Nate
Seguí buscando entre los documentos y encontré varias fotografías, algunas de Kai siendo tan solo un bebé, otras vestida de un pequeño dragoncito para Halloween, Kai con unos dos o tres años, con un pequeño traje de baño azul con lunares amarillos y un gorro de playa rosa, sentada en la orilla de la playa mirando hacia el mar. Mi hija en diferentes etapas de su vida, sollocé con cada recuerdo que nunca tendría, una sensación de asfixia me invadió y no tenía nada qué ver con el hecho que estaba encerrado con la mujer que había amado tanto tiempo, la mujer que me hacía sentir como un chico a los 16 años, una a la que debería estar odiando pero que algo en mi interior me lo impedía. Charlie había intentado romper todos los lazos que nos unían sin embargo había uno que nos mantendría
Nate.Me paralicé completamente, no podía creer lo que estaba viendo, parpadeé un par de veces pensando que quizá estaba dormido. Sí, eso era una pesadilla, al abrir los ojos estaría en Nueva York con Jess.Sin embargo, cuando Charlie tomó mi mano y la apretó con temor, supe que era real, un maldito tsunami se acercaba. Las alarmas se dispararon como diciendo “Si aún estás por aquí protégete, sube lo más alto que puedas, deja de tomar malditos videos para luego ser popular en redes. ¡Salva tu vida!”No dije nada por unos segundos mientras observaba la ola avanzar hacia la línea de la playa, un pequeño barco fue devorado por completo, estaba perplejo. Anonadado ante la belleza y el terror de lo que se avecinaba. Tragué saliva, obligándome a reaccionar, ten&ia
NateCharlie.Me quedé en silencio terminando de desinfectar, toda su mano empezaba a inflamarse, Nate no dijo nada, lo sentí sonreír cuando le dije que Kai era su versión en femenino, ella era su recuerdo constante no solo físicamente si no también emocional.—Cuéntame más—su voz salió distorsionada y aunque quise mirarlo y perderme en sus ojos una vez más no lo hice, en vez de ello busqué una venda para su mano.—Cuando tenía dos años abrió la puerta del departamento en el que vivíamos, pensé que estaba con Melé que en ese tiempo vivía con nosotros—recordé que no le había dicho quién era Melé, —Melé ha sido su niñera. En fin, Melé pensó
Charlie—Pero te fuiste.—Tú no me buscaste—lo reté.Él negó —¿Para qué? Tú decidiste irte, decidiste que firmáramos el divorcio, sin explicaciones, sin darme la oportunidad de luchar por ti. Tomaste un puto avión el mismo día que firmaste los papeles cuando la tinta del bolígrafo aún estaba fresca. —respiró —No Charlie, no pensaba estar detrás de ti como un maldito bastado, mendigando un amor que no sabía si existía. Tú hiciste tu vida, yo hice la mía.—¿La amas? Tu prometida.—Me hace sentir bien, me cuida a su manera, está pendiente de mis cosas, se alegra con mis logros, los disfruta y celebra conmigo, está un poco loca con la boda pero ¿Qué mujer no se enloquece un poco con su boda?—Es
Nate—Te quiero Kai…Te quiero con la fuerza de mil volcanes en erupción. —murmuró Charlie al terminar la canción.—Te quiero mami con la fuerza de cien millones de volcanes en erupción —respondió mi niñita —Pero quiero que vengas pronto. Porfavorcito mami. Nate, ¿puedes dejar de trabajar y traer a mi mami? —Lo intentaré pequeña.—Gracias Nate, también te quiero con la fuerza de cien millones de volcanes en erupción. —mi pecho se contrajo ante la inocencia de sus palabras.—Yo también te quiero Kai, te quiero muchísimo. —La llamada se cortó de manera abrupta, Charlie intentó llamar una vez más pero la señal parecía haberse caído completamente, la vi moverse hacia el cristal buscando un
Charlie. Digité el código una vez más y luego tiré de la cerradura. Nada sucedió.—Nate, el sistema no me responde —llevé mis dedos al puente de la nariz, el agua me llegaba a media tibia, lo que solo significaba que el nivel estaba aumentando. —Pero te sacaré de ahí Nate, aunque sea lo último que haga te sacaré de ahí. Sé que no confías en mí, sé que te fallé.—Es mi turno de decir, no es momento Charlie.—Sí lo es. Lo es Nate. Aunque te parezca estúpido tenías razón y no me di cuenta hasta que me lo dijiste o quizá sí lo sabía, pero estaba actuando como una persona fría, te oculté lo de Kai por miedo, no miedo hacia ti, miedo a que me cegara ante ti, a que renunciara a todo por ti
Charlie.Me bajé de la silla y mi mano se trasladó de su mejilla a su pecho, palpando la dureza de sus pectorales. Entonces él se detuvo.—No… —Su respiración era tan errática como la mía —No, —Volvió a decirlo antes de levantarse y empezar a caminar hacia la salida del departamento.No dije nada, solo lo observé marcharse mientras trataba de eliminar el nudo en mi garganta y no llorar. Él se detuvo justo en el marco de la puerta, lo vi peinar su cabello con sus dedos antes de girarse.—¡A la mierda! — dijo en voz alta, luego corrió hacia mí, me besó directamente en los labios con fuerza, las lágrimas que había intentado retener rodaron por mis mejillas, y él las limpió con sus dedos, antes de poner sus manos a cada lado de mi c
Nate. Nuestras miradas se encontraron por unos segundos, pero ninguno de los dos dijo nada, sentía como si algo me estuviese apretando el cuello, negué con la cabeza y salí de ese departamento sintiéndome como un pedazo de mierda.Subí hasta la azotea sin siquiera detenerme un solo momento, me estaba ahogando, caminé de un lugar a otro mi cabeza iba a mil revoluciones por minuto, intentaba no recordar lo que había pasado segundos atrás pero aún podía sentir el roce de la piel de Charlie junto a la mía, lo bien que se había sentido conectar con ella de nuevo, lo mucho que había extrañado tenerla cerca cuando pensé que ya la había superado.Llevé ambas manos a mi cabeza revolviendo mi cabello mientras me dirigía hacia una de las esquinas del edificio, aún podía i
CharlieAbrí los ojos observando la claridad que entraba por los ventanales del departamento de los Warren. Nate no estaba por ningún lugar. Habíamos quedado en que haríamos turnos para vigilar y al parecer él había decido quedarse despierto toda la noche, agradecí el tiempo a solas y la distancia, pensé mucho y no podría decir con precisión a qué hora me dejé vencer por el sueño. O en qué momento mi vida dio un giro para el cual no estaba lista.Me senté en el sofá donde había pasado toda la noche, llevando mis manos a mis cabellos para peinarlos hacia atrás, aún no sabía a ciencia cierta qué hacer, mi vida entera había cambiado y una vez más Nate estaba en ella.No como en el pasado, pero estaba.Preparé café sin importarme estar roband