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Un suceso inesperado (1era. Parte)

El mismo día

Miami

Lourdes

Sigo encontrando rastros de las mentiras que todos me repiten, sintiéndome alarmada porque esta información que me envió mi hermano Alejandro no es cualquier cosa, pero quisiera que alguien pueda ser sincero conmigo, como Bruno que despeje mis dudas, sobre todo que pueda asegurar que Alejandro se encuentra bien, así ahora aguardo su respuesta sin abandonar sus ojos marrones claros, hasta que su voz se hace presente rompiendo el eterno silencio.

–Lulú no quiero mentirte, porque no lo mereces, más bien creo que debes saber que está sucediendo con Alejandro, pero por favor no te alarmes y trata de confiar en nosotros, ¿De acuerdo? –dice para terminar negociando.

–Bruno no voy a salir como loca a buscar a Alejandro por más que lo quiera hacer, porque él mismo me pidió alejarme, ahora habla por favor.

–Lulú como sabes Teresa sigue casada en papeles, porque el imbécil de su esposo esta poniendo trabas para firmar el divorcio con tal de adueñarse de los hoteles de mi familia, la cuestión es que este idiota sabe que Alejandro es el novio de mi hermana, así que se las ingenió para enviarlo a la cárcel por cargos de agresión física, tentativa de muerte y más cosas…

–¡Alejandro está preso! Hay que hacer algo para sacarlo de la cárcel, mi hermano no puede seguir en ese lugar– repito con mi voz envuelta en preocupación.

–Lulú tranquilízate, porque Laura está haciendo lo imposible para sacarlo de la cárcel, incluso Teresa está moviendo sus influencias, a pesar de estar en el hospital, además esa es la razón que necesitamos encontrar algo en la información que tienes para sacarnos a Fernando de encima.

–Bruno te comento que Fernando del Valle no solo está evadiendo impuestos al gobierno, es algo mucho más grande, este hombre tiene compañías fantasmas, cuentas en paraísos fiscales, hasta está robándole a un sujeto llamado Santana, y si no me equivoco está lavando dinero de la droga, incluso es lo más lógico por las elevadas cifras, ahora la pregunta es otra, ¿Qué piensa hacer mi hermano con esta información? ¿Qué tiene en mente? Porque no es cualquier cosa lo que descubrí.

–Lulú encárgate de dejar todos los informes lo más detallados posibles, y dejemos todo en las manos de Teresa y Alejandro, confiemos que podrán encontrar una solución sin que nos afecte, ¿Te parece?

–Bruno te daré otro pendrive con los archivos, reportes, todo lo que encontré de este hombre para que se lo hagas llegar a Alejandro o a Teresa, por favor no comentes con nadie la información que tenemos, porque puede ser peligroso.

Parece que Bruno no conoce lo suficiente a mi hermano, porque estoy segura que Alejandro querrá ajustar cuentas con ese hombre por haberlo enviado a la cárcel, más que todo debe estar como loco para sacar a Fernando del Valle de su vida.

Gonzalo

¡Diablos! Creo que el destino encontró una forma peculiar de hacerme pagar por las estupideces que he hecho, aunque no creo merecer morir en las manos de un desquiciado como Leandro, más que todo no soy culpable de los errores de otros, lo cierto es que mi pellejo esta en manos de él, incluso arriesgue y jugué todas mis fichas esperando que no me clave el puñal en el cuerpo, pero sus ojos enloquecidos son intimidantes, solo haciéndome tragar saliva, hasta que se apiada de mí, escuchando su voz hacerse presente.

–Playboy ¿Tú crees que me importan las cámaras de seguridad? ¡No! Mucho menos la policía, aunque en algo tienes razón, necesito conocer el paradero de Lourdes Montes, ¿Lo sabes? O ¿Me quieres engañar? –repite teniendo una mirada asesina.

–Leandro te aseguro que no busco engañarte, no ganaría nada haciéndolo, más bien me enterrarías el cuchillo en el cuerpo, pero no será necesario, te diré donde encontrar a la chica.

–¡Habla imbécil! Dilo antes que no pueda controlar las ganas de clavarte el cuchillo, incluso podría hacer una obra de arte en tu rostro– dice sujetando mi barbilla por la fuerza obligándome a retroceder.

–¡Calma! Lourdes Montes esta alojada en el hotel en una de las suites, pero está custodiada por varios hombres, incluso mi primo Bruno la cuida, es todo lo que te puedo decir, no puedo ayudarte más.

–Gonzalo digamos que te creo, sin embargo, todavía no te has librado de mí, porque necesito confirmar si me dices la verdad, así que te acompañará Dane, ¿Fui claro? –explica mientras me fijo en el tipo que será mi sombra, tiene melena color rubia, rasgos rusos, corpulento, de 1.90 cm de altura, con una mirada de asesino.

–Leandro he hecho lo que me pediste, entonces no veo motivos para que este sujeto me acompañe, además van a sospechar los empleados que sucede algo, si me ven con alguien como él.

–Gonzalo nada de lo que me digas cambiará mi decisión. Dane ve con él, ojos abiertos con el playboy.

Una hora más

¡Diablos! No he podido sacarme de encima a este sujeto, incluso me toco improvisar para que no me siga a la empresa, cambie mi rutina, recorriendo las instalaciones del hotel, supervisando el área de las bodegas de alimentos, las provisiones para las habitaciones, sin dejar de pensar en la chica, hasta podría asegurar que algo malo puede sucederle, pero no hay forma de evitarlo sin exponer mi vida, además por más que le doy vueltas al asunto buscando una salida no la hay, me repito en medio de mi burbuja, hasta que escucho al tipo hablar por el celular, para después dirigirse a mí.

