CAPÍTULO 13SKY KING.Una melodía poco inusual pero que hacia que el baile fuera fluido, casi inocente pero no para ambos. Sus manos sujetaban las mías deseando que me guiara, estaba seguro de si mismo.Sus ojos azules estaban puestos en mí. Eran diferentes a otros ojos que vi, eran destacables y fuertes. Penetrantes, al borde de que tenia que desviar mi atención a otras partes del salón por lo intimidantes que eran. No sabia si los estaba utilizando a su favor.Era un hombre de unos veintisiete años, de traje negro a la medida y cabello rubio corto. Mandíbula cuadrada, cejas pobladas y una energía masculina tan fuerte que varias señoras de allí ya le estaban echando el ojo.—No vi en la necesidad de salvarla de aquel chico que parecía estar incomodándola—me habla por primera vez, sosteniendo aún sus hombros rectos y sujetándome fuertemente de la cintura con una de sus manos.—Es mi hermanastro—le cuento—. Es algo amoroso.—Esos son los peores—escruta.—Disculpe ¿lo conozco? —frunzo e
CAPÍTULO 14Me doy cuenta de que he tomado más de una copa y la fiesta se ha vuelto interesante, supongo. Mi madre está charlando animadamente con unas amigas, mientras que Carlos, se entretiene hablando con sus hijos sobre sus viajes y contando anécdotas.El resto de los invitados bailan, beben, comen y yo estoy con la espalda apoyada en una de las paredes, como si esta se fuese a caer, con una copa en la mano mientras veo como todo pasa a mi alrededor, ajenos a mi realidad.¿Un ángel bebe? ¿Un ángel camina entre los vivos? Yo recuerdo mi fecha de nacimiento, recuerdo mi humilde niñes, de mi forzosa adolescencia y ahora, mi presente, bendecido por el gran señor Carlos, quien no se ha a acercado a hablarme en ningún momento, pero el que paga mi residencia, mi comida en la universidad.Soy agradecida, pero siempre me dio la sensación de que me ha querido mantener lejos de su perfecta familia.Estoy enloqueciendo, pero a veces, los pensamientos negativos cobran sentido.Estoy atrasada c
—Concédame otra pieza—insiste luego de soltarme semejante locura.Con su mano tendida, el rechazo aparece de mi parte. En sus ojos veo como aquel brillo se apaga.—No, lo siento—susurró, yéndome de su vista con mis manos levantando el vestido.¿Qué le sucede a aquel loco? ¿Esta es la nueva forma de coquetear y no la conozco? Salgo al patio trasero de la casa y para mi mala suerte, encuentro a Eun-ji, mirando el parque de mi madre apoyada sobre uno de los barandales de mármol blanco. Sus codos están encima de él y está dejando descansar su barbilla entre sus manos entrelazadas.Freno de golpe, pero ya es tarde, ha notado mi presencia. Se incorpora al verme.—No esperaba verte aquí—me dice, nerviosa y poniéndose pálida.—¿Kim no te avisó que es la fiesta de mi padrastro?—¿Carlos es tu padrastro? —pega el grito en el cielo.—¿Por qué te sorprende?—El mundo es tan pequeño—susurro, indiferente—. Mira Eun-ji, no quiero que la cosa se ponga más incómoda, pero no esperaba que me refregaras
CAPÍTULO 15—¿Puedo saber qué estás haciendo aquí, tocando mis cosas? —entro a la habitación, alterada por su presencia.El sujeto no parece inquieto por mi presencia ni mucho menos se levanta de la cama.—Cierra la puerta, Sky—me pide, autoritario y serio, sin mirarme ya que tiene los ojos puestos en el cuadro en donde estoy yo sola, con una sonrisa de oreja a oreja.—Por supuesto que no ¡largo! —le grito, señalando la puerta con el dedo y deseando que alguien escuche aquel pedido para no estar sola con un extraño.Pero la música de la planta baja es tan alta que dudo que eso ocurra. De pronto, escucho que Dacing Queen está sonando en la fiesta y me arrepiento de haber subido.Al menos me hubiese gustado bailar eso con Gabriel. Ya lo he escuchado cantando en la ducha ese tema.—No voy a hacerte daño. Cierra la puerta—vuelve a pedirme, con poca paciencia.—No.Levanta sus ojos hacia mí, observándome sin expresión en ellos, pero puedo ver que no va a largarse de aquí hasta que lo haga.
