Aquella noche caía lluvia del cielo nublado, el viento embestía a cualquiera que se atreviera a salir de su casa. Los truenos ensordecían los oídos sensibles y los animales abandonados buscaban refugio bajo un techo que no permitiera que se empaparan.En la vieja fabrica abandonada, las luces disipadas por la lluvia ingresaban para iluminar cada parte oscura.Un auto llegó y estacionó detrás de unos arboles para no ser visto. Las puertas del conductor y el del acompañante se abrieron de forma sincronizada, dejando a la vista a Emilia y Kevin Williams, los padres de Angélica.Ambos caminaron apresuradamente bajo la lluvia hasta llegar a una de las entradas de la fabrica donde fueron citados con una carta anónima que les hablaba de Angélica.—¿Estás seguro que es aquí, Kevin?—Sí, es la misma dirección que dice la carta.Entonces, a la distancia, vieron a una silueta de estatura baja que se aproximaba hacía ellos.Gabriel se apareció sin alas y tomando una postura más humana para no ate
UN MES DESPUES.Sky King.—Estás contratada. Tu experiencia es mejor que la de las jóvenes que se han presentado. Creo que vamos a aprender más de ti que tú de nosotros.Las palabras que tanto me habían provocado un estado ansioso, finalmente salieron de su arrugada boca. Respiré, pegando mi espalda contra la silla pero me incorporé tras recordar que no debía ser descortés con esa acción.Iba a relajarme una vez que estuviera fuera de la oficina.—Se lo agradezco mucho, señora Hume. No voy a fallarle—me levanto de la silla cuando ella también lo hace y estrechamos manos.—Comienzas mañana a las ocho de la mañana. Preséntate en mi oficina y para poder enseñarte lo que debes hacer.Asiento con la cabeza, esperando que mi sonrisa no se expanda aún más. Aunque es imposible porque he conseguido empleo de lo que tanto me gusta: ser asistente en un edificio donde se dedican a hacer publicidad para productos de belleza.Verán, la señora que estaba estrechando mi mano estaba a varios días de j
CAPÍTULO 2.Me despierta la alarma, me cuesta salir de la cama y otra vez vuelve a sonar. Tras recordar que ahora tengo empleo, me veo obligada a levantarme, pegarme otra ducha para despabilarme y cepillarme los dientes mientras hago mis necesidades. Es para ahorrar tiempo o es mi primera acción ansiosa del día.Tras abrir la puerta del baño y ver la sala, recuerdo que anoche tuve una visita inesperada. Pero no está y no hay rastros de él y eso me altera un poco.Tampoco ha dejado una nota.No me ha dicho a qué ha venido y eso me preocupa porque nadie se te aparece así porque sí.***—…cuando recibas una llamada debes activar la grabadora para guardarla ya que es un método que te ayudara a recordar quién lo ha hecho y por qué. También es obvio que debes anotarlo.La señora Hume se ocupa de que aprenda todo lo necesario para poder adaptarme a mi trabajo detrás de mi escritorio.Tengo un jefe que aún no conozco porque Hume está demasiado ocupada contándome cómo todo funciona en la torre
CAPÍTULO 3—No creo que deba usarlo, está guardado debajo de mis cuadernos de la universidad en el segundo cajon de mi mesa de noche.—Sky, hazlo. Me salió carísimo.—No debiste comprarlo.—¿Por qué no? Ahora estarás sola y no tendrás con quién quitarte las ganas. Hasta yo estoy pensando comprarme una muñeca inflable.—¡Gabriel!Se echa a reír.Gabriel me regaló un vibrador. De esos que te dan una caricia al clítoris y ves el cielo, según él. Nunca usé uno ni tampoco quise hacerlo, pero él no paraba de insistir.Desde que me mudé a un nuevo piso, Gabriel y yo nos solíamos contactar por videollamada para charlar un rato. En esta oportunidad, me había pillado tumbándome en la cama luego de mi jornada laboral. Los pies me dolían de lo hinchados que estaban y decidí aceptar su llamada.Mi rostro ocupaba la mayor parte de la cámara y el suyo también. Estaba acostado, agotado de cursar una de las materias más pesadas de la carrera y aún así deseó llamarme para saber cómo estaba.—Hazlo, no
