Intentaba bloquear mis pensamientos mientras iba en el camino, estaba realmente con angustia y procuraba calmarme, lo cual no era fácil, porque casi que pasaba una lista por mi cabeza, de quién podría ser esa chica, y el por qué Brandon me estuviera buscando hoy precisamente, a estas horas. Que él tuviera el teléfono apagado o que no lo tuviera cerca, para contestar no ayudaba, pero… ¿Hey? ¿Acaso yo no lo tenía descargado hace un rato? Y yo simplemente lo había usado mucho y luego había tenido una salida de amigas. Ni siquiera tengo que llegar a su departamento porque lo veo a lo lejos, cerca de su auto, en el estacionamiento, hablando con… mi hermana, ¿mi hermana? ¿Fernanda? ¿Esa era la mujer con él? Demonios, ahora estoy más perdida que nunca ¿Mi hermana y Brandon? Eso si, no lo veía venir. Está un poco oscuro y ellos están a un costado del estacionamiento, cerca del auto de Brandon. Parece una discusión acalorada, estaciono lejos y me voy caminando, ninguno me ve, están de esp
—¡No tienes vergüenza Fernanda! ¡Eres una desgraciada! ¡Una infeliz con tu propia hermana! ¡Adelaida no tiene culpa de tus inseguridades y de que sea una mala persona! ¡No solo no hiciste nada por ella, por ayudarla… sino que además motivaste a que todos la atacaran! ¡Franco me lo dijo! Como hacías bromas para que todos, para que se rieran de ella, sus miedos, dabas información de cuando entraba, cuando salía ¡Pusiste en peligro su vida! ¿Cómo te atreviste a tanto?— le grita él y se voltea como intentando controlarse.—Y tú… hiciste también de tu parte, tú la arruinaste… No me eches la culpa de todo a mí. Y si yo la veía mal… pero no pude hacer nada. Tú diste el primer paso… nadie me hubiese escuchado sino fuera porque fue primero el gran Brandon, él que habló mal de ella… él que no se quería acercar a ella ¡Después de que eras su gran amigo la rechazaste! ¡No la podías ni ver! ¡La veías como una desgracia! ¡Con asco y decepción! ¡Ya no era tu niña adorable, sino una chica fea y tonta
—Ady… amor… por favor…. — lo escucho llamarme mientras camino apurada hacia mi auto, con toda la intención de irme. Mi hermana se quedó ahí sin contestar, y dudo que siquiera le importe, desde mi punto de vista, ella no merece que le dé otra mirada, ni que gaste mi tiempo ella. Para tener alguien así a mi lado es mejor no tenerlo, lo que va a traer es daño y malestar, para mí… y ya tuve de eso en mi vida por un buen tiempo, no quiero más de maltratos e inseguridades. Hay gente buena a mi lado, poca, pero la hay… es lo que necesito. Me duele que sea mi familia, mi única hermana… pero es lo que hay… no hago nada con pensar en qué sucedería si las cosas fueran diferentes. Ahora que había descubierto todo… Me asombraba de que fue peor de lo que imaginé. No solo había más personas involucradas, sino que todo era más complejo… y lo que más me afectaba, es que era a mis espaldas, yo no supe nada de esto, luego de años. Siento como si hubiese vivido en una gran y horrible mentira, era… de
—¿Creíste que yo me enamoraría de uno de ellos…que caería como una tonta?— le pregunto, no tanto para recriminarle sus acciones… sino para entender bien qué pasaba por su mente en esos momentos. Él abre los ojos en una expresión de asombro y su boca se queda abierta en una mueca. —¡No no nooo! ¡Jamás! Yo sé que… a ti nunca te gustarían chicos así… siempre has sido amable y dulce y ellos eran lo peor de lo peor… Pero ellos eran populares, los chicos especiales del colegio… era difícil tratar con ellos, y tenían el apoyo de la escuela para salir impunes— dice explicando. —¿Entonces pensabas que simplemente me dejaría presionar por ellos? ¿Por qué era solo una chica impopular?— le digo y él se acerca a mi angustiado, desesperado por hacerme entender. Sin yo evitarlo, él toma mi mano y la coloca en su pecho, siento como su corazón golpea como desesperado. —Nunca Adelaida…. Nunca te he tomado por una tonta. Todo lo contrario, siempre has sido brillante, y aunque eres buena persona y bo
Por años estuve deseando escuchar algo así, no era una declaración, pero era, una oferta, una propuesta de intenciones, él había manifestado sus deseos, me había dicho exactamente que quería él: Una oportunidad. Que no era más que una circunstancia, un momento, un chance para realizar conseguir algo. Ese algo era ver qué había entre nosotros. Quizás era por todas mis malas experiencias y mis miedos… Pero seguía llena de dudas. — Adelaida, yo no... no te estoy pidiendo que de un momento para otro todo se solucione, yo soy un hombre que ha trabajado, luchado, y se ha forzado por todo lo que ha querido. Tú… dijiste alguna vez que yo era alguien que había sido exitoso y tenía lo que quería. Eso es verdad, no todo... pero casi. Y si algo he aprendido en mi vida desde que era niño, es que las cosas buenas hay que ganárselas... —.— Así que así me digas que sí, en este momento; no estoy esperando que mágicamente obtener lo que quiero, ni que se solucione un problema que ha tenido años. No.
