La misma mañana

Miami

Gonzalo

Todavía estoy asimilando la presencia de una visita que me deja con muchas interrogantes, ¿Cómo dio con mi paradero? ¿Qué busca? ¿Puedo confiar en ella? En verdad no tengo nada claro, pues sus ojos ocultan sus intenciones, al punto de sentir que puedo perder a mi hijo, más mi cabeza es como una especie de computadora, comienza a analizar todas las posibles respuestas, también su actitud desde que nos conocemos, aunque en medio de mi asombro su voz rompe el silencio.

–Hola Gonzalo, no te pongas a la defensiva, solo quiero saber de Lucas, ¿Cómo está el niño? ¿Está aquí contigo?

–Ligia no tengo nada en tu contra, por lo mismo te pido que te marches. Dile a Tamara que mis abogados le harán llegar la demanda, nos vemos– digo queriendo cerrar la puerta.

–¡Gonzalo! No me envió Tamara, yo estoy aquí por mi propia voluntad, porque estoy preocupada por Lucas, sobre todo he estado desesperada desde que supe que te marchaste del departamento, tengo días buscándote ha