Llegando a la habitación, Katherine se sienta al lado de Ivana para atender la herida mientras Kiev empaca lo necesario. ─ ¿Y cómo coño me sacarás de aquí? ─ pregunta Ivana más como un gruñido que otra cosa con los dientes apretados. ─ Por eso no te preocupes, tengo tus papeles listos, solo es abordar y ya ─ Suena fácil, ¿Cómo lo hiciste?, ¿Con magia? ─ No… le pagué a alguien para que los tramitara sin preguntar ─ Debes limpiarte el culo con billetes de otro país ─ Ivana… ─ No enderezaré mi forma de hablar porque tu quieras, ¿De acuerdo?, solo sácame de ésta maldita pocilga de una puta vez ─ Katherine ahoga una risa, Ivana gruñe otro montón de improperios, ésta vez en contra de Katherine que limpiaba la herida, ésta solo se disculpa con sonrisa traviesa y mitad apenada. ─ Para ser Paola te quejas demasiado ─ comenta Katherine sin dejar de atender la herida. ─ Ya te lo he dicho, no soy ninguna Paola ─ Eso lo veremos ─ refuta Kiev mirando por la ventana levantando levemente la cort
Ivana también asiente en confirmación prosiguiendo al abordaje del barco, habían dos hombres, uno recibiendo los boletos, otro haciendo las inspecciones pertinentes de equipaje y pasajeros, el viaje sería primera clase, uno de los hombres queda confuso al ver la apariencia y las fachas de Ivana al mostrar un pasaje de primera clase junto con sus papeles. ─ ¿Qué?, ¿No puedo darme el lujo? ─ Está bien, es una tía lejana, se crio en las granjas ─ se excusó Kiev, el hombre enarca una cesa dubitativamente aceptando el boleto, lo marca y se los devuelve dándole acceso al abordaje, Ivana le ofrece una sonrisa desdeñosa. Llegan al camerino, Kiev deja la maleta al lado de una de las camas, Ivana se tira sobre otra, disfrutando lo cómoda, lo acolchada y lo suave de sus sábanas, gimiendo de gusto, Kiev escribe unos símbolos extraños en la entrada, Ivana con mirada curiosa se acerca y frunce el ceño ante curiosas marcas, solo que… ─ No, no, no, lo estás haciendo mal ─ Kiev queda atónito
Ivana recorre los pasillos e instalaciones públicas del barco para calmarse, no sabía a ciencia cierta si su molestia era debido en no aceptar ser las teorías de Kiev o tener la vaga idea de saber que tenía razón, porque… ¿Cómo se explicaba tener semejantes habilidades y sin tener idea de cómo hacerlas? Girando hacia la izquierda, se consigue una puerta que llevaba hacia las afueras, hacia la cubierta, los marineros y trabajadores aun proseguían los preparativos del barco y su salida, la brisa y el canto de las gaviotas, el olor del mar y su sonido le tranquilizaron un poco, colocando las manos sobre la barandilla, respira profundamente el delicioso aroma del mar, la mente de Ivana se le queda en blanco, no quería pensar, solo huir, tantas cosas vividas en tan poco tiempo y todas ellas mayormente desagradables, su mejor amigo un asesino, tres de ellos asesinados, sobre lo que pasó en la calle, tampoco quería pensar en ello, solo huir y no pensar; el legado de Mónica, ¿Quién
Los días fueron pasando tranquilamente, nada fuera del otro mundo, al llegar a puerto, la tensión creció entre ellos, con el temor de toparse con algún demonio o poseído, sin embargo nada, no hubo inconvenientes, ni tampoco alguien que los recibiera, rápidamente al ver que todo era seguro, buscaron un cochero con urgencia, lo abordaron, Kiev le dio las indicaciones, no obsante, Katherine sabía de antemano que una vez llegado a su destino, tendría que hacer olvidar al cochero, el día se mostraba encapotado, solo cayendo una suave llovizna y la neblina abrigándolos. Al llegar a los pies de una alta colina, el camino sinuoso mostrado después de una gran reja y unos muros altos de piedra, árboles secos mostrando sus ramas como garras amenazadoras, se encontraban dispersos por todo el terreno, Katherine hizo su trabajo al despedir al cochero, Kiev suspira de alivio y Katherine saca una sombrilla para cubrirse de la llovizna, en cambio Ivana contempla todo el basto lugar con asombro y
