***CAROLINA*** «¿Qué?». No sé cuánto tiempo quedé muda tratando de procesar lo que mi esposo me estaba diciendo. Esa era la razón por la que lo sentía extraño y por la que se ponía tenso al hablarle de tener un bebé nuevamente. Comprendí las palabras de la doctora Lily y la expresión de su rostro el día que me hizo la ecografía. Abel me miraba con angustia en sus ojos y en su rostro solo se veía preocupación. —Cielo, mírame —dijo en un susurro limpiando un par de lágrimas que corrían por mi cara y no me había percatado. Me sentía confundida y aturdida. Negué con la cabeza—. Cielo, di algo. —¿Q... Qué probabilidades hay de que pueda embarazarme? —pregunté cortando el silencio. Negó con la cabeza. —Con ovulos tuyos, solo un milagro. «Un milagro, pero...» —Amor, podemos seguir adoptando —dijo con la voz angustiada. Negué con la cabeza intentando concentrarme. —Un milagro —dije en un susurro. Lo miré con las lágrimas brotando sin control por mis ojos. Pegó su frente a la mía s
***Abel***—Ya es hora —dijo mientras agarraba su vientre y justo en ese momento arrugó la cara en medio de una contracción.Había llegado el día de recibir a nuestros bebés.Me senté en la cama de inmediato y acaricié su rostro y su abdomen duro.—¿Hace cuánto empezaste, mi cielo?—A eso de la 1:00 am —contestó a penas pasó la contracción—. Pensé que eran contracciones falsas.—¡Oh, mi amor! ¿Por qué no me avisaste antes? —miré el reloj eran las 5:41am, había estado aproximadamente 4 horas en el proceso.—Porque no lo vi necesario, el dolor es soportable.—Mi reina, debiste avisarme para estar contigo desde entonces. Este es un trabajo de los dos.Sonrió y me besó los labios con suavidad.—Estoy en 20 minutos o menos de cada contracción. Debemos llamar a Rita y a Ana y debemos alistarnos.—Así es, mi mujer fuerte.Llamé a Rita y ella a Ana. Después de colgar la abracé de espaldas y la hice bailar con suavidad. Tuvo otra contracción y apretó mis brazos con fuerza.—Inhala... Exhala —le
Carolina se acurruca en su lugar favorito, el pecho de su esposo, acariciandole el lunar después de haber hecho el amor todo el día y toda la noche.Abel no la había dejado salir ese día de la cama, incluso pidió la comida al cuarto de hotel donde se alojaban en París en su luna de miel.Ella mira desde su altura la mandíbula de su amado y él baja el rostro y le estampa uno de esos besos en la frente que ella tanto ama. Inhala el exquisito olor que desprende su hombre y él le acaricia la espalda con la yema de sus dedos.—Cielo —le llama ella.—Díme, mi amor.—¿Si hubiese decidido seguir con mi plan de inseminarme, lo habrías hecho?—Sí —contesta él sin titubear.—¿Y te hubieras enamorado de mi sin importar que fuese a tener el hijo de quién sabe que otro hombre? —pregunta ella con curiosidad.—¿Y quién dice que habrías tenido el hijo de otro?
Mis queridas lectoras románticas❤❤❤ Espero que les haya gustado todaaaa la historia con sus subí baja de emociones y la hayan disfrutado como yo al escribirla. CUANDO NO ESPERABA AMAR es mi bebé, mi primogénita y con la que me tocó aprender desde cero por mi inexperiencia, porque soy escritora completamente empírica. Así que esta novela siempre será mi favorita. La han catalogado como original y eso me llena de orgullo, ojala a ustedes les haya parecido así. Gracias por su apoyo y dedicación. Gracias por los comentarios que me hacen sentir que me regalan un poquito de ustedes, por sus sinceras palabras que me motivan y por las emociones que reflejan en ellos. De verdad y de corazón ¡GRACIAS!No olviden que los relatos eróticos de esta hermosa pareja están después de esta parte. Ojala les guste🙈🙊🙉 Espero seguir contando con ustedes en mi siguiente proyecto, es una historia totalmente diferente, pero cargada de muchas emociones también. EL SINIESTRO SECRETO DE LA MARIPOSA.
***Abel*** —Quiero bañarme —dice en mi oído, tan sensual, que hace que mi piel se erice y mi erección crezca—; con agua caliente —añade riéndose.Me levanto de la silla, sujetando sus glúteos, ella aprieta mi cintura con sus muslos, aferrándose a mi cuerpo.La subo cargada y desnuda hasta el baño. Entro a la regadera, abriendo del lado del agua tibia.Devora mis labios, mientras sentimos que el agua nos recorre la piel. Depósito su espalda en la pared y me deleito al escuchar sus jadeos cuando lamo su mentón y luego su cuello.Así como está, mi erección toca su entrada sin siquiera salir de mis bóxers y quisiera sacar mi miembro y enterrarme en ella, pero sé que sería muy doloroso.Llego a sus pechos y los saboreo como si fueran mis helados favoritos. Sus pezones son como dulces frambuesas en mi boca. Los dejo totalmente erectos y rojos por chuparlos con vigor, sé que le dolerán y le quedarán algunos hematomas al rededor, pero no puedo evitar engullirlos en mi boca y degustarlos como
Llego al consultorio de mi esposo una tarde, después de haber salido a hacer compras con Ana y los niños. Dejé a Becky con tía Ana y su hermoso primo Emilio.—Hola, Mónica —saludo a la secretaria de mi marido.—Señora Cardona, buenas tardes. Ya la anuncio con el doctor.—No, por favor. No le digas que estoy aquí, quiero darle la sorpresa. Esperaré que se desocupe.—Está bien —dice con una sonrisa. Ya su actitud hacia mí ha cambiado desde tiempo atrás, ya hasta entablamos pequeñas conversaciones—. ¿Y la pequeña Becky? —me pregunta.—Mi preciosa bebé está con su tía.—¿Ya está terminada la casa del campo?—Sí, solo le faltan unos detalles nada más.—¿Y cómo va todo en
Me despierto abrazado a ella; absorbo la fragancia de su cabello, no hay olor en el mundo que me genere tantas sensaciones placenteras como el aroma de mi esposa.Ya tenemos 21 días de casados, es fin de semana y estamos en nuestra casa del campo.La observo dormir plácidamente, aún no puedo creer que exista. Ella es tan perfecta para mí.Tengo esta erección matutina que, a parte de ser algo normal, ahora se mantiene constante como respuesta de tener su piel desnuda sobre mi piel.Anoche hicimos el amor hasta el cansancio y me aseguré de dejarla agotada para que pudiera dormir placenteramente.Las noches han sido difíciles después de que nuestra pequeña Becky quedó sin respirar una madrugada por unos segundos. Gracias a Lana que nos avisó a tiempo.Desde entonces trato de vigilarla casi toda la noche y mi esposa, también se mantiene alerta.
Está oscureciendo y voy saliendo de la floristería. Vine solo un momento a dejar unos papeles y pensaba dirigirme a donde Ana que nos invitó a cenar, pero enciendo mi carro y al retroceder para salir del parqueadero, noto que una de las llantas está pinchada.—¡Rayos!—¿Pasa algo jefa? —se acerca una de mis más queridas trabajadoras.—Erika Marcela Montiel, ¿qué te he dicho de llamarme jefa? —la reprendo en chanza. Ella se ríe a lo grande.Erika fue la encargada de la logística de la empresa por algunos años y había salido del país porque a su esposo lo habían trasladado. Hace una semana regresó y no dudé en contratarla de nuevo porque es una persona de fiar y gran compañera.