Darién corta el beso con suma delicadeza, contempla con sonrisa tierna lo aturdida que estaba Renata por el beso. ─ Será nuestro secreto ─ le susurra rozando sus labios con los de ella sintiendo su aliento, Renata asiente en un ligero gemido, su cabeza giraba como un torbellino, al igual que dentro de su cuerpo bullía mil sensaciones inexplicables. ─ Deberías descansar, mañana será otro día ─ No me quiero ir ─ Habla con tu hermana ─ Hablo con ella por la mañana ─ las respuestas de Renata eran casi suspiros. ─ No, ve ahora, ella te necesita, te extraña ─ Ven conmigo ─ No estás pensando con claridad ─ (suspiro) No ─ Yo te llevo ─ Darién se levanta ofreciéndole su mano caballerosamente, aun prendida en los ojos de Darién, Renata acepta, caminaron de regreso tomados de la mano en silencio hasta la carpa donde yacía Rosa descansando, de pronto Darién se detiene unos segundos afinando sus oídos. ─ ¿Qué es ese ronroneo?, ¿Quién o que hace ese ruido? ─ Renata pasa un mechón de cabello de
A la mañana siguiente, desde muy temprano ya estaban en la búsqueda de la tumba, se dividieron en dos grupos de tres, el primer grupo era conformado por Youlin, Sebas y Renata, y el segundo por Darién Rosa y José, durante horas de quejas no pudieron dar con nada, solo una turba de arena metiéndose por los oídos y ropa; y Rosa acosando con preguntas a Darién del porqué Renata cargaba su abrigo o que cosas hablaron o pasó anoche, desde luego solo recibía evasivas por parte de Darién, evasivas a su manera. Caminaron horas, encontrando ruinas sin nada que ofrecer, caminos y murallas derruidas, les hacía casi imposible creer, sobre todo para Youlin, que una civilización como Troya haya caído de una manera tan horrible, y si lo que dijo Darién era verdad, las cosas eran más graves de lo que decían los libros, y si la historia de Troya era una tapadera, ¿Qué otras cosas han cambiado en los libros para su conveniencia?, ¿Quién o quiénes son los responsables de ocultar tal informaci
Darién baja los escalones a grandes y precisos saltos llegando rápidamente a la base. Con la mirada fija en Sebas como una presa, calcula, considerando si matarlo o llevar su cabeza de regalo a su presuntuosa reina, quizás llevar su cabeza sería suficiente, Sebas se topa con una gran puerta de piedra, por más que trató de empujarla ésta no cedió en lo más mínimo, usando a Renata como escudo… ─ ¡No te acerques o le corto el cuello! ─ Hazlo, es humana ─. Renata no podía creer lo que escuchaba, Darién ofreciendo su cabeza y con sonrisa demencial en labios. ─ Dame el placer de tener un motivo más para llevar tu cabeza de trofeo ─ Tira tus armas ─ ¿Cuáles? ─ Darién muestra sus manos aparentando estar desarmado. ─ Sé que estás armado, llevas dos pistolas detrás ─ señala Sebas con la barbilla, Darién sonríe a cambio, Sebas estaba nervioso. ─ Hueles diferente, hueles a miedo, bendecido ─ ¿bendecido?, ¿Qué querría decir Darién con bendecido?, se pregunta Renata entre su pánico. ─ Yo no temo, Di
Con la respiración más estable al igual que su equilibrio, Youlin lo fulmina con la mirada, Darién le corresponde al sentimiento por la vomitada sobre su bota. ─ No. Al parecer estamos en el lugar correcto ─ con curioso interés, Youlin repara en el medallón de Renata. ─ ¿Qué es eso? ─ ¿Esto?, un medallón que me dio Caroline, es lindo, parece un ojo ─ ¿Un ojo?, ¿Puedo verlo? ─ Claro ─ Renata le hizo entrega del medallón, en efecto, era como un ojo. ─ Oigan, todos ─ llama José, todos le prestan atención acercándose a la gran puerta de piedra, unas marcas parecían estar talladas en ella. Youlin, con mucho cuidado limpia la superficie con sus dedos, todas parecían provenir de un solo punto, un patrón. ─ La estrella de acuario ─. En la puerta, se hallaban grabados unos puntos, una serie de estrellas formando constelaciones y unas en particular formaban ranuras, pero eran demasiado pequeñas para el medallón, todos quedan fascinados. La estrella de acuario ─ Permíteme ─ solicita Da