Las cosas habían cambiado, pero también yo había permitido que cambiaran. Así que de repente me encontraba en un día a día en dónde recibía mensajes de Brandon, tentativos, con ese paso a paso que él había mencionado, un firme poco a poco. Yo no me había alejado ni había huido. Él tampoco se había retirado. Él me había dicho que no se podía hacer un borrón y cuenta nueva en nuestra historia, pero sí quizás comenzar como debíamos haberlo hecho. Por lo tanto, usualmente no encontraba en la oficina como si fuéramos dos personas intentando conocerse, me preguntaba por mi día, por los proyectos, por que iba a ser el fin de semana y que me gustaba. Un día Brandon insistió en salir como si fuera nuestra primera cita. Medio a escondidas, salimos de la oficina cuando todos ya se habían ido. Cuando llegamos al lugar era bastante sencillo pero muy agradable. Y lo primero que observé es que la puerta principal estaba cerrada con un cartel que definitivamente decía qué no estaban abiertos para
— Eso es fantástico Ady ¡Realmente fantástico!— me dice Billy contento al teléfono.— Aún no lo puedo creer, te lo juro, que ha sido una sorpresa tremenda— le confieso y mi amigo hace un pequeño sonido de desaprobación que escucho claramente en el teléfono.— Lo importante es que tuviste una gran felicitación por parte de tu jefe, la estúpida de Katie se quería morir — dice con tono contento. Repito ese momento en mi mente y es verdad que Katie no hallaba que decir, no tenía ni idea de lo que yo había propuesto, como una desesperada veía entre las páginas que es lo que yo había hecho, … ¿Qué pretende? Para saber de qué se trató el trabajo hay que involucrarse. — Aún no pueda creer que me dijo el cliente: Es como si me hubieses leído la mente Adelaida, mejor aún… no sabía siquiera que deseaba tanto esto hasta que lo vi, exactamente eso me dijo ¿puedes creerlo? — digo y mi amigo se ríe a carcajadas y yo con él, porque tiene una risa tremendamente contagiosa y hace eco en el teléfon
Pareciera que las puertas del infierno se abrieron cuando le dije eso. Sinceramente, creía que si existía la posibilidad de que a un hombre se le salieran los ojos de las órbitas por pura sorpresa, estaba a punto de hacerlo ahora mismo. ¿Qué diablos acabo de decir? Me parecía que no era gran cosa. Es como si él de repente perdiera la cabeza de repente, de solo escucharme. Me miraba extático y un segundo después estrellaba de nuevo sus labios en los míos con una urgencia y desespero, e inmediatamente, ya no había más palabras, solo besos, manos tocándose, suspiros y temblores. Casi ni nos dimos cuenta de que el ascensor ya había llegado. Yo solo deseaba entrar en su departamento y todo lo que sucedería ahí y si duraba un buen tiempo ahí, pues mucho mejor.—Brandon… la puerta— le decía yo entre besos.Ni les cuento lo que fue meter la llave por la cerradura, parecía como si estuviéramos desactivando una bomba, con una mano intentaba abrirla, mientras él me seguía tocando con la otra.