Darién baja los escalones a grandes y precisos saltos llegando rápidamente a la base. Con la mirada fija en Sebas como una presa, calcula, considerando si matarlo o llevar su cabeza de regalo a su presuntuosa reina, quizás llevar su cabeza sería suficiente, Sebas se topa con una gran puerta de piedra, por más que trató de empujarla ésta no cedió en lo más mínimo, usando a Renata como escudo… ─ ¡No te acerques o le corto el cuello! ─ Hazlo, es humana ─. Renata no podía creer lo que escuchaba, Darién ofreciendo su cabeza y con sonrisa demencial en labios. ─ Dame el placer de tener un motivo más para llevar tu cabeza de trofeo ─ Tira tus armas ─ ¿Cuáles? ─ Darién muestra sus manos aparentando estar desarmado. ─ Sé que estás armado, llevas dos pistolas detrás ─ señala Sebas con la barbilla, Darién sonríe a cambio, Sebas estaba nervioso. ─ Hueles diferente, hueles a miedo, bendecido ─ ¿bendecido?, ¿Qué querría decir Darién con bendecido?, se pregunta Renata entre su pánico. ─ Yo no temo, Di
Con la respiración más estable al igual que su equilibrio, Youlin lo fulmina con la mirada, Darién le corresponde al sentimiento por la vomitada sobre su bota. ─ No. Al parecer estamos en el lugar correcto ─ con curioso interés, Youlin repara en el medallón de Renata. ─ ¿Qué es eso? ─ ¿Esto?, un medallón que me dio Caroline, es lindo, parece un ojo ─ ¿Un ojo?, ¿Puedo verlo? ─ Claro ─ Renata le hizo entrega del medallón, en efecto, era como un ojo. ─ Oigan, todos ─ llama José, todos le prestan atención acercándose a la gran puerta de piedra, unas marcas parecían estar talladas en ella. Youlin, con mucho cuidado limpia la superficie con sus dedos, todas parecían provenir de un solo punto, un patrón. ─ La estrella de acuario ─. En la puerta, se hallaban grabados unos puntos, una serie de estrellas formando constelaciones y unas en particular formaban ranuras, pero eran demasiado pequeñas para el medallón, todos quedan fascinados. La estrella de acuario ─ Permíteme ─ solicita Da
─ Estamos en el siglo… ─ la anciana ladea la cabeza. ─ ¿Qué son los siglos? No me contestes, acércate Darién, déjame ver ─ Darién sopesa la petición de la anciana por un par de segundos hasta que accedió, la anciana extiende sus huesudas manos y las coloca en las sienes de Darién, provocando un jadeo repentino y un leve respingo dejando sus ojos blanquecinos, todos se tensan, las imágenes y recuerdos en la mente de Darién viajaban hasta la anciana a una velocidad vertiginosa, acelerándose cada vez más y más, Darién comenzaba a estremecerse y a sudar, apretando los dientes emite un gruñido. La anciana lo libera un par de latidos después, dejando a Darién dar unos traspiés algo aturdido ─ Creíste que podías mostrarme ciertos recuerdos… hm, pobre niño insensato ─ Darién no podía articular palabra alguna, solo jadear y sudar. ─ ¿Quién es usted?, ¿Qué le ha hecho? ─ protesta Renata balanceándose sobre sus pies con las manos hechas puños, preparada para correr si hacía falta, la ancian
─ ¿Cómo lo descubriste? ─. Pregunta Rosa sin despegar la mirada asombrada de aquel sarcófago. ─ No estaba segura, pero medité sobre el enigma y… lo vi ─ ¿Qué viste? ─. Pregunta Renata. ─ Cómo te dije, no estaba segura, escuchen: la estrella de acuario es donde mora el rey Ganímedes: era la constelación marcada en la puerta y hace referencia de este lugar. Que desde su trono protege la última tumba Eterna: es el rey que está allí sentado y que por cierto si no se han dado cuenta está mirando hacia arriba. No a su izquierda, no a su derecha: si prestamos atención no la íbamos a poder ver por ningún lado ya que estaba oculta para nuestros ojos, menos para ese rey que está allí, ¿no? Sino en el centro de su ojo para no perderla de vista: ese medallón es el ojo que mostraría lo que tanto estábamos buscando ─ Muy inteligente, niña, me impresionas ─. Opina la anciana. Una vez que Youlin da su explicación, orgullosa de su proeza, Rosa y Renata asienten en comprensión, José por más que vis
