─ Estamos en el siglo… ─ la anciana ladea la cabeza. ─ ¿Qué son los siglos? No me contestes, acércate Darién, déjame ver ─ Darién sopesa la petición de la anciana por un par de segundos hasta que accedió, la anciana extiende sus huesudas manos y las coloca en las sienes de Darién, provocando un jadeo repentino y un leve respingo dejando sus ojos blanquecinos, todos se tensan, las imágenes y recuerdos en la mente de Darién viajaban hasta la anciana a una velocidad vertiginosa, acelerándose cada vez más y más, Darién comenzaba a estremecerse y a sudar, apretando los dientes emite un gruñido. La anciana lo libera un par de latidos después, dejando a Darién dar unos traspiés algo aturdido ─ Creíste que podías mostrarme ciertos recuerdos… hm, pobre niño insensato ─ Darién no podía articular palabra alguna, solo jadear y sudar. ─ ¿Quién es usted?, ¿Qué le ha hecho? ─ protesta Renata balanceándose sobre sus pies con las manos hechas puños, preparada para correr si hacía falta, la ancian
─ ¿Cómo lo descubriste? ─. Pregunta Rosa sin despegar la mirada asombrada de aquel sarcófago. ─ No estaba segura, pero medité sobre el enigma y… lo vi ─ ¿Qué viste? ─. Pregunta Renata. ─ Cómo te dije, no estaba segura, escuchen: la estrella de acuario es donde mora el rey Ganímedes: era la constelación marcada en la puerta y hace referencia de este lugar. Que desde su trono protege la última tumba Eterna: es el rey que está allí sentado y que por cierto si no se han dado cuenta está mirando hacia arriba. No a su izquierda, no a su derecha: si prestamos atención no la íbamos a poder ver por ningún lado ya que estaba oculta para nuestros ojos, menos para ese rey que está allí, ¿no? Sino en el centro de su ojo para no perderla de vista: ese medallón es el ojo que mostraría lo que tanto estábamos buscando ─ Muy inteligente, niña, me impresionas ─. Opina la anciana. Una vez que Youlin da su explicación, orgullosa de su proeza, Rosa y Renata asienten en comprensión, José por más que vis
En el aeropuerto principal de España, Flora se encontraba con sus chicas y Sofía, recibiendo a los primeros refugiados listos para ser escoltados con un pequeño grupo de soldados asignados por Darlen hasta la mansión, estratégicamente se colocaron otros grupos asignados en otros aeropuertos para cumplir tales tareas con gente de confianza para dirigirlas, Flora esperaba atenta en la entrada del aeropuerto mientras que Sofía daba las bienvenidas y asignaba a los soldados para escoltar a los recién llegados a un salón a parte en espera para ser abordados en varios camiones militares. Una vez que los camiones estuvieron llenos, iniciaron la marcha de regreso. Sofía y Flora se quedaron en el aeropuerto en espera de más camiones para abordarlos con soldados, cercando el área para evitar gente sospechosa y mantener a los refugiados seguros, con el cielo encapotado ocultando las estrellas y la luna, con el rocío de la llovizna cayendo sobre los justos y no tan justos, la movilización e
Las noticias de una nube negra acercándose en las inmediaciones de la mansión llegaron a los oídos de Lenaya, Darlen y Caroline, se enfilan a la carrera junto a Lenaya hasta los amplios portones, Caroline y Darlen le indican que debía quedarse detrás de ellas, cosa que sabían perfectamente que Lenaya no haría, una neblina espesa y gris golpeaba sutilmente una pared invisible, detrás de aquella densa neblina una figura de una persona se hace presente, esa persona parecía estar desnuda, de hecho lo estaba, solo que su cuerpo yacía cubierto de cientos de ojos y una sola boca, pedía a la niña Adara a cambio de perdonar sus vidas, el demonio se presenta como Attor y se asombra al ver a Lenaya, pero sus planes no estaban dirigidos a ella, sino a la niña, para ella le tenían algo peor, por supuesto, Lenaya se niega en entregarla, Darlen manda a llamar a sus hombres y que den inicio a la retirada a los refugios. El demonio, con su voz seca y de miles de voces se ríe por lo bajo de los in
