CAPÍTULO 6.Sky no tuvo timidez a la hora de quitarle por encima de la cabeza la ropa a Sam. Ni Sam tuvo pudor de quitarle la enorme playera que tenía ella, dejándola únicamente en bragas y calcetines.Sus pechos, cálidos, recibieron a Sam como aquel que muere de hambre y sólo desea comer el manjar que tiene encima de él.Sky gime en cuanto él caza con su boca uno de sus pezones. Ella hunde sus finos dedos en su cabello, los cuales enredó hasta tirar de él. Sam soltó un gruñido de lo más profundo de su garganta.La joven se movía despacio encima de Sam, franeleando por encima de su ropa con el fin de que la erección de él se hiciera más notoria. Este vibraba bajo sus movimientos y temía correrse de lo mucho que la deseaba.—No deberíamos estar haciendo esto—jadeó ella con el corazón latiéndole con fuerza mientras él le besaba el pecho con tanto cariño y devoción que la derretía.El juego de sensaciones ya había empezado y era demasiado difícil detenerse.—Ya es tarde—murmuró él contra
CAPÍTULO 7.—El café es un asco, King.Me deja el café intacto encima de la mesa alta de recepción mientras atiendo un par de emails en la computadora de escritorio.Me pongo de pie tras ver que el señor Wright que se pierde en uno de los pasillos del piso y puedo escucharlo regañar a alguien.Ni siquiera tengo tiempo de darle una explicación o al menos decirle que le traeré otro enseguida. No varia del café del día anterior. No entiendo nada.Son las diez de la mañana y para ser honesta no la estamos pasando bien. Nadie. En absoluto.Todos lo evitan y es notable su mal humor.—Se enteró que su esposa se estaba acostando con su mejor amigo, David, uno de los jefes de marketing de la empresa—me cuenta Amadeo, uno de los que se ocupa de la limpieza.Es un poco más bajo que yo, tiene mi edad y lleva un mono de limpieza azul oscuro que le queda a la medida.Lo miro, ceñuda.—¿Y tú cómo sabes eso?—Bueno, la voz corre rápido en el edificio—tuerce el gesto mientras pasa la escoba por el pis
CAPÍTULO 8.SKY KING.Tras llegar a mi edificio, la lluvia torrencial continua. Me alegra regresar a casa, pero el único que no ha subido conmigo a mi piso fue Sam, el cual, decidió marcharse sin explicarme a dónde iría.Tampoco me debía una explicación, no éramos nada.Tras abrir la puerta y quitarme el saco que estaba empapado, noto que no estoy sola tras mirar de reojo y lo confirmo.Pego un grito del susto al ver a Gabriel sentado en mi sofá. Incluso el televisor está apagado y eso me ha dado a entender que no ha venido aquí para pasar el rato.—Hola, Sky—me saluda, con voz apagada, pero se esfuerza por darme una débil sonrisa.—Me vas a matar del susto Gabriel—me rio, nerviosa—¿Qué haces aquí?Veo que ni siquiera forzado la puerta para ingresar. Luego me acuerdo que está metido en el mundo paranormal y trato de justificarlo mentalmente con eso.—¿No puedo venir a visitar a una amiga?—Sí, claro que puedes, pero avísame al menos. No he tenido tiempo de limpiar la casa—le digo, cam
CAPÍTULO 9Elena.Me han llamado Elena o al menos que haya oído mal.Sin embargo, ahora estaba ante Gabriel, quien se había puesto pálido al verme.—Sky—susurró ante el barullo del bar—¿Por qué me seguiste?—Quería venir a ver cómo estabas.—Pero se supone que estás del lado de Sam—impone, acercándose a la barra.—No estoy del lado de nadie.Gabriel se me queda viendo como si no me reconociera, pero su sonrisa llena de esperanza me dice todo lo contrario.—He oído que me has dicho Elena.—Bueno, es tu nombre referencial de ángel pero no le des importancia—me dice, pidiéndose una cerveza luego de mencionarlo—. No tiene nada que ver contigo.—Quiero poner un alto con esto de los ángeles caídos y toda esa mierda.—Intenta no decir blasfemias en presencia mia, Sky.—Podía insultar al cielo y a la tierra siendo tu amiga, Gabriel—mascullo.—¿Y el imbécil de tu novio?—Está descansando luego de la paliza que le diste y no es un imbécil. —¿Quieres tomar una cerveza conmigo?Por más que su ro
