—Es un gusto para mí conocerte, Srta. Lily. Me llamo Antony, pero me dicen Tony, así que me puedes llamar como gustes.
—Que amable sujeto.
—¿Por qué has dado la cara por Rachel? ¿Por qué apareciste justamente en el momento que pregunté sobre Rebecca? ¿Estuviste presente esa noche?
—Por supuesto que sí.
—¿Tuviste algo que ver con el asesinato de Rebecca?
—Por supuesto que sí — cruzó las piernas y levantó la cabeza, demostrando que estaba muy interesada en el tema y mis preguntas.
—¿Tu mataste a Rebecca?
—Por supuesto que sí — su tono indiferente me llevó a insinuar muchas cosas.
—¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste, Lily?
—Porque se lo merecía.
—¿Por qué se lo merecía? Tengo ente
—Déjala descansar. Ella necesita recuperarse. Le has obligado a traer a una criatura al mundo que no quería, solo por tu egoísmo. Eres igual a tu hermana, ambos están cortados con la misma tijera. Eres un maldito hipócrita que tampoco merece estar en este mundo. Pienso eliminar a todo aquel que represente un peligro para Rachel; y tú eres el primero en la lista.—¡Eso no es cierto!—Sí es cierto. Ella olvida muy rápido, pero yo no. Has querido vengar la muerte de tu hermana, haciéndole vivir un infierno a Rachel. Estoy segura de que, si la has traído aquí, es para darle el golpe final y quedarte con esa criatura. Lamento informarte que te has equivocado de culpable, pues si hay alguien que tenga la culpa de la muerte de Rebecca, esa soy yo. Fui yo quien la vio agonizar. Fui yo quien le arrebató la vida. Fui yo quien le dio el descanso eterno que se merecía
Durante la noche no dormí nada, no solo porque Alana no lograba conciliar el sueño, sino porque no podía dejar de pensar en ella. Según Tony, no podré verla por ahora, y es algo que me quema y me duele; en especial por saber que me guarda tanto rencor.Uno de mis empleados entró a la casa y en su rostro supe que algo estaba ocurriendo.—La hermana de la señora está aquí, señor.—¿Qué hace esa mujer aquí? Por lo visto, ha venido a buscar más problemas. Me ha sorprendido en el peor momento. Hazla pasar.No hizo más que entrar y mi mirada se posó sobre ella. Verla a ella hace que el pecho me duela tras recordar a Rachel.—¿Qué demonios estás haciendo aquí?—Relájate, hombre. No soy Mariana, soy Karen.—¿Se supone que te crea? Déjame adivinar, ¿
Se mantuvo pensativa por unos instantes, hasta que escuché su fuerte suspiro.—Espero que te quede claro que no siento ni un poco de lástima por ti, que si hago esto es por mi hermana, porque tal vez pueda servir de algo— se sentó en el sofá y se cruzó de piernas, moviéndolas de un lado para otro—. No todos tenemos la dicha de tener buenos padres. Siempre he pensado que debimos haber hecho algo muy malo en nuestra vida pasada para haber sido castigadas con unos padres tan crueles. En el pasado cargaba con un fuerte resentimiento hacia esos niños que eran esperados y bien recibidos por sus padres. No recuerdo que hayamos recibido un cálido abrazo, una caricia, un consejo o cumplidos por nuestros padres. Lo recibimos tanto de extraños que hasta se volvió una costumbre — bajó la mirada al suelo —. Nunca fuimos a la escuela, de hecho, nunca habíamos salido de la casa,
RachelDesperté por lo entumecida que sentía mis manos y piernas. No sé dónde me encontraba. Lo último que recuerdo es haberme acostado a dormir en los brazos de Aiden. La habitación estaba muy iluminada y era difícil abrir por completo los ojos. La única ventana que había era la de la puerta. Intenté levantarme, pero algo no se sentía bien. Pude darme cuenta de que había unas correas de cuero alrededor de mi cuerpo que no me permitían casi moverme. ¿Es esto una pesadilla? Sí, eso debe ser. No me gusta este lugar. Quiero despertarme. Si pudiera pellizcarme lo haría.—¡¿Aiden?! ¡¿Alana?! ¡¿Dónde están?! — grité con todas mis fuerzas.Si estoy en una pesadilla, ¿cómo es que puedo tener control de ella?—¿Aiden?Miraba a mi alrededor, no hab&ia
