A la mañana siguiente, después de horas en el baño, meditando sobre tomar la gran decisión, Harley se arma de valor para ir a la entrevista con Caroline al hotel, desde luego sus amigos estuvieron en desacuerdo mirándola como si fuera una desquiciada. ─ Pero no estuvieron en desacuerdo en abordar un Mustang con ella manejando, y tú, Sebas, es el que tiene menos que decir, porque fuiste el primero en abordar ─ espeta Harley con el ceño fruncido, cruzándose de brazos y apoyando su peso en una pierna. ─ Era diferente, había mucha gente, y no creo que ella se atreviera hacer algo ─ ¡Por favor, Sebas!, ¿Te estás oyendo?, te pasas we, ¿Una mujer que desaparece así no más y que no aparece en cámaras?, ella pudo salirse con la suya esa noche ─ Pero nada pasó, todo salió bien y nos divertimos ─ Harley levanta las manos en gesto de rendición. ─ ¿Saben qué?, no puedo con tanta idiotez, además no iré ─ ¿Estás segura? ─ pregunta Rosa con asombro. ─ Si, ya que no confío en ella y no creo que s
En casa, muy de madrugada, Harley en su cama, no dejaba de darle vueltas en sus manos la entrada, era dorada con letras plateadas que tenían su nombre, por cada giro entre sus dedos, la poca luz que entraba por la ventana hacía lanzar destellos dorados a su cara hundiéndola más en su meditar, ¿Por qué no le dijo nada sobre la entrada a sus amigos?, ¿Por qué quería hablar ésta mujer con ella?, ¿Por qué tanto interés?, sin embargo algo muy en el fondo, a pesar de que le inquietaba y le causaba miedo, ella quería saber, quería hablar con ella, muy dentro de ella una voz le decía que era lo correcto. La fecha para el concierto estaba programada para el fin de semana, por lo tanto, la semana no tendrían más que hacer que seguir con sus rutinas, Caroline no mostró más señales de molestarla, algo que le pareció muy extraño a Harley, sin embargo, le restó importancia, Caroline era una mujer de negocios y posiblemente poseía más de una empresa que dirigir. El viernes por la tarde Har
Allí, sentadas ambas mujeres, Caroline contemplando en silencio, esperando que Harley le prestara por fin atención, en cambio Harley solo tamborileaba el piso con el pie con los nervios de punta y el corazón martilleando como un colibrí, comiéndose las uñas, tratando de asimilar que iba a entablar conversación con un cadáver, ¡un cadáver!, ¿en qué mundo cabe esto?, solo en el de Harley. ─ Esto no me debe estar pasando… claro, si, es lo más lógico, debe ser por eso, no tiene otra explicación ─ ¿De qué coño estás hablando? ─ ¡Mierda!, que tu no existes, que solo te veo en mi mente ─ Harley cerró los ojos y se puso en posición de loto como si estuviese meditando. ─ Si fuera una alucinación, ¿Hiciera esto? ─ Caroline le pellizca el brazo, ésta protesta con el ceño fruncido sobándose. ─ ¡¿Qué te pasa?!, eso dolió ─ No. Eso lo demuestra, no soy una alucinación ─ Ya lo noté… ¡pero de todas maneras tu deberías estar muerta!, o sino bien arrugadita como una pasa ─ Dale gracias a la cienci
Harley vuelve a llamar a sus amigas con la excusa de encontrarse con una clienta recomendada por Caroline, a decir verdad, no era mentira, sin embargo, las muchachas le reprenden por ir sola, Harley trata de calmarlas, pero el resultado fue todo lo contrario, acto seguido, Caroline toma la llamada. ─ Pueden estar tranquilas, solo será una reunión de negocios, y con referente al contrato, para la próxima semana les llegarán unas copias, léanlas con mucho cuidado y después me dan sus respuestas ─ Caroline cuelga la llamada haciendo entrega del teléfono. ─ Si ésta tecnología hubiera existido en mi época, nos hubieran ahorrado tantos problemas, (suspiro), la tecnología, que maravillosa se ha vuelto ─ Harley la observa como si fuera un bicho raro. Ambas llegan a un estudio de grabación. ─ ¿Qué hacemos aquí? ─ Nada en especial ─ No me digas que el estudio es tuyo ─ No ─ Mm ─ Es de mi amiga ─ ¡¿Ah?! ─ Harley se queda como tonta, plantada frente al edificio, asombrada, Caroline chas
