Rachel
Desperté por lo entumecida que sentía mis manos y piernas. No sé dónde me encontraba. Lo último que recuerdo es haberme acostado a dormir en los brazos de Aiden. La habitación estaba muy iluminada y era difícil abrir por completo los ojos. La única ventana que había era la de la puerta. Intenté levantarme, pero algo no se sentía bien. Pude darme cuenta de que había unas correas de cuero alrededor de mi cuerpo que no me permitían casi moverme. ¿Es esto una pesadilla? Sí, eso debe ser. No me gusta este lugar. Quiero despertarme. Si pudiera pellizcarme lo haría.
—¡¿Aiden?! ¡¿Alana?! ¡¿Dónde están?! — grité con todas mis fuerzas.
Si estoy en una pesadilla, ¿cómo es que puedo tener control de ella?
—¿Aiden?
Miraba a mi alrededor, no hab&ia
AidenCon el paso de los días, mi cabeza ha estado hecha un lío. Cuando estuvimos distanciados no dolió tanto como ahora lo hace, porque en aquella ocasión podía verla y sabía que estaba ahí; en cambio ahora ha sido todo más difícil. La culpa y la soledad no me abandonan ni un solo instante. La vida me ha estado pasando factura. Llamo a cada momento a Tony para saber sobre ella, pero no es mucha la información que me brinda. Según él, el rencor de ella hacia mí es muy fuerte. No ha hecho otra cosa que reprocharme día y noche. Aunque él ha hablado con ella y ha intentado explicarle, ella no parece convencida. Solo quiero que el tiempo pase rápido para tener la oportunidad de arreglar las cosas con ella. Duele despertar y no tenerla aquí.—Ay, Rebecca. Hace mucho tiempo no vengo a verte. Soy un terrible hermano, ¿cierto? —suspiré
Durante los siguientes meses, mi enfoque era Alana. Cada día que pasa está mucho más grande. Siempre creí que esta etapa la disfrutaría plenamente en compañía de Rachel, pero me equivoqué. Daría lo que fuera porque ella estuviera aquí y pudiera ser partícipe en el crecimiento y desarrollo de nuestra hija. A pesar de todo eso, cada día confirmo que mi amor por ella crece y se fortalece más con el tiempo. Aunque no esté conmigo, para mí ha estado presente en mi mente y mi alma. La pienso todo el día y la sueño cada noche. Si esto no es amor, entonces no sé qué sea.Hoy me dieron la noticia de que por fin podré volver a verla, creo que la emoción me ha hecho perfumarme demasiado. ¿Cuál será su reacción al verme? ¿Será que aún me guarda rencor? ¿Será que aún sus sent
Las siguientes semanas estuve asistiendo a las terapias grupales que me comentó Tony. La verdad es que su indiferencia cada vez es más notoria. Lo único que me tranquiliza de cierto modo es que, aunque las cosas estén así entre los dos, ahora la tengo conmigo y por fin podrá reunirse con nuestra hija. Ella luce más tranquila, observando los alrededores, ni siquiera me ha dirigido palabra por el camino. Todo parece indicar que está mucho mejor, aun así, Tony me dijo que no la presione, que trate de darle su espacio y no le traiga malos recuerdos a la mente.—Me gustaría que habláramos luego. Hay algunas cosas que me gustaría decirte — le dije.—Yo también — se bajó del auto a toda prisa y entró a la casa.¿Qué será lo que quiere decirme?Entré a la casa y la vi cargando a la niña. Quise darle su
Nuestra convivencia ha estado llena de sinsabores. Me evade en todo el sentido de la palabra. Ahora que comenzó la universidad, es poco lo que está en la casa, por lo que casi ni la veo; y cuando lo hago, lo único que escucho es su voz, hablando por teléfono. Su hora de llegada mayormente es en la noche, pero hace unas cuantas semanas ha estado llegando mucho más tarde. No he querido meterme en su vida, primeramente, porque no me lo va a permitir y segundo, porque no quiero dañar más las cosas. Creí que toda esta situación se arreglaría cuando estuviera de vuelta, pero cada vez se hace peor. Me creía capaz de recuperarla, aún ahora no quiero perder las esperanzas. Lo que me frena es lo que me dijo Tony. En otras circunstancias, ya le hubiera confesado mis sentimientos, arriesgándome a que los pisotee.Pasa tiempo con Alana, de eso no puedo quejarme. Muchas veces se la lleva al jard&iacu
