Nate
Grabamos el avance y luego ayudé a Jordan a editar la información en el hotel antes de ir a la clausura de la cumbre ambiental, entrevisté al secretario general de la ONU y grabamos un par de avances más. A la hora del noticiero del medio día en Nueva York transmitimos en vivo desde el centro de convenciones, tal como lo prometió el observatorio estuvo dando reportes cada hora, Michael estuvo ahí mientras Jordan y yo estábamos en la clausura de la cumbre, para mañana a esta hora quizás el volcán Kilauea habría hecho erupción, pero por la prisa con la que salieron los delegados y mandatarios imagino que muchos estaban haciendo lo posible para abandonar el archipiélago hoy mismo.
Una vez terminamos la trasmisión fui con Jordan y Michael a comprar un nuevo celular. Había recuperado mi sim card luego que Jorda
—¿Pensaste que iba a traerla? —la confusión pasó por mi rostro—Nate, Charlie es mi amiga, mi mejor amiga, pero no puedo tomar decisiones por ella y menos sobre su hija sin consultarle.—También es mi hija. —reviré con dientes apretados, me sentía estafado, había estado esperando horas para ver a esa niñita pícara de ojitos azules como el mar. —Charlotte me quitó años en la vida de mi hija.—No fue así — tiró la colilla del cigarro y pisó la punta con el zapato —No la juzgues, no sabes lo que ha pasado, o lo que pasó en ese momento, además fuiste tú el que le dijo que no era más que un calentador de cama. —Contestó con molestia.—Nada justifica su engaño.—Ella lo intentó —bufé porque estuve ahí, en su oficina sentado fre
CharlieHabíamos hecho lo que estaba en nuestras manos, durante toda la noche y lo que llevaba de la mañana. No era mucho lo que pudiéramos hacer ahora, de hecho, cuando hablamos de volcanes no hay algo en específico por hacer, el volcán escupe magma, bolas de fuego, ceniza y gases tóxicos y el ser humano solo debe quedarse ahí y esperar, porque no es como si pudiéramos ir y poner un tapón en el cráter o desviar el curso del río de lava cuya temperatura oscila entre 850 °C y 1200 °C.—Deberían volver a Honolulu — Dijo Edward Jagger mientras revisaba el último informe del sismógrafo — La zona de rift[1] este del Kilauea, ha producido un mayor volumen de lava que las erupciones pasadas en el área, van a seguir abriéndose fisuras, va a seguir emergiendo lava de ellas, de la fisura 8 están e
Nate—¿Un tsunami? — pregunté desconcertado.—No tengo tiempo para explicarte, pero por el tono de voz de Charlie, por su desesperación en encontrarnos en el departamento, presiento que será muy fuerte. Es por eso que debemos irnos, Charlie ha estudiado estos desastres durante toda su vida, ella es la mejor opción en este momento…Por Dios, estoy perdiendo minutos aquí.—Déjame despedirme— musité casi sin voz. — Por favor, déjame darle un abrazo. —supliqué. — será rápido, lo juro —Ryan asintió y me acerqué de nuevo a Kai.—Ya te dejó de regañar mi tío Ry…—frunció la nariz —Él dice muchas palabrotas, pero mi cerdito está feliz, tiene mucho dinero —sonreí porque todo en ella me hac&ia
Charlie—¿Qué demo…? —pensé que se había ido con Kai a la sala.—Solo fue la impresión, te recuerdo que ya he visto todo lo que hay de ti.—¿Qué haces todavía aquí? —bufé y entré a mi clóset tomando una camisa y una chaqueta por si teníamos que pasar la noche en algún lugar. Miré por el cristal lateral del clóset, daba una vista hacia una zona de Waikiki, el mar seguía viéndose calmo y la calma me asustaba, necesitaba salir de aquí ya. Sentí la figura de Nate en el marco de la puerta, pero volví a fingir que no existía y empecé a buscar entre los cajones lo que necesitaba mantener conmigo, en el caso de que el agua entrara al edificio.—¿Qué haces tú aquí? — recriminó—T
Charlie—Ya, voy a sacarnos de aquí y ella estará bien. —intentó consolarme —Tiene que estar bien.—No hay manera de salir de aquí —sorbí mi nariz y limpié mis lágrimas apartándolo de mi cuerpo, tenerlo así tan cerca me hacía evocar sensaciones que no quería sentir. No ahora después de tanto tiempo, cuando cada uno de nosotros había rehecho su vida. —lo intenté una vez, afortunadamente Melé estaba en casa.—Yo tengo que salir de aquí, acabo de enterarme que tengo una hija, no voy a dejar que la jodida naturaleza me aleje de ella…Menos una puerta. — volvió a tomar impulso y arremeter contra el portón, pero nada pasó. Cuando volvió a alejarse para tomar impulso me levanté tomando su brazo.—Vas a lastimarte el hom
NateSeguí buscando entre los documentos y encontré varias fotografías, algunas de Kai siendo tan solo un bebé, otras vestida de un pequeño dragoncito para Halloween, Kai con unos dos o tres años, con un pequeño traje de baño azul con lunares amarillos y un gorro de playa rosa, sentada en la orilla de la playa mirando hacia el mar. Mi hija en diferentes etapas de su vida, sollocé con cada recuerdo que nunca tendría, una sensación de asfixia me invadió y no tenía nada qué ver con el hecho que estaba encerrado con la mujer que había amado tanto tiempo, la mujer que me hacía sentir como un chico a los 16 años, una a la que debería estar odiando pero que algo en mi interior me lo impedía. Charlie había intentado romper todos los lazos que nos unían sin embargo había uno que nos mantendría
Nate.Me paralicé completamente, no podía creer lo que estaba viendo, parpadeé un par de veces pensando que quizá estaba dormido. Sí, eso era una pesadilla, al abrir los ojos estaría en Nueva York con Jess.Sin embargo, cuando Charlie tomó mi mano y la apretó con temor, supe que era real, un maldito tsunami se acercaba. Las alarmas se dispararon como diciendo “Si aún estás por aquí protégete, sube lo más alto que puedas, deja de tomar malditos videos para luego ser popular en redes. ¡Salva tu vida!”No dije nada por unos segundos mientras observaba la ola avanzar hacia la línea de la playa, un pequeño barco fue devorado por completo, estaba perplejo. Anonadado ante la belleza y el terror de lo que se avecinaba. Tragué saliva, obligándome a reaccionar, ten&ia
NateCharlie.Me quedé en silencio terminando de desinfectar, toda su mano empezaba a inflamarse, Nate no dijo nada, lo sentí sonreír cuando le dije que Kai era su versión en femenino, ella era su recuerdo constante no solo físicamente si no también emocional.—Cuéntame más—su voz salió distorsionada y aunque quise mirarlo y perderme en sus ojos una vez más no lo hice, en vez de ello busqué una venda para su mano.—Cuando tenía dos años abrió la puerta del departamento en el que vivíamos, pensé que estaba con Melé que en ese tiempo vivía con nosotros—recordé que no le había dicho quién era Melé, —Melé ha sido su niñera. En fin, Melé pensó