CAPÍTULO 16.SKY KING.Me levanta en el aire sujetando mi cuerpo con su brazo entero. Con su mano libre me toma por la nuca, con fuerza y me mira, como si estuviera a punto de comerme. Sus ojos, intensos, me observan bajo la luz de la luna que nos pega a ambos en la cara. El silencio se ve opacado por nuestra respiración agitada. Esto es el amor…el encuentro entre dos amantes que se olvidan del mundo.Como cuando un demonio tocó lo prohibido, un ángel lo quiso besar.El ángel, de cabello castaño que caía como manto sobre su espalda, tomó entre sus manos el mentón del demonio y este cerró los ojos, disfrutando del tacto que el destino quiere asesinar.El demonio la contempla como si se tratara de la belleza más inalcanzable del mundo, el ángel quiere ser observado y amado, por lo que su ego se eleva hasta grandes alturas con una sola mirada.—Quisieron alejarme de ti, pero no pudieron, amor—susurró Salam, con aquella voz grave que parecía penetrar en mi pecho cada vez que hablaba. Podr
Angelica.Angélica no pudo terminar la frase ya que se desplomó contra el duro suelo como si fuera una bolsa llena de piedras. Alison, atemorizada, cruzó la oficina corriendo para levantarla.Leyó los labios de la joven y claramente le estaba pidiendo agua. Estaba deshidratada.Fue hasta su escritorio ha buscar su botella con el contenido, regresó para mojarles los labios y así poder avisarle que le había traído lo que pedía.El ángel bebió con poca energía pero horriblemente sedienta se tomó todo lo que había de agua. Alice no podía dejar de mirarle las alas y se contuvo para no rosar las yemas de sus dedos sobre cada pluma. Se percató tarde que un ala era mucho más oscura que la otra. Más que grises, eran algunas blancas y otras llegaban al tono negro. Como si estuviesen quemadas y prometían convertirse en cenizas ante sus ojos. No se atrevió a levantar al ángel que tenía frente a ella por miedo a lastimarla. Apoyó la cabeza de Angélica cuidadosamente sobre sus muslos unidos y el
ANGELICA.Despertó con el sol pegandole en sus ojos de tono amorronado. No maldijo aquel malestar que le provocaba el contacto del nuevo día porque ahora, simplemente ahora, estaba viva.Bostezó como si no lo hiciera hace tiempo mientras estiraba sus brazos con gran satisfacción. Alejó las sabanas de su cuerpo y se levantó desnuda de su cómoda cama. Cerró las cortinas de la habitación para que nadie la viera y se vistió con mi ropa.Sí, mi ropa.Buscó exactamente el jeans que a mí me gustaba usar y con una sonrisa maliciosa se miró al espejo, admirando sus pechos desnudos y su silueta tan favorable que cualquier chica envidiaría..., o eso pensaba cuando se miraba porque lo había visto en sus ojos.Se puso un sostén negro y una braguita del mismo color. Se colocó los jeans azules, medias negras y una remera de The Beatles demasiado gastada que estaba en el fondo de mi placar.Se ató el cabello castaño que le llegaba hasta el trasero y se miró una vez más, mirando su reflejo como si se
Había un torbellino de personas abandonando la institución ya que había provocado un incendio ante las chispas provocadas en las luces. Los libros se prendieron fuego ante mis ojos y sin querer incendié la caja eléctrica del sótano que abastecía a toda la energía al edificio.El bullicio y el lío que había hecho no bastó para que Simón dejara de mirarme y obedecer a los bomberos para que se marchara ya que estaban evacuando el piso. Lo más irónico de aquella situación desastrosa, fue que Angélica Williams continuaba sentada, y había comenzado a pintarse las uñas contra el pupitre mientras ardía el mismisimo infierno a su alrededor.Entonces los tres bomberos que habían ingresado al curso y pretendían tironear el brazo a Simón quedaron congelados en el tiempo y las llamas quedaron suspendidas al igual que ellos. Estaba de más aclarar que él y Angélica eran los únicos que podían moverse como si todo continuara.–He comprobado que me queda mejor el negro que el rojo. –soltó ella, mirando