AidenCon el paso de los días, mi cabeza ha estado hecha un lío. Cuando estuvimos distanciados no dolió tanto como ahora lo hace, porque en aquella ocasión podía verla y sabía que estaba ahí; en cambio ahora ha sido todo más difícil. La culpa y la soledad no me abandonan ni un solo instante. La vida me ha estado pasando factura. Llamo a cada momento a Tony para saber sobre ella, pero no es mucha la información que me brinda. Según él, el rencor de ella hacia mí es muy fuerte. No ha hecho otra cosa que reprocharme día y noche. Aunque él ha hablado con ella y ha intentado explicarle, ella no parece convencida. Solo quiero que el tiempo pase rápido para tener la oportunidad de arreglar las cosas con ella. Duele despertar y no tenerla aquí.—Ay, Rebecca. Hace mucho tiempo no vengo a verte. Soy un terrible hermano, ¿cierto? —suspiré
Durante los siguientes meses, mi enfoque era Alana. Cada día que pasa está mucho más grande. Siempre creí que esta etapa la disfrutaría plenamente en compañía de Rachel, pero me equivoqué. Daría lo que fuera porque ella estuviera aquí y pudiera ser partícipe en el crecimiento y desarrollo de nuestra hija. A pesar de todo eso, cada día confirmo que mi amor por ella crece y se fortalece más con el tiempo. Aunque no esté conmigo, para mí ha estado presente en mi mente y mi alma. La pienso todo el día y la sueño cada noche. Si esto no es amor, entonces no sé qué sea.Hoy me dieron la noticia de que por fin podré volver a verla, creo que la emoción me ha hecho perfumarme demasiado. ¿Cuál será su reacción al verme? ¿Será que aún me guarda rencor? ¿Será que aún sus sent
Las siguientes semanas estuve asistiendo a las terapias grupales que me comentó Tony. La verdad es que su indiferencia cada vez es más notoria. Lo único que me tranquiliza de cierto modo es que, aunque las cosas estén así entre los dos, ahora la tengo conmigo y por fin podrá reunirse con nuestra hija. Ella luce más tranquila, observando los alrededores, ni siquiera me ha dirigido palabra por el camino. Todo parece indicar que está mucho mejor, aun así, Tony me dijo que no la presione, que trate de darle su espacio y no le traiga malos recuerdos a la mente.—Me gustaría que habláramos luego. Hay algunas cosas que me gustaría decirte — le dije.—Yo también — se bajó del auto a toda prisa y entró a la casa.¿Qué será lo que quiere decirme?Entré a la casa y la vi cargando a la niña. Quise darle su
Nuestra convivencia ha estado llena de sinsabores. Me evade en todo el sentido de la palabra. Ahora que comenzó la universidad, es poco lo que está en la casa, por lo que casi ni la veo; y cuando lo hago, lo único que escucho es su voz, hablando por teléfono. Su hora de llegada mayormente es en la noche, pero hace unas cuantas semanas ha estado llegando mucho más tarde. No he querido meterme en su vida, primeramente, porque no me lo va a permitir y segundo, porque no quiero dañar más las cosas. Creí que toda esta situación se arreglaría cuando estuviera de vuelta, pero cada vez se hace peor. Me creía capaz de recuperarla, aún ahora no quiero perder las esperanzas. Lo que me frena es lo que me dijo Tony. En otras circunstancias, ya le hubiera confesado mis sentimientos, arriesgándome a que los pisotee.Pasa tiempo con Alana, de eso no puedo quejarme. Muchas veces se la lleva al jard&iacu