Capítulo 17

Angelica.

Angélica no pudo terminar la frase ya que se desplomó contra el duro suelo como si fuera una bolsa llena de piedras. Alison, atemorizada, cruzó la oficina corriendo para levantarla.

Leyó los labios de la joven y claramente le estaba pidiendo agua. Estaba deshidratada.

Fue hasta su escritorio ha buscar su botella con el contenido, regresó para mojarles los labios y así poder avisarle que le había traído lo que pedía.

El ángel bebió con poca energía pero horriblemente sedienta se tomó todo lo que había de agua. Alice no podía dejar de mirarle las alas y se contuvo para no rosar las yemas de sus dedos sobre cada pluma. Se percató tarde que un ala era mucho más oscura que la otra. Más que grises, eran algunas blancas y otras llegaban al tono negro. Como si estuviesen quemadas y prometían convertirse en cenizas ante sus ojos.

No se atrevió a levantar al ángel que tenía frente a ella por miedo a lastimarla. Apoyó la cabeza de Angélica cuidadosamente sobre sus muslos unidos y el
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