Investigué su horario de la universidad para tener claro el tiempo en que podría usarlo a mi conveniencia. No quiere verme porque está resentida conmigo y me odia, y lo entiendo, pero haré que las cosas cambien. De ahora en adelante haré que me vea más a menudo, no voy a permitir que me siga evadiendo.Debo probarle a ella que soy mucho mejor partido que mi rival. En condición física estoy por delante, aunque hace tiempo no me ejercito. Por eso me levanté bien temprano para ir a correr y hacer ejercicios. Estaba pendiente de la hora, debo llegar a la casa minutos antes de que ella vaya a salir. Dejé todo planchado con Manu para que dependa un poco de mí, pues se ha vuelto muy independiente y eso no me ayuda en lo absoluto ahora.Entré a la casa sin aire. Creí que mi condición física estaba bien, pero estoy bien jodido. Tal parece que los años se me está
RachelNo puedo entender su actitud. No había demostrado ningún interés durante este tiempo y ahora de la nada se hace el más interesado en arreglar lo nuestro; si es que hubo verdaderamente algo real entre los dos alguna vez.Me juré que no iba a caer de nuevo, que sería fuerte por primera vez en la vida y que iba a superarlo, pero cada vez que lo veo, ese sentimiento tan agudo en mi pecho vuelve a invadirme. Mi corazón late apresuradamente cuando lo tengo cerca o cuando nuestras miradas se cruzan.No puedo olvidar mi norte; mi hija y mi carrera. Mientras continúe cerca de él, no podré superarlo todo como quiero. ¿Qué se supone que haga? ¿Qué debo hacer para arrancarlo de mi pecho, de mi alma y de mi ser?En la hora de almuerzo, me encontré con Tony en la cafetería. Venimos a almorzar como la mayor parte de los días, pero no podía
Regresé a casa luego de salir de la universidad y Aiden estaba en la sala cargando a la niña y con dos maletas a su lado.—¿A dónde vas con la niña? — le cuestioné temerosa.—Tranquila, no es lo que piensas. Pedí libre en la clínica para que fuéramos a quedarnos en un parador durante el fin de semana. Esta es mi maleta y la de la princesa; falta la tuya. Digo, si es que vendrás.—¿Esta es tu forma de ganar puntos?—Ya tenía pensado sacar a nuestra princesa de estas cuatro paredes, pues ella también merece estar en otro ambiente y divertirse. ¿No te gustaría acompañarnos?—No creas que soy tonta. Sé muy bien lo que estás tratando de hacer.—Si tanto miedo tienes de pasar tiempo conmigo, significa que aún sientes algo por mí — arqueó una ceja.&
—Mi hermosa Lily. Como te he echado de menos. Cada día estás más preciosa.Esta vez no estaba dispuesto a dar mi brazo a torcer.—No hace falta que me lo digas. Sé perfectamente que soy inolvidable.Sin permitir que se moviera, engullí su cuerpo entre mis brazos y me miró sorprendida. No la siento agresiva o a la defensiva como la última vez.—Tú y yo dejamos algo pendiente la última vez. ¿Ya lo olvidaste? — la encaré.—Suéltame, imbécil.—Tu rencor y odio lo convertiré en amor. Robaré cada insulto, cada suspiro, cada palabra que puedas dedicarme, a puros besos.—¿Qué estás diciendo?—Inténtalo. Anda. Insúltame, suelta todo eso que llevas por dentro, así me das la oportunidad que he estado esperando para besarte. No puedo esperar a que