Angelica.Angélica no pudo terminar la frase ya que se desplomó contra el duro suelo como si fuera una bolsa llena de piedras. Alison, atemorizada, cruzó la oficina corriendo para levantarla.Leyó los labios de la joven y claramente le estaba pidiendo agua. Estaba deshidratada.Fue hasta su escritorio ha buscar su botella con el contenido, regresó para mojarles los labios y así poder avisarle que le había traído lo que pedía.El ángel bebió con poca energía pero horriblemente sedienta se tomó todo lo que había de agua. Alice no podía dejar de mirarle las alas y se contuvo para no rosar las yemas de sus dedos sobre cada pluma. Se percató tarde que un ala era mucho más oscura que la otra. Más que grises, eran algunas blancas y otras llegaban al tono negro. Como si estuviesen quemadas y prometían convertirse en cenizas ante sus ojos. No se atrevió a levantar al ángel que tenía frente a ella por miedo a lastimarla. Apoyó la cabeza de Angélica cuidadosamente sobre sus muslos unidos y el
ANGELICA.Despertó con el sol pegandole en sus ojos de tono amorronado. No maldijo aquel malestar que le provocaba el contacto del nuevo día porque ahora, simplemente ahora, estaba viva.Bostezó como si no lo hiciera hace tiempo mientras estiraba sus brazos con gran satisfacción. Alejó las sabanas de su cuerpo y se levantó desnuda de su cómoda cama. Cerró las cortinas de la habitación para que nadie la viera y se vistió con mi ropa.Sí, mi ropa.Buscó exactamente el jeans que a mí me gustaba usar y con una sonrisa maliciosa se miró al espejo, admirando sus pechos desnudos y su silueta tan favorable que cualquier chica envidiaría..., o eso pensaba cuando se miraba porque lo había visto en sus ojos.Se puso un sostén negro y una braguita del mismo color. Se colocó los jeans azules, medias negras y una remera de The Beatles demasiado gastada que estaba en el fondo de mi placar.Se ató el cabello castaño que le llegaba hasta el trasero y se miró una vez más, mirando su reflejo como si se
Había un torbellino de personas abandonando la institución ya que había provocado un incendio ante las chispas provocadas en las luces. Los libros se prendieron fuego ante mis ojos y sin querer incendié la caja eléctrica del sótano que abastecía a toda la energía al edificio.El bullicio y el lío que había hecho no bastó para que Simón dejara de mirarme y obedecer a los bomberos para que se marchara ya que estaban evacuando el piso. Lo más irónico de aquella situación desastrosa, fue que Angélica Williams continuaba sentada, y había comenzado a pintarse las uñas contra el pupitre mientras ardía el mismisimo infierno a su alrededor.Entonces los tres bomberos que habían ingresado al curso y pretendían tironear el brazo a Simón quedaron congelados en el tiempo y las llamas quedaron suspendidas al igual que ellos. Estaba de más aclarar que él y Angélica eran los únicos que podían moverse como si todo continuara.–He comprobado que me queda mejor el negro que el rojo. –soltó ella, mirando
Dylan.El día lunes primero de Agosto del 2016, sucedieron hechos que nadie pudo describir con palabras. Hechos que solo eran ver para creer. Había visto películas sobre aquellos hechos pero jamás imaginé que...Dios, que dificil era todo ahora que ella no estaba.Mamá había reproducido el vídeo que ya estaba en redes sociales, en los noticieros, en las iglesias, en todos lados, en donde un angel salía volando, rompiendo el vidrio del techo del centro comercial.Las alas de Angélica estaban por donde mires. Habían colgado carteles, preguntando si la habían visto, si tan solo habían...,me resultaba dificil continuar hablando cuando de describir se trataba la cosa.De pronto, nuestra casa estaba invadida por periodistas, por personas de las diferentes religiones del mundo y hasta el presidente se había querido contactar con nosotros. Era horrible tener fotógrafos escondidos en el jardín, como si estuviesen esperando que Angélica volviera a casa así, como si nada.A más de uno tuve que am
