Embarazada

Al cabo de varios minutos, Aiden regresó a la oficina y se percató de la situación al instante. Trató de tocarme, pero no quería que lo hiciera. Solo traía de nuevo esos vivos recuerdos a mi mente.

—¿Qué tienes, duendecilla?

—Estoy bien. No me toques.

—¿Por qué me estás tratando así? ¿Pasó algo?

—Aquí estuvo tu amante.

—¿Qué amante?

—Esa mujer, la que dices que se parece a mí y que hoy he descubierto que no quiero parecerme.

—¿Aquí? ¿Qué estás diciendo?

—No sé cómo entró, pero aquí estuvo hace unos minutos.

—¿Te hizo algo? — se notó alterado o más bien preocupado—. ¿Estás bien? —trató de tocarme de nuevo, pero él mis

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP