CAPÍTULO 1.
Me he enamorado perdidamente de una estrella de telenovela.Todos nos hemos enamorado o nos ha gustado una estrella de cine, series o novelas. A la cual hemos puesto en un pedestal por el simple hecho de tener una belleza única. Una personalidad destacable o un corazón noble o despiadado en la pantalla.A todos nos ha cautivado una persona que se ha vuelto inmortal en cintas de video o sólo por su tono de voz a la hora de decir algo que nos ha explotado la cabeza.Incluso no viendo sus cintas hemos fantaseado con ellos en reiteradas ocasiones...para no decir qué tipo de fantasía.Pero yo, Sky King, estoy perdidamente enamorada del actor Kim Seon Ho. Había estado en k-dramas, para luego expandirse y llegar al suelo americano para aparecer en pequeñas escenas como CSI o películas románticas como actor secundario hasta que pudo dominar el cine estadounidense y comenzó a obtener papeles importantes como Los juegos del destino, una película romántica mezclado con comedia en donde la chica nerd se enamora del más popular de la escuela. O en la película Corazones en fuga, en donde él, al final de esta muere porque ha mantenida oculta una grave enfermedad.El rostro de Kim estuvo en mi habitación durante años, en playeras, en sticker, en poster colgados. Mamá ponía los ojos en blanco cada vez que lo veía en alguna prenda mía o me veía repitiendo los capitulos de su infinidad de actuaciones en los k-drama.Mi fanatismo se calmó cuando pise la universidad. Mi habitación dejó de tener los posters de su cara y todo su cuerpo. Dejé de colgar alguno que otro dibujo de él hechos por mí y simplemente se me fue apagando toda esa idolatría por mis estudios.Mi primera carrera fue la medicina, pero por inconformidades mías y al ver la excesiva carga horaria que conllevaba eso. Asi que hice de todo un poco: estudie tres idiomas y me formé en asistencia personal para directivos o todo aquel que necesitara de mi ayuda.—¿Asistente personal?¿En serio? —cuestionó mi madre apenas le plantee lo que deseaba hacer —. Sky tu potencial es dominar al resto, no que te dominen a ti. La que debería tener un asistente eres tú, no ser una.Estábamos sentadas en un café frente a la universidad. Me había cambiado a la carrera de licenciatura en lenguas extranjeras para tener dominio en algunas y tener en cuenta a otras.Era una buena carta de presentación para cualquiera puesto de trabajo que se me ofrezca. —Lo sé, mamá. Pero quiero intentarlo. Si no me va bien, regresaré a mis estudios sobre la medicina o seré maestra para niños —miento.Sinceramente no me gustaba estudiar. Sólo me gustaban los trabajos que me generaban dinero al instante. Sabía que mamá me decía estas cosas porque quería verme progresar, pero sinceramente no había otra cosa que me llamaba más la atención que ser asistente personal de alguien. No era un sueño, pero si lo veía como un buen trabajo ya que era tan buen pago que no debía preocuparme por cubrir la cuota del gas o la luz. Incluso, podría tener un buen apartamento con vista a todo New York.—Tienes mucha suerte de decidir lo que tú quieras ser, Sky —se resigna, mirando su pequeño pastelitos de chocolate junto a su café—. Decidas lo que decidas no cambiará mi amor por ti. Solo espero que encuentres un trabajo con el cual sobrevivir en New York. Aquí todo es muy caro.—Voy a sobrevivir y tendré un gran sueldo. Te lo prometo.Mi optimismo era tal que se sintió falso. Lo único que conseguí de ella fue una mueca preocupada. Y lo estaba. Ella quería verme bien mientras siga estudiando para tener algo estable…no volvería a molestarme.—Me gusta como dibujas, Sky—me dijo mi compañero de piso mientras trataba de darle espuma al mar pintado bajo acuarela sobre el lienzo.Siento su mano sobre el respaldo de mi silla mientras inclina su cuerpo para saber qué estoy pintando. Gaby era mi nuevo compañero de piso de la universidad. Mi anterior compañera se llamaba Valeria y no le caía muy bien. Lo supe por su sonrisa falsa y su silencio para no hablarme. Incluso cada vez que quería hacerlo para entablar una conversación me respondía cortante y sin ganas.Púdrete Valeria.—Gracias. Es solo un pasatiempo—le digo mientras sigo muy concentrada tratando de que la espuma quede perfecta y real. Suelto el aliento cuando siento que se aleja para sentarse en su cama, toma un libro y finalmente se acuesta para leer. De fondo se escucha tránsito insoportable con las bocinas hasta el tope y el griterío de los conductores.Por suerte hoy tuve la oportunidad de desayunar con mamá porque es mi día libre. No asisto a ninguna materia los jueves. Y eso me pone contenta porque me ayuda a adelantarme a las materias del resto de la semana.Volviendo a Gaby, él era simpático y colorido. Digo colorido por su manera de ser tan espontánea y tranquila. Le gustaba fumar hierva cada vez que no estaba y me gustaba la sensación de que se guardaba ese secreto para él para evitar que me enoje. Pero no sabía esconder muy bien los filtros…Era alto, delgado pero no mucho y pelirrojo. Su cabello era un nido de rulos bien formados casi envidiable. No llegaba a lo afro pero si era demasiado abundante. Tenía ojos verdes y el rostro lleno de pecas.Incluso su sonrisa era bonita y simpática. Irradiaba buena energía y tenerlo en la habitación cuando yo estaba no era algo incomodo. Es más, me gustaba que estuviera para hacerme compañía y no sentirme tan sola y…No lo soporto mas. Corro hacia la ventana y la deslizó hacia arriba para sacar la cabeza—¡¡¡¿Por qué demonios no callan su m*****a bocina!???—gritó a todo pulmón, aspirando el maldito humo contaminante de los coches—¡¡Malditos idiotas sin cerebro!!Vuelvo a meter la cabeza y cierra con fuerza la ventana deslizándola hacia abajo.—Sky gritas como camionero reclamando su pago de fin de mes—admira Gaby, lleno de sorpresa levantando sus ojos de la lectura—. Hay tránsito porque un actor famoso esta dando conferencia de prensa en New York y está lleno de fans.Pongo los ojos en blanco. Tanto lío por una persona. —Espero que sea tan conocido para que valga la pena por cada bocinazo que lanzan los de los coches—vuelvo a sentarme en mi silla para seguir pintando.—En realidad sí. El actor Kim no sé cuánto está en la ciudad.Me quedo suspendida con el pincel en la mano.—¿Kim Seon Ho?—mi voz sube una octava sin ni siquiera aclararlo.—Si, creo que ese. El que estuvo en la última película romántica en N*****x insparada en una novela de una chica que ganó un premio en un concurso de escritura y…Deje de escuchar lo que me dijo Gaby en cuestión de segundos.¿Te está gustando esta historia? Espero que sí, no olvides dejar un comentario, me motiva a seguir. Gracias de todo corazón por estar aquí. También puedes encontrar novedades en mi i*******m “Flortomboy”.
CAPÍTULO 2 La locura internacional estaba a la vuelta de la esquina. Desde que Gaby me soltó aquella noticia como si fuese un comentario más me hizo revivir momentos de adolescencia en cuestión de segundos. Como pequeños flashback de mi pasado apasionado por Kim, mi actor favorito. Nunca tuve la oportunidad de ir haberlo o coincidir en alguna entrevista y que estuviera en New York me emocionaba muchísimo. Conseguí la dirección gracias a un viejo link de una red social que tenía en donde había un grupo de fans de Kim que ya no miraba. Gracias a Dios, también estaba en todos los portales de noticias de farándula avisando a dónde se presentaría y a qué hora. Era fácil llegar a donde él estaba dando conferencia, así que, sabiendo aproximadamente el horario porque varias fanáticas ya estaban en el sitio, me alisté como si estuviera apunto de ir a una cita al aire libre y con un clima espectacular. Un jeans claro desajustado en la cintura para dar la sensación de una cintura pequeña
CAPÍTULO 3 Si cuando lo vi en la pantalla me había enamorado de su manera de actuar, de sentir y expresarse, sin contar lo hermoso y perfecto que era, cuando lo vi en persona, todas esas cualidades se multiplicaron, llegando a lo más alto de la cúspide. Fue como si sucediera en cámara lenta. Pero, yo quería que sucediera de esa forma para guardarme aquel instante como un pequeño regalo en todo mi tormento de vida. Quizás suene exagerado, pero quizás necesitan algo de empatía para comprender lo que significaba para mí ese momento. Un momento único en donde él, de forma distraída él al caminar topó sus ojos con los míos. De esos ojos oscuros no me es fácil olvidar. Y supongo que sintió la misma chispa cuando vio mis ojos café. Tenía las manos en el bolsillo, despreocupado. Llevaba una camisa abotonada debajo de su chaqueta oscura, el cabello oscuro desprolijo pero para nada despeinado porque así era su postura ante todos. Lucir despreocupado y a la vez, ser la persona más atractiva
CAPÍTULO 4Imposible no tenerlo en un pedestal y ahora estar en el mismo coche que él, en silencio en el interior, pero por fuera, una fuerte lluvia que pretende romper las ventanillas.Nunca me hubiera imaginado en esta situación. Quería entrar en el museo para verlo en una entrevista y ahora estaba aquí ¡¡en el mismo auto que él!!Bueno basta. Era todo hermoso lo que estaba viviendo, pero sinceramente quedar en silencio con él no era lo más cómodo. Era medio raro el ambiente.—Así que tengo cara de ser una persona soberbia —me dice, acariciando el volante con sus largos y gruesos dedos. Me sorprende lo pálidos que son.Madre mía, se acuerda de lo que le he dicho. No sé se gritar de la alegría o hacerme chiquita en mi asiento.—Bueno, sí. No le has dicho nada a tu amigo cuando me gritó en el museo —me explico con pausa —. Así que sí, eres alguien soberbio.—Era mi representante —responde en seco.—Ya sea tu tía o tu representante, hubiera sido genial que le dijeras que no me grite.