─ Estamos en el siglo… ─ la anciana ladea la cabeza. ─ ¿Qué son los siglos? No me contestes, acércate Darién, déjame ver ─ Darién sopesa la petición de la anciana por un par de segundos hasta que accedió, la anciana extiende sus huesudas manos y las coloca en las sienes de Darién, provocando un jadeo repentino y un leve respingo dejando sus ojos blanquecinos, todos se tensan, las imágenes y recuerdos en la mente de Darién viajaban hasta la anciana a una velocidad vertiginosa, acelerándose cada vez más y más, Darién comenzaba a estremecerse y a sudar, apretando los dientes emite un gruñido. La anciana lo libera un par de latidos después, dejando a Darién dar unos traspiés algo aturdido ─ Creíste que podías mostrarme ciertos recuerdos… hm, pobre niño insensato ─ Darién no podía articular palabra alguna, solo jadear y sudar. ─ ¿Quién es usted?, ¿Qué le ha hecho? ─ protesta Renata balanceándose sobre sus pies con las manos hechas puños, preparada para correr si hacía falta, la ancian
─ ¿Cómo lo descubriste? ─. Pregunta Rosa sin despegar la mirada asombrada de aquel sarcófago. ─ No estaba segura, pero medité sobre el enigma y… lo vi ─ ¿Qué viste? ─. Pregunta Renata. ─ Cómo te dije, no estaba segura, escuchen: la estrella de acuario es donde mora el rey Ganímedes: era la constelación marcada en la puerta y hace referencia de este lugar. Que desde su trono protege la última tumba Eterna: es el rey que está allí sentado y que por cierto si no se han dado cuenta está mirando hacia arriba. No a su izquierda, no a su derecha: si prestamos atención no la íbamos a poder ver por ningún lado ya que estaba oculta para nuestros ojos, menos para ese rey que está allí, ¿no? Sino en el centro de su ojo para no perderla de vista: ese medallón es el ojo que mostraría lo que tanto estábamos buscando ─ Muy inteligente, niña, me impresionas ─. Opina la anciana. Una vez que Youlin da su explicación, orgullosa de su proeza, Rosa y Renata asienten en comprensión, José por más que vis
En el aeropuerto principal de España, Flora se encontraba con sus chicas y Sofía, recibiendo a los primeros refugiados listos para ser escoltados con un pequeño grupo de soldados asignados por Darlen hasta la mansión, estratégicamente se colocaron otros grupos asignados en otros aeropuertos para cumplir tales tareas con gente de confianza para dirigirlas, Flora esperaba atenta en la entrada del aeropuerto mientras que Sofía daba las bienvenidas y asignaba a los soldados para escoltar a los recién llegados a un salón a parte en espera para ser abordados en varios camiones militares. Una vez que los camiones estuvieron llenos, iniciaron la marcha de regreso. Sofía y Flora se quedaron en el aeropuerto en espera de más camiones para abordarlos con soldados, cercando el área para evitar gente sospechosa y mantener a los refugiados seguros, con el cielo encapotado ocultando las estrellas y la luna, con el rocío de la llovizna cayendo sobre los justos y no tan justos, la movilización e
Las noticias de una nube negra acercándose en las inmediaciones de la mansión llegaron a los oídos de Lenaya, Darlen y Caroline, se enfilan a la carrera junto a Lenaya hasta los amplios portones, Caroline y Darlen le indican que debía quedarse detrás de ellas, cosa que sabían perfectamente que Lenaya no haría, una neblina espesa y gris golpeaba sutilmente una pared invisible, detrás de aquella densa neblina una figura de una persona se hace presente, esa persona parecía estar desnuda, de hecho lo estaba, solo que su cuerpo yacía cubierto de cientos de ojos y una sola boca, pedía a la niña Adara a cambio de perdonar sus vidas, el demonio se presenta como Attor y se asombra al ver a Lenaya, pero sus planes no estaban dirigidos a ella, sino a la niña, para ella le tenían algo peor, por supuesto, Lenaya se niega en entregarla, Darlen manda a llamar a sus hombres y que den inicio a la retirada a los refugios. El demonio, con su voz seca y de miles de voces se ríe por lo bajo de los in