CAPÍTULO 10.Del caos nacieron las más hermosas estrellas y creo que esa voz en mi cabeza que me susurró que todo estaría bien, fue esa explosión.Como asistente del jefe y encargada de la recepción en una empresa de belleza, mi día laboral es bastante diverso y ajetreado. Comienzo mi jornada llegando temprano a la oficina para asegurarme de que todo esté en orden antes de la llegada de los demás empleados y clientes.Una vez que llegan los clientes, me encargo de recibirlos y hacerlos sentir cómodos, asegurándome de que se dirijan al área correspondiente para recibir el servicio que necesitan. También atiendo llamadas telefónicas y correos electrónicos, tratando de responder a las preguntas de los clientes o remitirlos al personal apropiado.Colaboro estrechamente con el jefe de la empresa, ayudándolo con diversas tareas, como la preparación de documentos, la organización de reuniones y la programación de citas. Me siento agradecida por tener la oportunidad de aprender de alguien tan
CAPÍTULO 11.—¿Qué haces aquí? —los ojos de Kim me miran como si me despreciara y de golpe me recorre un sudor frio por la espalda.Creo que no ha sido buena idea.Cuanto intento echarme hacia atrás él me caza de la mano y me ingresa a su departamento como si estuviéramos escondiéndonos de alguien.—¡Sueltame Kim! —grito, furiosa y este lo hace una vez que logra ponerle segundo a la puerta.Tiene el cabello más largo que de costumbre, se ha dejado crecer el vello del mentón y sus ojeras negras parecen hechas con maquillaje.Tiene una camisa abierta que me deja ver su pecho y unos pantalones sucios. Está descalzo y de muy mal humor.—¡¿Te mandó Samuel?! —me acorrala contra la pared.Respiro hondo.—No. Mi jefe.Hay un tembleo en mi voz que le deja saber que le tengo miedo, por lo que sonríe, satisfecho.—¿Sigues con esa estupidez de ser la secretaria de alguien cuando tú misma podrías tener a cientos bajo tu control? Que poco aspiras, Sky—se despega de mí y camina hacia la sala—¿Qué mi
CAPÍTULO 12—Lo conseguí.Dejo el papel con el numero del abogado de Kim Seon Ho en el escritorio del señor Whright. Este levanta la vista de su ordenador.Toma el papel con el ceño fruncido y eleva las cejas una vez que se da cuenta a lo que me refiero.—Sky recuérdame que te haga un altar—me dice como cumplido y yo doy saltitos por dentro.—Hizo que hablara con mi ex, creo que me lo merezco—suelto con sarcasmo.Se echa a reír y es una sonrisa fresca.—Habrá una reunión en un bar que está frente al edificio, es a la salida de tu horario. Necesito que vayas para tomar nota en la laptop—señala la suya—¿podrás?—Por supuesto señor ¿de qué ira la reunión?—Vamos a ver fotos de rostros de modelos para escoger la cara de la temporada.—Oh…¿y tiene que ser en un bar?—Sí, porque será muy subjetivo el asunto.—Bien…En un bar discutir algo tan importante como elegir el rostro de la temporada es algo extraño, pero acepto de todos modos porque no creo que tenga ganas de escucharme replicar sob
CAPÍTULO 13SAM.El demonio camina de un lado a otro en el departamento del ángel que quiere con su alma maldecida. Sky es lo único bueno, hasta el momento, que le ha pasado en su vida y no quiere perderla, por lo que se mantiene viviendo en su casa hasta que ella regrese.Tiene ganas de prepararle una cena especial cuando regrese, por lo que decide hacer un pollo al horno con patatas fritas. Sabe que es su comida favorita aunque ella no se lo ha dicho y tampoco debió ser adivino como para hacerlo.Sazonó el pollo con una mezcla de especias que había preparado previamente, que incluía ajo en polvo, sal, pimienta negra y romero.Después, peló las papas y las cortó en trozos pequeños para freírlas. Colocó las papas en una sartén y las frió en aceite caliente hasta que estuvieran doradas y crujientes. Las retiró del fuego y las espolvoreó con sal.A continuación, Sam colocó el pollo en una bandeja para hornear y lo metió en el horno precalentado. Lo dejó cocinar durante aproximadamente u