CAPÍTULO 5. Observo detenidamente mi tarjeta una vez en la habitación de mi residencia. Me he tomado la molestia de, después de ducharme, sentarme en la cama y observar el papel grueso en donde su nombre estaba hecho con un relieve dorado en letra cursiva. No podía creer hasta dónde había llegado a tener contacto con él. Es como si Dios me hubiera mirado por primera vez y hubiera soltado “esta culera quiere al coreano ese, vamos a bendecirla” y procedió a escupirme en la cara. La lluvia no paraba y empezaba a hacer frio. Envolví mi cuerpo con una manta mientras apreciaba el nombre de Kim. No sabía si llamarlo ahora mismo o hacerlo después. Si lo hacía ahora quizás quedaba como una desesperada, pero si lo hacía luego corría el riesgo de que alguien más ocupe aquel puesto que me ofrecía. El trabajo de mis sueños se unía al chico de mis sueños. De pronto mi soledad se ve interrumpida cuando Gaby entra agarrado de la mano con una chica alta y morena de rizos definidos. Se produce al
CAPÍTULO 6 KIM SEON HO. Una vez que queda a solas, siente que puede respirar sin que nadie le indique cómo hacerlo. Sale de su despacho y camina mientras se quita la ropa hacia uno de los baños de su apartamento. Le grita a su comunicador automático instalado en la casa que prenda la música y que haga sonar la canción de Imagine Dragons: Not today. ¿Cómo es posible que dos personas al mismo tiempo estén sincronizados a través de la música? ¿Cómo el corazón de alguien puede estar tan conectado al de la otra persona? Puede que uno intente idealizar a estas dos personas que son polos opuestos, pero Kim estaba seguro de lo increíble que era aquella chica llamada...¿en algún momento le había dicho su nombre? Ni siquiera había tenido oportunidad de decírselo. Ella lo conocía a él pero no él a ella. Si se lo había dicho quizás ya no lo recordaba o se le había pasado por alto. Kim llega finalmente al baño, completamente desnudo y en cuanto la tina se carga con agua tibia se sumerge poco
CAPÍTULO 7 Una de las cosas que nadie te dice es cómo calmar tu ansiedad, que a veces, se confunde con nerviosismo o ataque de pánico. Manos sudorosas, un pie que se mueve al ritmo de tus palpitaciones contra el suelo de un ascensor y un picor extraño en la nuca. No podía diferencias esos tres estados que sufría el ser humano. Me veía reflejado en los tres espejos de las paredes. Observaba todas mis imperfecciones. Había algunos vellos de las cejas que no debían estar allí. Tuve que haber prestado más atención en eso. Abro la boca y aprieto los dientes, mirándolos. Los he lavado infinidad de veces, pero aun así siento que están algo amarillos. Debo parar con el café o terminaran pudriéndose. Me siento bonita, o así me sentía cuando me miré en el espejo de la habitación. Camino de un lado al otro hasta que finalmente llego a su piso. El ascensor se detiene y el corazón empieza a latirme con fuerza. Las puertas se abren y salgo directamente a un pasillo, chocando ante una pared que
PARTE 2. Kim se la queda viendo como si se tratara de una extraña. Aquel gesto me hace sonreír por dentro. No lo conozco en su totalidad, sólo me he creado una imagen idealizada de él, pero nadie puede negarme que no le agrada esa chica. Ni siquiera sé de dónde salió. Mi lucha mental era saber qué ocurría entre ellos dos, qué los unía y a la vez, ver la belleza de ese hombre que me triplicaba la estatura y de tamaño por lo musculoso que era. Me gustaba como se había enrollado las mangas de la camisa negra a la altura de los codos y estaba fuera de la cintura de su pantalón del mismo color para dar un aire despreocupado. Su cabello, el cual combinaban con su vestimenta estaba sutilmente despeinado. —Pasa por favor —me invita Kim, haciéndose a un costado para permitirme el paso. Sumisamente con mis manos sobre mi vientre paso sin mirar a la chica. Siento sus ojos clavados en mi nuca. —Siéntate en el sofá. En seguida regreso —me dice él, tranquilo pero tenso a la vez. Sale al p
CAPÍTULO 8 SKY KING —Y eso es todo —finaliza Kim tras cerrar si agenda y dármela —. Señorita King, le estoy dando algo muy peligroso, dejándolo en sus manos. Sé que estará a la altura de esta situación y podrá ser una mujer responsable como para no perder esta agenda con números importantes. —Lo sé —musito en un susurro, intentando no olvidarme nada —. En caso de que haga las cosas mal, por favor, no dude en decírmelo o lo solucionaré. —Recordaré que estás aprendiendo, no te preocupes. Me gustaba la seguridad y la confianza que me daba. Como si realmente comprendiera mi temor a arruinarlo todo. Kim se pone de pie, aclarándose la garganta. Oh, esa es una señal de que debo irme. —Tienes instrucciones de qué decir para ciertos productores y otras cosas para otros. Te he anotado algunas cosas que debes saber. Te daré una semana para acomodarte a todo y la próxima ya empezaras a trabajar como mi asistente. Esta semana deberás mudarte al edificio. Me quedo echa piedra. —¿Aquí?¿Al