Charlie
El conductor del taxi me sacó de mis recuerdos al informarme que habíamos llegado, pagué el valor del servicio y me bajé del coche entrando al restaurante y ubicando rápidamente a Ryan, Kai se había despertado y una vez que estuve cerca ella corrió hacia mis brazos entregándome una solitaria flor de hibisco, aferré a mi pequeña niña en mis brazos e inmediatamente el miedo de poder llegar a perderla hizo doler mi pecho justo antes de recordar que Nate estaba aquí por la cumbre y yo había cumplido mi parte, Honolulu era lo bastante grande como para no topármelo. Ryan y Lizzie empezaron a aplaudir por lo que me separé de Kai dejando mis preocupaciones a un lado.
Había una probabilidad entre un millón de volver a encontrarme con Nate, solo para evitar le diría a Ryan y a Lizzie que pasáramos el
Nate«—¡Mierda! —Oh, buenos días para ti también —murmuré sentándome en la cama y agarrando mi cabeza con mis dedos, estaba seguro que en cualquier momento explotaría y la habitación quedaría decorada con restos de sesos y sangre. —¿Qué mierda hicimos anoche? —Shstt habla más bajo por favor—Miré a la chica linda de anoche, era consciente de mi desnudez bajo la sábana y por la manera en la que ella se sujetaba la misma sábana sobre sus pechos suponía que ella también estaba desnuda… Creo que era obvio lo que había sucedido anoche. Subí la mirada encontrándome con los ojos más hermosos que había visto en mi vida, y eso era mucho decir ya que los de mi madre eran azules, azules como el puto cielo en una tarde
****Charlie—Mami, mami, mami—la dulce voz de Kai me hizo despertar—la tierra está bailando.Abrí los ojos rápidamente notando cómo la lámpara sobre nuestras cabezas se movía, cargué a Kai colocándola sobre mi cintura justo en el momento que Ryan entraba tambaleándose por la puerta.—Temblor… —gritó agarrándose del marco—Lizzie está bajando las escaleras, ¿por qué mierda conseguiste un apartamento en el puto piso diez?—Tío Ryan me debes dos dólares. —apuntó con sus deditos.—Te pagaré cuando la tierra deje de creerse vibrador—dijo Ryan mientras caminábamos fuera del departamento.Lo mejor era intentar salir a la calle. Agradecí mentalmente haberme puesto un pijama largo es
Charlie.Me giré para encontrarme con Archie Hamilton corresponsal de HawaiiNews, estaba sentado al pie de las escaleras del primer piso, tenía una grabadora en la mano estaba listo para entrevistarme.—¿Qué haces aquí Archie? —di un beso en su mejilla y él me dio un abrazo.—¿Qué crees? El Observatorio Vulcanológico envió un comunicado de prensa, pero realmente era una mierda… no decía nada de nada, así que me dije a mí mismo. Archie, es tu deber darles a los ciudadanos una información verídica del sacudón que nos sacó de la cama esta madrugada.—Tan considerado tú ¿Desde cuándo estás aquí?—Desde hace una hora nena, intenté hablar con Taylor pero sabes que ese hombre me odia.Arqueé una ceja,
Nate—Len, ¿ya llamaste a Tommy…?— giré el rostro para ver a Charlie en el marco de una de las oficinas…— Nathaniel… —ella parecía sorprendida de verme aquí.—Charlie.—¿Qué haces aquí? — le guiñé un ojo a Len y me giré hacia mi exesposa con las manos en ambos bolsillos, ahora que la tenía frente a mí, sin que ella pudiese huir no sabía qué decirle. Solo nuestras miradas parecían estar fijas en el otro.—¿Charlie, lo conoces?—Soy su e…—Es un viejo amigo de la escuela. — su voz vaciló, escucharle decir eso hizo que el pecho me doliera ¿Qué demonios hacía yo aquí? Ella me había dejado atrás. Seguramente estaría casada y yo me casaría pron
NateMi celular empezó a sonar cuando salí del elevador, lo saqué del bolsillo viendo el nombre de Jess en la pantalla…rechacé la llamada como las últimas veces, pero ella intentó e intentó y volvió a hacerlo, preso de la rabia tomé el teléfono estrellándolo con la pared fuera del edificio, trozos del aparato volaron por todas partes, pero en este momento no importaba, nada me importaba. Fue Jordan quien se acercó a mí.—Hey ¿Estás bien? —colocó su mano en mi hombro, alcé mi rostro observando al hombre que me había acompañado a cubrir la mayoría de las desgracias en los últimos años.—¿Tienes hijos Jordan?—Sí, un niño de ocho años… ¿Qué pasa, estás mareado? Se sintió fuer
Charlie—Charlie, hemos llegado —La voz de Will me sacó de mi estupor. Tommy había apagado el helicóptero y West se estaba quitando los protectores de oído. —¿Estás bien?—Lo estoy. —me quité los protectores y bajé del helicóptero, Connor nos esperaba en las escaleras del helipuerto, tenía un overol y una máscara de gas.La superficie debajo del helicóptero estaba cubierta por una gruesa capa de cenizas.—Connor.—Doctora Hunter. Will, qué hay West. —saludó entregándonos nuestras respectivas máscaras de gas —¿Tuvieron buen viaje?—Fue una verdadera… pero gracias a Dios tenemos un buen piloto— contestó Will —La neblina está densa.—Sí, el Aeropuerto Internacional de Kona canc
NateGrabamos el avance y luego ayudé a Jordan a editar la información en el hotel antes de ir a la clausura de la cumbre ambiental, entrevisté al secretario general de la ONU y grabamos un par de avances más. A la hora del noticiero del medio día en Nueva York transmitimos en vivo desde el centro de convenciones, tal como lo prometió el observatorio estuvo dando reportes cada hora, Michael estuvo ahí mientras Jordan y yo estábamos en la clausura de la cumbre, para mañana a esta hora quizás el volcán Kilauea habría hecho erupción, pero por la prisa con la que salieron los delegados y mandatarios imagino que muchos estaban haciendo lo posible para abandonar el archipiélago hoy mismo.Una vez terminamos la trasmisión fui con Jordan y Michael a comprar un nuevo celular. Había recuperado mi sim card luego que Jorda
—¿Pensaste que iba a traerla? —la confusión pasó por mi rostro—Nate, Charlie es mi amiga, mi mejor amiga, pero no puedo tomar decisiones por ella y menos sobre su hija sin consultarle.—También es mi hija. —reviré con dientes apretados, me sentía estafado, había estado esperando horas para ver a esa niñita pícara de ojitos azules como el mar. —Charlotte me quitó años en la vida de mi hija.—No fue así — tiró la colilla del cigarro y pisó la punta con el zapato —No la juzgues, no sabes lo que ha pasado, o lo que pasó en ese momento, además fuiste tú el que le dijo que no era más que un calentador de cama. —Contestó con molestia.—Nada justifica su engaño.—Ella lo intentó —bufé porque estuve ahí, en su oficina sentado fre