró cada uno de sus autos y eligió otro de sus favoritos. Un Lamborghini huracán black.— Como voy a provocar al hur
Miguel Ángel llegó a su departamento luego de dejar a Luggina en la mansión Berlusconi.Bianca y Miguel Ángel vivían su amor cada día.Bianca volvió a la universidad, y trabajaba en un centro comercial medio tiempo.Dante, Francesca, Nicolle y Emilio seguían como cada día, sin imaginar donde se quedaba Bianca y lo que Luggina y Lucciano tenían.Miguel Ángel llegó muy temprano en la mañana, Bianca aun dormía.Abrió la puerta de la habitación se despojó de su ropa y se metió a la cama, donde ella estaba.Fue dejando besos en cada uno de sus dedos, fue subiendo por sus piernas las abrió y pasó su lengua por ese coño húmedo, abrió sus pliegues con sus dedos lamió, succionó cada pliegue mientras que con su pulgar daba masajes a ese hinchado clítoris.La penetraba con su lengua mientras Bianca arqueaba su espalda, apretaba sus pezones y masajeaba sus senos con sus manos, mordía su labio inferior, Miguel Ángel seguía saboreando de sus fluidos lamía ese botón duro, introdujo un dedo, arrancan
Luggina cerró los ojos hundiéndose en el más profundo de los sueños.Al igual que Lucciano, estaba profundamente dormido.Era un encuentro de almas. Sintió como salió de su cuerpo, se levantó de su cama y se miró ahí acostada.Lucciano vivió la misma experiencia, sintió salir de su cuerpo y mirarse dormir.Salió de la habitación, bajó al jardín lleno de flores, el aire era perfumado por ellas, a lo lejos un resplandor blanco y brillante se acercaba, no distingue bien, era parecido a un ángel, pero la miró bien.—¡Pequeña bruja! Te estaba esperando. — Expresó Lucciano con una sonrisa — Vine a tu encuentro, siempre vendré a nuestro encuentro. — Contestó Luggina estirando su mano en dirección para tomar la de él.—Y yo siempre te voy a esperar aunque pase el tiempo, siempre esperaré por ti. — Dijo tomando su mano y colocando un mechón dorado detrás de su oreja.Caminaron tomados de las manos por el jardín que de pronto fue un lugar desconocido, llegaron a un lugar donde había un castil
Luggina salió de la mansión con Miguel Ángel, pues ese día visitaría a su mejor amiga.— Vamos a tu departamento, quiero ver a Bianca.Su teléfono sonó y le reflejaba Francesca.— ¡Hola Fran! — Contestó Luggina.— Hola Lugg. ¿Como estás? ¿Vas donde Bianca? Voy con Nicolle a visitarla. — Preguntó muy animada Francesca.— Si allá nos vemos. Los chicos que no vayan. Será una mañana de chicas. — Responde entre risas Lugg cortó la llamada y salieron con dirección al departamento de Miguel Ángel.Lucciano luego de tomar su baño se dispuso a visitar a Anna y Valentino.— Lucc, que bueno tenerte aquí hoy.— Son mi familia y me tendrán que soportar de ves en cuando, y más si te estoy supliendo en el trabajo.— Eso ya está arreglado. — Esa noticia le dio un mal sabor de boca a Lucciano. Terminaría su tiempo como maestro de la universidad.— ¿Me estás diciendo que ya no me necesitas? ¿Que mi tiempo se terminó y ya.?— Cuando te lo propuse, pusiste el grito en el cielo, no querías. ¿Que cambió