En el aeropuerto de España, le llegan informes a Sofía de los ataques a la mansión. ─ ¡Nuevas órdenes!, ¡todos quedan confinados en el aeropuerto!, ¡de los refugiados nadie sale! ─ Creo que debería irme a la mansión, señorita Sofía ─ No, te necesito aquí ─ (dientes apretados) Su majestad está en peligro ─ ¡Ella tiene a Darlen y a Caroline y un gran número de soldados!, tú te quedas ─ ¡Son un gran número de bendecidos y demonios! ─ He dicho que te quedas ─. Flora apretaba las manos en puños tan fuerte que no se dio cuenta que se estaba encajando las uñas. ─ Señorita Flora, nosotras la cubrimos, vaya ahora ─ Jessica le susurra aprovechando el descuido de Sofía. ─ No puedo dejarlas aquí ─ Estaremos bien ─ ¿Segura? ─ Vaya, si su majestad está en peligro, es mejor que limpien el camino de regreso, que esperar a que vengan por nosotras ─ Entonces esperen, no se muevan, y ni siquiera piensen en luchar con esas cosas, ¿De acuerdo? ─. Las tres chicas asienten al mismo tiempo. Aprovechando el se
Ocultos detrás de unas cuantas cajas, Renata, José, Rosa y Youlin observaban como Melisandre se hacía cargo de aquel guardia que parecía estar bajo un influjo de algún hechizo de control, sus pasos se volvieron monótonos, arrastrando su andar, la Eterna lo deja inconsciente con el solo roce de sus dedos en la mejilla. ─ ¿Qué me perdí? ─. La pregunta los hizo sobresaltar de una manera casi sobrehumana del susto. ─ ¡Darién! ─. Reprende Renata con un suave golpe en el hombro y dientes apretados, mientras que era merecedor de insultos a gran escala por parte de José, Rosa y Youlin. Con mucho cuidado, subieron la pesada carga en el avión, por suerte aguantaría el peso de aquella cosa enorme de piedra negra, todos abordaron, Darién se mantuvo atento, los pasos de los guardias se comenzaron a sentir en la distancia acercándose en tropel. ─ Mierda ─. Mira al suelo y el guardia inconsciente tenía unos manos libres, debió poner en alerta a los otros guardias al no recibir respuesta al
Una lucha sin cuartel ya se libraba en la mansión Dietrich & Gilbert, soldados prácticamente caían como moscas, la lucha entre Mónica y Lenaya parecía eterna, sin fin, por más que Lenaya intentó escurrirse para ayudar a su gente, Mónica siempre se interponía en su camino, en cambio Darlen, como uno de los Nefilim más fuerte de la mansión, mantuvo a raya a los demonios y bendecidos de los refugiados, y con la ayuda de Caroline y los soldados, estos se adentraban en túneles subterráneos para escapar y ponerse a salvo, Lenaya no quería usar todo su poder, ella sabía los riesgos que esto implicaría, sin embargo, recibiendo presión por parte de Mónica, no le estaba dejando mucho a elegir, si por lo menos Darién hubiera llegado a tiempo con su cuerpo las cosas serían diferentes, y sin tener forma de obtener información al respecto de cómo iban las cosas con él y sus amigos. Ambas se detienen mirándose a la cara, rodeando la una a la otra, sopesando sus próximos movimientos con esp
Una voz se oyó en la mente de Lenaya. ─ ¡Todo el mundo al suelo! ─. La voz le resultaba familiar, ¿Dónde la había escuchado?, la advertencia se volvió a sentir con más fuerza, cuando mira hacia arriba, estrechando la mirada hacia el cielo nocturno, un enorme avión de carga descendía, y de él una gran ráfaga de metralla pesada salió de sus lados, el otro avión remató con otra pasada. Desde las alturas, los que manejaron las armas se mantuvieron en constante comunicación con los de tierra, marcaron sus objetivos y la moral de los de tierra se alzó a lo más alto al ver a los enemigos caer a su alrededor, solo se ocuparían de los demonios y ángeles. Lluvia de munición pesada volvió a caer desde arriba, los cuerpos de los bendecidos y aberraciones se convirtieron en masa sanguinolenta en la tierra, Lenaya da un gran grito de victoria alzando su espada Morrel, extiende su mano y su daga Colmillo volvió aparecer en su mano, volvió alzar su espada y gritó con más ahínco su grito de guerr