Nate
Mi celular empezó a sonar cuando salí del elevador, lo saqué del bolsillo viendo el nombre de Jess en la pantalla…rechacé la llamada como las últimas veces, pero ella intentó e intentó y volvió a hacerlo, preso de la rabia tomé el teléfono estrellándolo con la pared fuera del edificio, trozos del aparato volaron por todas partes, pero en este momento no importaba, nada me importaba. Fue Jordan quien se acercó a mí.
—Hey ¿Estás bien? —colocó su mano en mi hombro, alcé mi rostro observando al hombre que me había acompañado a cubrir la mayoría de las desgracias en los últimos años.
—¿Tienes hijos Jordan?
—Sí, un niño de ocho años… ¿Qué pasa, estás mareado? Se sintió fuer
Charlie—Charlie, hemos llegado —La voz de Will me sacó de mi estupor. Tommy había apagado el helicóptero y West se estaba quitando los protectores de oído. —¿Estás bien?—Lo estoy. —me quité los protectores y bajé del helicóptero, Connor nos esperaba en las escaleras del helipuerto, tenía un overol y una máscara de gas.La superficie debajo del helicóptero estaba cubierta por una gruesa capa de cenizas.—Connor.—Doctora Hunter. Will, qué hay West. —saludó entregándonos nuestras respectivas máscaras de gas —¿Tuvieron buen viaje?—Fue una verdadera… pero gracias a Dios tenemos un buen piloto— contestó Will —La neblina está densa.—Sí, el Aeropuerto Internacional de Kona canc
NateGrabamos el avance y luego ayudé a Jordan a editar la información en el hotel antes de ir a la clausura de la cumbre ambiental, entrevisté al secretario general de la ONU y grabamos un par de avances más. A la hora del noticiero del medio día en Nueva York transmitimos en vivo desde el centro de convenciones, tal como lo prometió el observatorio estuvo dando reportes cada hora, Michael estuvo ahí mientras Jordan y yo estábamos en la clausura de la cumbre, para mañana a esta hora quizás el volcán Kilauea habría hecho erupción, pero por la prisa con la que salieron los delegados y mandatarios imagino que muchos estaban haciendo lo posible para abandonar el archipiélago hoy mismo.Una vez terminamos la trasmisión fui con Jordan y Michael a comprar un nuevo celular. Había recuperado mi sim card luego que Jorda
—¿Pensaste que iba a traerla? —la confusión pasó por mi rostro—Nate, Charlie es mi amiga, mi mejor amiga, pero no puedo tomar decisiones por ella y menos sobre su hija sin consultarle.—También es mi hija. —reviré con dientes apretados, me sentía estafado, había estado esperando horas para ver a esa niñita pícara de ojitos azules como el mar. —Charlotte me quitó años en la vida de mi hija.—No fue así — tiró la colilla del cigarro y pisó la punta con el zapato —No la juzgues, no sabes lo que ha pasado, o lo que pasó en ese momento, además fuiste tú el que le dijo que no era más que un calentador de cama. —Contestó con molestia.—Nada justifica su engaño.—Ella lo intentó —bufé porque estuve ahí, en su oficina sentado fre
CharlieHabíamos hecho lo que estaba en nuestras manos, durante toda la noche y lo que llevaba de la mañana. No era mucho lo que pudiéramos hacer ahora, de hecho, cuando hablamos de volcanes no hay algo en específico por hacer, el volcán escupe magma, bolas de fuego, ceniza y gases tóxicos y el ser humano solo debe quedarse ahí y esperar, porque no es como si pudiéramos ir y poner un tapón en el cráter o desviar el curso del río de lava cuya temperatura oscila entre 850 °C y 1200 °C.—Deberían volver a Honolulu — Dijo Edward Jagger mientras revisaba el último informe del sismógrafo — La zona de rift[1] este del Kilauea, ha producido un mayor volumen de lava que las erupciones pasadas en el área, van a seguir abriéndose fisuras, va a seguir emergiendo lava de ellas, de la fisura 8 están e
Nate—¿Un tsunami? — pregunté desconcertado.—No tengo tiempo para explicarte, pero por el tono de voz de Charlie, por su desesperación en encontrarnos en el departamento, presiento que será muy fuerte. Es por eso que debemos irnos, Charlie ha estudiado estos desastres durante toda su vida, ella es la mejor opción en este momento…Por Dios, estoy perdiendo minutos aquí.—Déjame despedirme— musité casi sin voz. — Por favor, déjame darle un abrazo. —supliqué. — será rápido, lo juro —Ryan asintió y me acerqué de nuevo a Kai.—Ya te dejó de regañar mi tío Ry…—frunció la nariz —Él dice muchas palabrotas, pero mi cerdito está feliz, tiene mucho dinero —sonreí porque todo en ella me hac&ia
Charlie—¿Qué demo…? —pensé que se había ido con Kai a la sala.—Solo fue la impresión, te recuerdo que ya he visto todo lo que hay de ti.—¿Qué haces todavía aquí? —bufé y entré a mi clóset tomando una camisa y una chaqueta por si teníamos que pasar la noche en algún lugar. Miré por el cristal lateral del clóset, daba una vista hacia una zona de Waikiki, el mar seguía viéndose calmo y la calma me asustaba, necesitaba salir de aquí ya. Sentí la figura de Nate en el marco de la puerta, pero volví a fingir que no existía y empecé a buscar entre los cajones lo que necesitaba mantener conmigo, en el caso de que el agua entrara al edificio.—¿Qué haces tú aquí? — recriminó—T
Charlie—Ya, voy a sacarnos de aquí y ella estará bien. —intentó consolarme —Tiene que estar bien.—No hay manera de salir de aquí —sorbí mi nariz y limpié mis lágrimas apartándolo de mi cuerpo, tenerlo así tan cerca me hacía evocar sensaciones que no quería sentir. No ahora después de tanto tiempo, cuando cada uno de nosotros había rehecho su vida. —lo intenté una vez, afortunadamente Melé estaba en casa.—Yo tengo que salir de aquí, acabo de enterarme que tengo una hija, no voy a dejar que la jodida naturaleza me aleje de ella…Menos una puerta. — volvió a tomar impulso y arremeter contra el portón, pero nada pasó. Cuando volvió a alejarse para tomar impulso me levanté tomando su brazo.—Vas a lastimarte el hom
NateSeguí buscando entre los documentos y encontré varias fotografías, algunas de Kai siendo tan solo un bebé, otras vestida de un pequeño dragoncito para Halloween, Kai con unos dos o tres años, con un pequeño traje de baño azul con lunares amarillos y un gorro de playa rosa, sentada en la orilla de la playa mirando hacia el mar. Mi hija en diferentes etapas de su vida, sollocé con cada recuerdo que nunca tendría, una sensación de asfixia me invadió y no tenía nada qué ver con el hecho que estaba encerrado con la mujer que había amado tanto tiempo, la mujer que me hacía sentir como un chico a los 16 años, una a la que debería estar odiando pero que algo en mi interior me lo impedía. Charlie había intentado romper todos los lazos que nos unían sin embargo había uno que nos mantendría