La comida por fin fue servida e Ivana no comió, devoró la comida con avidez, no tuvo reparo, ni le importó que la estuviesen mirando, trató de disimular un eructo limpiándose la boca con el dorso de la manga de su suéter, luego cuadrando sus hombros le mostró una sonrisa solemne a todos los presentes, Kiev trata de desviar la atención nuevamente de los invitados de Ivana, que no la dejaban de mirar con asombro, para Ivana fue el momento de su vida, ver la cara de idiotas con la boca abierta de todos no tenía precio, Kiev les explica hablando en portugués acerca del cómo fue el hallazgo de Ivana, otros preguntan también en el mismo idioma acerca de cómo se le ocurrió en buscar entre los callejones de Rusia, otras preguntas más sobre Ivana se hicieron, desde luego Ivana sabía que hablaban de ella ya que lo único que podía entender era su nombre, toma un sorbo de vino recorriendo con la mirada a todos los presentes, se limpia con su servilleta y lo tira en la mesa logrando captar t
Todos levantan sus copas haciendo una reverencia a Ivana, ésta se levanta trastabillando, horrorizada, tapándose la boca con las manos para evitar gritar, jadeando y repitiendo una y otra vez, “no puede ser”, una mano sujeta la suya delicadamente, guiándola hasta la silla principal, sin embargo, Ivana aparta la mano de la joven que la guiaba como si ésta le quemara, Katherine se acerca a su lado con una sonrisa llena de admiración y calma. ─ Todo está bien, Ivana ─ No… nada está bien… ¡nada está bien! ─ Ivana sale corriendo del comedor, todos se miran atónitos por la reacción de Ivana. ─ Yo hablaré con ella ─ se ofrece Katherine. ─ Aun falta abrir la cripta de Mónica y solo ella puede abrirla ─ afirma Kiev. ─ Pero no podemos hasta que todos los principales miembros de la familia, incluyendo a los Lidell de Gran Bretaña, estén presentes, no sabíamos a ciencia cierta que algo tan obvio fuera así para saber que es ella ─ Aun no lo sabemos, Christina ─ refuta Kiev. ─ La mayor prueba
Ivana entra a la cripta dubitativamente, apartando unas telarañas y ramitas secas, un escalofrío le recorrió por la espina dorsal, apartó más telarañas, y adaptando la visión a la penumbra, se topa con dos urnas hechas de mármol pulido, una con el nombre de Paola y el otro con Mónica, cada uno con sus respectivas fechas de nacimiento, pero no de fallecimientos, sin epitafios, ni palabras celebres, Ivana busca por todos lados la presencia de Katherine, ¿Dónde se ha metido?, Ivana llama a lo jovencita resonando su voz con el eco en el inquietante silencio de la cripta, de pronto una voz en la lejanía corresponde al llamado, Ivana vuelve a buscar y se percata que detrás del sarcófago de Mónica, en el suelo, se hallaba una escalera de caracol conduciendo a una planta subterránea, Ivana baja con cuidado. Llegando abajo, Katherine esperaba de pie con las manos entrelazadas en su espalda con una sonrisa juguetona e inocente, lo cual fue algo inquietante para Ivana verle con esa expresió
Ivana se retira nuevamente hasta estar frente a la cama de Mónica, le contempla y comienza a recordar por todo lo que habían pasado juntas, con su dedo acaricia su reseco cabello, contemplando lo que quedaba de la que una vez fue de ella, de su amiga, su hermana, las palabras absorbidas del diario de Mónica le hicieron revivir lo que ella había pasado instantes antes de su muerte, el como ella hubo cargado su cuerpo hasta la barcaza, zarpando en mitad del alba solo con el cantar de algunas aves de la mañana, ni un alma paseando por los muelles de Venecia. Una vez en mar abierto, Mónica le había despojado de sus brazales, la daga y su espada, abrazó el cuerpo inerte de Paola, le dio un beso en la frente con sus ojos hinchados de tanto llorar, le aparta un mechón de cabello, para luego tirar el cuerpo de Paola al agua, Mónica observa como el cuerpo de su amiga desaparece en las profundidades del mar; el pecho de Ivana se siente cada vez más pesado, una presión cortándole la respira