En el aeropuerto principal de España, Flora se encontraba con sus chicas y Sofía, recibiendo a los primeros refugiados listos para ser escoltados con un pequeño grupo de soldados asignados por Darlen hasta la mansión, estratégicamente se colocaron otros grupos asignados en otros aeropuertos para cumplir tales tareas con gente de confianza para dirigirlas, Flora esperaba atenta en la entrada del aeropuerto mientras que Sofía daba las bienvenidas y asignaba a los soldados para escoltar a los recién llegados a un salón a parte en espera para ser abordados en varios camiones militares. Una vez que los camiones estuvieron llenos, iniciaron la marcha de regreso. Sofía y Flora se quedaron en el aeropuerto en espera de más camiones para abordarlos con soldados, cercando el área para evitar gente sospechosa y mantener a los refugiados seguros, con el cielo encapotado ocultando las estrellas y la luna, con el rocío de la llovizna cayendo sobre los justos y no tan justos, la movilización e
Las noticias de una nube negra acercándose en las inmediaciones de la mansión llegaron a los oídos de Lenaya, Darlen y Caroline, se enfilan a la carrera junto a Lenaya hasta los amplios portones, Caroline y Darlen le indican que debía quedarse detrás de ellas, cosa que sabían perfectamente que Lenaya no haría, una neblina espesa y gris golpeaba sutilmente una pared invisible, detrás de aquella densa neblina una figura de una persona se hace presente, esa persona parecía estar desnuda, de hecho lo estaba, solo que su cuerpo yacía cubierto de cientos de ojos y una sola boca, pedía a la niña Adara a cambio de perdonar sus vidas, el demonio se presenta como Attor y se asombra al ver a Lenaya, pero sus planes no estaban dirigidos a ella, sino a la niña, para ella le tenían algo peor, por supuesto, Lenaya se niega en entregarla, Darlen manda a llamar a sus hombres y que den inicio a la retirada a los refugios. El demonio, con su voz seca y de miles de voces se ríe por lo bajo de los in
En el aeropuerto de España, le llegan informes a Sofía de los ataques a la mansión. ─ ¡Nuevas órdenes!, ¡todos quedan confinados en el aeropuerto!, ¡de los refugiados nadie sale! ─ Creo que debería irme a la mansión, señorita Sofía ─ No, te necesito aquí ─ (dientes apretados) Su majestad está en peligro ─ ¡Ella tiene a Darlen y a Caroline y un gran número de soldados!, tú te quedas ─ ¡Son un gran número de bendecidos y demonios! ─ He dicho que te quedas ─. Flora apretaba las manos en puños tan fuerte que no se dio cuenta que se estaba encajando las uñas. ─ Señorita Flora, nosotras la cubrimos, vaya ahora ─ Jessica le susurra aprovechando el descuido de Sofía. ─ No puedo dejarlas aquí ─ Estaremos bien ─ ¿Segura? ─ Vaya, si su majestad está en peligro, es mejor que limpien el camino de regreso, que esperar a que vengan por nosotras ─ Entonces esperen, no se muevan, y ni siquiera piensen en luchar con esas cosas, ¿De acuerdo? ─. Las tres chicas asienten al mismo tiempo. Aprovechando el se
Ocultos detrás de unas cuantas cajas, Renata, José, Rosa y Youlin observaban como Melisandre se hacía cargo de aquel guardia que parecía estar bajo un influjo de algún hechizo de control, sus pasos se volvieron monótonos, arrastrando su andar, la Eterna lo deja inconsciente con el solo roce de sus dedos en la mejilla. ─ ¿Qué me perdí? ─. La pregunta los hizo sobresaltar de una manera casi sobrehumana del susto. ─ ¡Darién! ─. Reprende Renata con un suave golpe en el hombro y dientes apretados, mientras que era merecedor de insultos a gran escala por parte de José, Rosa y Youlin. Con mucho cuidado, subieron la pesada carga en el avión, por suerte aguantaría el peso de aquella cosa enorme de piedra negra, todos abordaron, Darién se mantuvo atento, los pasos de los guardias se comenzaron a sentir en la distancia acercándose en tropel. ─ Mierda ─. Mira al suelo y el guardia inconsciente tenía unos manos libres, debió poner en alerta a los otros guardias al no recibir respuesta al