Ambas mujeres quedan en silencio al notar que Harley se encuentra sumida en su ensimismamiento, Caroline chasquea los dedos. ─ No me digas… te volviste a ir de éste planeta ─ Darlen llama a Harley, ¿Alguien anda por allí? ─ dijo Darlen con voz cantarina. ─ Perdón es que todo es tan… confuso, tengo en mi cabeza una bola de preguntas y no sé cuál decir primero ─ Empieza por la primera que se te ocurra ─ propone Darlen. ─ ¿Eres un vampiro? ─ (risas) No ─ ¿Qué eres? ─ Un Nefilim ─ ¡¿Un qué?! ─ Un Nefilim ─ ¿Y qué carajo se supone que es un Nefilim ─ Darlen abre la boca al igual que los ojos en sorpresa, emite un jadeo aun asimilando la pregunta de Harley sin saber si sentirse indignada o sorprendida, Caroline intercede en su defensa. ─ Darlen, ten algo de paciencia, ten presente que aún no recuerda nada ─ ¿Qué tengo que recordar? ─ Harley sorprendida, recorre la vista entre ambas mujeres, intrigada, Darlen parpadea para aclarar su mente. ─ Por ahora digamos que no estás preparada ─ ¡¿C
Sentándose en el borde de la bañera, trata de tocar a Harley, pero ésta se estremece ante el toque. ─ Calma, soy yo, soy Caroline, me llamaste, ¿Recuerdas? ─ bastó un poco de largos segundos para que Harley apenas reaccionara. ─ ¿Caroline? ─ Si, estoy aquí, ¿Qué te pasó? ─ No lo sé, yo… me dolía la cabeza y… (sorbe por la nariz), luego vine y… ¿Qué me pasa?, (sollozos) ─ Hey, hey… todo está bien, solo escucha, ¿Recuerdas que te dije que eres más fuerte de lo que crees? ─ Harley posa los ojos sobre Caroline aun temblando. ─ Esto es parte de tu fuerza, no le temas, es parte de ti, acéptalo ─ ¿Cómo? ─ Dame tu mano… Harley dame tu mano ─ Harley le tiende una mano temblorosa, ésta la sujeta con firmeza ayudándole a levantarse. ─ Antes que todo, debes descansar ─ ¿Por qué?... no quiero ─ Harley se suelta de Caroline. ─ Es necesario que descanses, Harley, por ahora; mañana te aclararemos más de tus dudas, por ahora no debes forzar tu mente ─ ¿Por qué? ─ No es sano, no para ti en tu esta
Llegando al teatro, es recibida por varios del equipo técnico y ayudantes de maquillaje, preguntando por su asesoría y trabajo a realizar, la habían reconocido inmediatamente por su gafete y el carnet, ¿desde cuándo ella se volvió jefa de tanta gente?, miró su carnet y se dio cuenta el cargo que ejercía, ella dirigía todo el cast de peluquería, maquillaje y vestuario. Sin saber que hacer, se detiene en mitad del pasillo. ─ ¡Ya va!, uno a la vez ─ Harley empezó a señalar a cada uno de ellos para saber las inquietudes, desde luego ella pudo manejar la situación, a cada uno le asignó tareas, no solo de vestimenta, sino de maquillaje. Un hombre con manos libre y una carpeta en manos, llega hasta donde Harley. ─ ¡Ay!, sería justicia, hasta que por fin llegas, mujer, la señorita Darlen está ensayando en este momento y me pidió que apenas te viera te dijera que la esperes en su camerino ─ mierda no había empezado a trabajar y ya ese mensaje sonaba a despido. Aclarándose la garganta, Har
Por otra parte, tal cual como se le indicó, Harley se puso manos a la obra con los de vestuario, por alguna razón, los nombres de las canciones le eran familiares o por lo menos algo significaban para ella, “Permanecer en pie”, “Nunca moriré”, “He entregado mi corazón”, “Acuario”, “La última guerra”, “Cuarto reino”, entre otras. Las palabras usadas le transmitían una sensación de familiaridad que no pudo comprender, sobre todo con las especificaciones dadas por los de vestuario y escenografía. En el escenario, Darlen finiquitaba con los músicos los detalles del desarrollo del concierto, estos asentían y daban sus opiniones, compartiendo en sintonía las ideas con Darlen. El día fue corriendo como la seda, todos concentrados en sus tareas, Harley se las arregló para que todos trabajaran a su ritmo y a sus ideas, la cual, fueron innovadores y no opacaban la esencia de las pautas y el performance de la presentación del concierto, eso le hizo sentir orgullosa hasta el punto de verse superan