Pasaron la tarde en el spa y ya después fueron al salón donde empezarían a maquillarla a todas.Bianca aún no procesaba la idea de que su amiga y el profesor tuvieran una relación.— ¿Te pasa algo Bianca? — Le preguntó Francesca al verla algo distraída,— Nada Fran, es solo que se me vino a la cabeza mis padres, ellos no me han buscado hasta ahora.— Tranquila mi Bia, nosotras te cuidaremos si ya no quieres estar con Miguel Ángel.— Y quién te dijo que no quiero estar con mi daddy.Todas rieron al escuchar la forma en la que Bianca llamó a Miguel Ángel.— Por lo visto hoy es el día de las distraída, Nicolle está en las nubes también.— ¡Disculpen! Es que no sale de mi cabeza Dante.Todas miraron y dijeron al unísono.— ¿¡Dante!?— ¡Si! Dante, Dante Berlusconi.— ¿Y que tiene mi hermano? Nicolle.— ¡Es un bruto! Todos miraron a Nicolle por como de expresó de Dante.— ¿Por qué es un bruto? ¿Que te hizo? Preguntó Francesca.— Nada, continuemos con lo nuestro que ya casi es hora y todaví
Separaron sus labios por la falta de aire, se miraron fijamente a los ojos y el mundo desapareció a su alrededor.Lucciano unió nuevamente sus labios a los de ella, Luggina respondió dándole paso a esa lengua nuevamente.Y de pronto llegó a ella esos pensamientos sobre el contrato." Nada es real, frente a todos tenemos que aparentar que nos amamos"Cerró los ojos y apretó con fuerza sus dientes mordiendo el labio inferior de Lucciano, hasta hacerlo sangrar. Luggina se separó de él — Me tengo que ir. — Dijo mirando el labio de Lucciano herido.Lucciano unió su frente a la de ella, luego acunó su rostro entre sus manos, y con el pulgar limpió un hilo rojo de sangre en los labios de ella.— Estamos destinados, ahora unido por nuestro beso rojo, por qué en tu boca está mi sangre y eso nos unirá de por vida.— ¿Sabías que estás loco. Verdad? — También eres la primera en decirme lo ¿Sabías? Y si lo estoy, es por tu culpa, pequeña bruja.— ¡Bruja! Bruja tu conciencia.Luggina se soltó d
Lucciano se fue a donde estaba Dayanara de la torre, esa había sido la madre de su hija.Llegó al edificio donde tenía su penthouse. Y ahí estaba esperando lo." ¿Como carajo supo donde vivía? "Estación el auto y se dirigió a donde estaba ella.— ¿Que haces aquí? ¿ Cómo supiste donde encontrarme?— Eso no viene al caso, Lo importante es que estoy aquí. Necesito arreglar las cosas contigo.— ¿En qué planeta vives mujer? ¿Acaso no escuchaste lo que dije anoche en público?Sí lo escuché, pero no creo no una sola palabra, tú no puedes estar interesado en una muchachita.— No es una muchachita, es una mujer y será mi mujer, así que o me dices a que vIniste o te vas.— No puedes tratarme así Lucciano, soy tu mujer. Lucciano la miró con tanto coraje, ver el cinismo tan grande de esa mujer lo llenaba de odio. Su traición dolía, no por que al aún la amara, si no por el dolor de saber que no pudo ayudar a la pequeña Luz María.Flash Back—Señor, la reunión será en diez minutos, solo fa
Luggina salió echando humo por lo furiosa que iba.Llegó al estacionamiento subió al auto donde la esperaba Miguel Ángel.— ¡Vamos Miguel Ángel! ¡vámonos ya! — Prince, ¿Que te sucedió ? ¿Lucciano se propasó contigo?— Lo odio Mig. Detesto a ese hombre. No lo soporto. Lo voy a matar.El enojo de Luggina era tanto que frunció sus labios y apretó sus puños tan fuertes.— Cálmate peque, calma y dime qué te hizo. Podrá ser muy.Luggina lo interrumpió y respondió.— Se estaba besando con la mujercita esa. Expresó Luggina con los dientes apretados. Miguel Ángel la miró por un momento y siguió con la mirada al frente, apretó sus dientes para no reír. Pues esa Prince que llevaba ahí no era esa de siempre, esta era una mujer explotando de rabia y celos por ver a su prometido besándose con otra.— Prince. ¿Te puedo preguntar algo?. Luggina sin mirar respondió.— Dime Mig.— ¿Acaso estás celosa?Luggina lo fulminó con la mirada Miguel Ángel levantó su mano en forma de redención .— No dije ni p