–Playboy, estás de suerte, mi jefe confirmó tu información, pero necesito tu tarjeta de acceso para entrar y salir del hotel sin problemas, ¡Dámela! –explica obligándome a entregar la tarjeta, para terminar, alejándose.

Apenas se aleja el sujeto corro a la oficina del centro de monitoreo de las cámaras de seguridad, pidiendo a los empleados revisar las cámaras de cada piso, cada entrada, cada salida, buscando un movimiento raro, hasta lo que tanto temía sucede, un grupo comando ingresa al hotel, teniendo que hacer mi voz presente.

–Emilio da aviso a la policía, explícales la situación, otra cosa anulen mi tarjeta, porque un sujeto me acaba de golpear en la cabeza, ¡Vamos apúrense! –exijo con mi voz lleno de impotencia.

–Gonzalo así lo haga ellos van a terminar haciendo lo que quieran, porque están armados hasta los dientes, lo que podría hacer es inhabilitar los ascensores y dar la señal de alarma de incendios para retrasarlos un poco.

–Emilio no es suficiente, necesitamos algo más porque estos sujetos buscan algo o alguien, cierra todos los accesos a la calle, baja las persianas metálicas de las cocheras, ganemos tiempo para que la policía los atrape.

–Haré lo que ordenes, aunque no creo que sirva de mucho, más que todo no se detendrán ante nada ni nadie.

Un rato más

–Emilio sigue monitoreando los pisos, la cochera, porque estos imbéciles tienen que estar en algún lado, además ¿Cuándo llega la m*****a policía? ¿Los llamaste?

–Gonzalo ya di aviso, vienen en camino. Pero no encuentro nada en las cámaras de seguridad, les perdí el rastro a los sujetos, espera están ingresando al piso de las suites.

–¡Maldición! Estos sujetos deben querer algo de algún huésped, dame los nombres de quienes ocupan las suites– pido disimulando.

–Gonzalo el piso está ocupado solo por Bruno y su asistente, incluso él dio las instrucciones para que nadie más se aloje en las suites– responde confirmando lo evidente.

¡Carajos! Van a secuestrar a Lourdes, pero no puedo hacer nada más, es un grupo comando, no es solo un hombre, además solo obtendré que me maten porque querer jugar al héroe, me queda confiar en la policía.

Lourdes

Si antes estaba preocupada por mi hermano ahora más, porque este hombre es muy peligroso por lo que pude percibirlo, un tipo capaz de todo con tal de conseguir lo que quiere, claro que en todo momento Bruno quiso calmarme, pero fue imposible sintiéndome impotente entre estas cuatro paredes, incluso muchas cosas tienen lógica ahora, quieren protegerme por temor a represalias, me dice mi subconsciente hasta que soy arrancada de mi mundo al escuchar unas voces, unos ruidos en la suite, obligándome a salir de mi habitación, aunque doy dos pasos antes de abrir la puerta cuando me encuentro con varios hombres encapuchados armados queriendo sujetarme por los brazos, teniendo que gritar desesperada.

–¡Suéltenme animales! No me pongan sus sucias manos encima imbéciles– exijo con mi voz envuelta en rabia.

–¡Bruno! ¡Bruno! Por favor ayúdame– sigo gritando mientras forcejeo para que me suelten.

–Deja de gritar muñeca, él no puede ayudarte, incluso si colaboras no lo mataré, pero depende de ti salvar su vida– explica un sujeto de traje con una mirada asesina para terminar sujetando mi barbilla con brusquedad.

–¿Dónde está Bruno? ¿Qué hiciste con él maldito cabrón? –vocifero a su rostro con mi voz enardecida queriendo zafarme de su agarre, siendo arrastrada por sus hombres.

–Míralo tú misma muñeca. Creo que tengo ganas de empuñarle mi cuchillo, o podría degollar su garganta, ¿Qué opinas? ¿Lo mato? –escucho decir al sujeto mientras observo a dos hombres sujetar a Bruno por los brazos, teniendo el rostro lleno de sangre.

–¡Lulú ...lo lamento! Perdóname por no cuidarte– pide Bruno en tanto el desquiciado lo sostiene por los pelos poniéndole el cuchillo en su garganta.

–¡No lo mates! Iré con ustedes sin resistirme– replico con mi voz quebrada mientras trago saliva.

–¡Buena chica! Sabes lo que te conviene, igual te amarraré, porque no confió en ti muñeca– asegura soltando a Bruno dejándolo caer en el piso.

–¡Playboy! Dile a tu papito que esto sucede por desafiar a Fernando del Valle, sobre todo cuidado con llamar a la policía, porque mataremos a la chica, ¿Te quedo claro el mensaje? –repite el desquiciado pateando a Bruno sin piedad.

–¡Basta animal! Deja de golpear a Bruno, ya estoy haciendo lo que quieres, voy a ir con ustedes– digo con mi voz envuelta en rabia.

 ¡Carajos! ¿Cómo escapo de esta gente? ¿A dónde me llevan? ¿Me matarán o negociarán por mi vida? Lo importante es mantener la calma para poder encontrar una salida, hasta dejar un rastro, algo tiene que ocurrírseme antes que sea tarde, la cuestión es ¿Qué? 

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