CAPÍTULO 4SAMLo que no se contó fue la parte de mi historia.No soy alguien bueno, tampoco creo serlo algún día. Lo jodido de esto es que mis actitudes a veces lastiman al resto pero estoy tan ciego como para verlo que cuando lo noto, ya es demasiado tarde.Cuando conocí a Zafiro me enamoré perdidamente de ella. Fue una especie de conquista porque al verla con unos ojos almendrados y cabello rojo fue una combinación explosiva para mis sentimientos que necesitaban despejarse un poco.La vi bailar en un bar, en aquel momento, una cantina de mala muerte rodeada de hombres que seguro la despedazarían cuando terminara su turno como mesera. Sabía que conseguía más propina si bailaba sobre las mesas con aquel vestido largo, desteñido pero que aún así, cuando sujetaba su falda con ambas manos lograba que sus curvas nos volviesen loco a todos. Y más cuando su escote se veía aplastado por el ajustado corset.Pero luego de todo aquel relleno melancólico de la belleza de Zafiro, ella sabia como
CAPÍTULO 5.Sam está frente a mí con una sonrisa maliciosa en sus labios, de esas deseosas por comerse a la victima que tiene enfrente. Yo me mantengo firme porque no quiero caer ante la tentación de sus brazos, pecho y cuello, los cuales eran lo suficientemente grandes como para frenar un tren. Bueno, no quería exagerar, pero tenía un aspecto de chico fuerte.La película se oía de fondo.Puse mis manos sobre sus hombros y eso pareció tentarlo más a que quiera tirarse sobre mí, pero cuando vio que flexioné la rodilla y la levanté a la altura de sus genitales, se echó hacia atrás.—Demonios mujer eso no se hace ni en juego. Es jugar sucio—me reprende y yo me rio.—Siéntate, tengo hambre.Sam se me queda viendo, intrigado.—¡De pizza!¡Quiero pizza! Que mente tan sucia tienes, Dios—me rio aún más fuerte.Era como si el tiempo no hubiera pasado, en realidad, era como si nuestra amistad no se hubiera quebrantado. Tenia a mi lado al mismo sujeto que me había contratado como su asistente hac
CAPÍTULO 6.Sky no tuvo timidez a la hora de quitarle por encima de la cabeza la ropa a Sam. Ni Sam tuvo pudor de quitarle la enorme playera que tenía ella, dejándola únicamente en bragas y calcetines.Sus pechos, cálidos, recibieron a Sam como aquel que muere de hambre y sólo desea comer el manjar que tiene encima de él.Sky gime en cuanto él caza con su boca uno de sus pezones. Ella hunde sus finos dedos en su cabello, los cuales enredó hasta tirar de él. Sam soltó un gruñido de lo más profundo de su garganta.La joven se movía despacio encima de Sam, franeleando por encima de su ropa con el fin de que la erección de él se hiciera más notoria. Este vibraba bajo sus movimientos y temía correrse de lo mucho que la deseaba.—No deberíamos estar haciendo esto—jadeó ella con el corazón latiéndole con fuerza mientras él le besaba el pecho con tanto cariño y devoción que la derretía.El juego de sensaciones ya había empezado y era demasiado difícil detenerse.—Ya es tarde—murmuró él contra
CAPÍTULO 7.—El café es un asco, King.Me deja el café intacto encima de la mesa alta de recepción mientras atiendo un par de emails en la computadora de escritorio.Me pongo de pie tras ver que el señor Wright que se pierde en uno de los pasillos del piso y puedo escucharlo regañar a alguien.Ni siquiera tengo tiempo de darle una explicación o al menos decirle que le traeré otro enseguida. No varia del café del día anterior. No entiendo nada.Son las diez de la mañana y para ser honesta no la estamos pasando bien. Nadie. En absoluto.Todos lo evitan y es notable su mal humor.—Se enteró que su esposa se estaba acostando con su mejor amigo, David, uno de los jefes de marketing de la empresa—me cuenta Amadeo, uno de los que se ocupa de la limpieza.Es un poco más bajo que yo, tiene mi edad y lleva un mono de limpieza azul oscuro que le queda a la medida.Lo miro, ceñuda.—¿Y tú cómo sabes eso?—Bueno, la voz corre rápido en el edificio—tuerce el gesto mientras pasa la escoba por el pis