A las tres semanas tuve nauseas leves, y a medida que avanzaba el tiempo mis días los pasaba vomitando en el retrete de mi "casa".Amanecía con nauseas y vomitaba como una condenada. Tenía malestares como dolores de cabeza y mis defensas habían bajado de una forma que vivía con congestión nasal.Notaba mi vientre un poco más grande cuando cumplí apenas un mes de embarazo. Me miraba al espejo, desnuda cada vez que salia de la ducha y me contemplaba en el espejo, destrozada, decaida, sin ganas de continuar respirando.La noticia me había caído como un balde de agua fría con cubos de hielo y para mí ya era algo natural tener los ojos hinchados por culpa del llanto.Era traumático saber que en mi vientre estaba la hija de la persona que por desgracia amaba y la de un demonio que no conocí, pero sí oí gritar cuando se la arrebaté de su cuna. Aquel grito voraz, que significaba la misma agonía, me atormentó en las primeras semanas pero luego pude vivir con él.Hace un mes no sabía nada de Si
Aquella noche caía lluvia del cielo nublado, el viento embestía a cualquiera que se atreviera a salir de su casa. Los truenos ensordecían los oídos sensibles y los animales abandonados buscaban refugio bajo un techo que no permitiera que se empaparan.En la vieja fabrica abandonada, las luces disipadas por la lluvia ingresaban para iluminar cada parte oscura.Un auto llegó y estacionó detrás de unos arboles para no ser visto. Las puertas del conductor y el del acompañante se abrieron de forma sincronizada, dejando a la vista a Emilia y Kevin Williams, los padres de Angélica.Ambos caminaron apresuradamente bajo la lluvia hasta llegar a una de las entradas de la fabrica donde fueron citados con una carta anónima que les hablaba de Angélica.—¿Estás seguro que es aquí, Kevin?—Sí, es la misma dirección que dice la carta.Entonces, a la distancia, vieron a una silueta de estatura baja que se aproximaba hacía ellos.Gabriel se apareció sin alas y tomando una postura más humana para no ate
UN MES DESPUES.Sky King.—Estás contratada. Tu experiencia es mejor que la de las jóvenes que se han presentado. Creo que vamos a aprender más de ti que tú de nosotros.Las palabras que tanto me habían provocado un estado ansioso, finalmente salieron de su arrugada boca. Respiré, pegando mi espalda contra la silla pero me incorporé tras recordar que no debía ser descortés con esa acción.Iba a relajarme una vez que estuviera fuera de la oficina.—Se lo agradezco mucho, señora Hume. No voy a fallarle—me levanto de la silla cuando ella también lo hace y estrechamos manos.—Comienzas mañana a las ocho de la mañana. Preséntate en mi oficina y para poder enseñarte lo que debes hacer.Asiento con la cabeza, esperando que mi sonrisa no se expanda aún más. Aunque es imposible porque he conseguido empleo de lo que tanto me gusta: ser asistente en un edificio donde se dedican a hacer publicidad para productos de belleza.Verán, la señora que estaba estrechando mi mano estaba a varios días de j
CAPÍTULO 2.Me despierta la alarma, me cuesta salir de la cama y otra vez vuelve a sonar. Tras recordar que ahora tengo empleo, me veo obligada a levantarme, pegarme otra ducha para despabilarme y cepillarme los dientes mientras hago mis necesidades. Es para ahorrar tiempo o es mi primera acción ansiosa del día.Tras abrir la puerta del baño y ver la sala, recuerdo que anoche tuve una visita inesperada. Pero no está y no hay rastros de él y eso me altera un poco.Tampoco ha dejado una nota.No me ha dicho a qué ha venido y eso me preocupa porque nadie se te aparece así porque sí.***—…cuando recibas una llamada debes activar la grabadora para guardarla ya que es un método que te ayudara a recordar quién lo ha hecho y por qué. También es obvio que debes anotarlo.La señora Hume se ocupa de que aprenda todo lo necesario para poder adaptarme a mi trabajo detrás de mi escritorio.Tengo un jefe que aún no conozco porque Hume está demasiado ocupada contándome cómo todo funciona en la torre