Carolina se acurruca en su lugar favorito, el pecho de su esposo, acariciandole el lunar después de haber hecho el amor todo el día y toda la noche.
Abel no la había dejado salir ese día de la cama, incluso pidió la comida al cuarto de hotel donde se alojaban en París en su luna de miel.
Ella mira desde su altura la mandíbula de su amado y él baja el rostro y le estampa uno de esos besos en la frente que ella tanto ama. Inhala el exquisito olor que desprende su hombre y él le acaricia la espalda con la yema de sus dedos.
—Cielo —le llama ella.
—Díme, mi amor.
—¿Si hubiese decidido seguir con mi plan de inseminarme, lo habrías hecho?
—Sí —contesta él sin titubear.
—¿Y te hubieras enamorado de mi sin importar que fuese a tener el hijo de quién sabe que otro hombre? —pregunta ella con curiosidad.
—¿Y quién dice que habrías tenido el hijo de otro?
Mis queridas lectoras románticas❤❤❤ Espero que les haya gustado todaaaa la historia con sus subí baja de emociones y la hayan disfrutado como yo al escribirla. CUANDO NO ESPERABA AMAR es mi bebé, mi primogénita y con la que me tocó aprender desde cero por mi inexperiencia, porque soy escritora completamente empírica. Así que esta novela siempre será mi favorita. La han catalogado como original y eso me llena de orgullo, ojala a ustedes les haya parecido así. Gracias por su apoyo y dedicación. Gracias por los comentarios que me hacen sentir que me regalan un poquito de ustedes, por sus sinceras palabras que me motivan y por las emociones que reflejan en ellos. De verdad y de corazón ¡GRACIAS!No olviden que los relatos eróticos de esta hermosa pareja están después de esta parte. Ojala les guste🙈🙊🙉 Espero seguir contando con ustedes en mi siguiente proyecto, es una historia totalmente diferente, pero cargada de muchas emociones también. EL SINIESTRO SECRETO DE LA MARIPOSA.
***Abel*** —Quiero bañarme —dice en mi oído, tan sensual, que hace que mi piel se erice y mi erección crezca—; con agua caliente —añade riéndose.Me levanto de la silla, sujetando sus glúteos, ella aprieta mi cintura con sus muslos, aferrándose a mi cuerpo.La subo cargada y desnuda hasta el baño. Entro a la regadera, abriendo del lado del agua tibia.Devora mis labios, mientras sentimos que el agua nos recorre la piel. Depósito su espalda en la pared y me deleito al escuchar sus jadeos cuando lamo su mentón y luego su cuello.Así como está, mi erección toca su entrada sin siquiera salir de mis bóxers y quisiera sacar mi miembro y enterrarme en ella, pero sé que sería muy doloroso.Llego a sus pechos y los saboreo como si fueran mis helados favoritos. Sus pezones son como dulces frambuesas en mi boca. Los dejo totalmente erectos y rojos por chuparlos con vigor, sé que le dolerán y le quedarán algunos hematomas al rededor, pero no puedo evitar engullirlos en mi boca y degustarlos como
Llego al consultorio de mi esposo una tarde, después de haber salido a hacer compras con Ana y los niños. Dejé a Becky con tía Ana y su hermoso primo Emilio.—Hola, Mónica —saludo a la secretaria de mi marido.—Señora Cardona, buenas tardes. Ya la anuncio con el doctor.—No, por favor. No le digas que estoy aquí, quiero darle la sorpresa. Esperaré que se desocupe.—Está bien —dice con una sonrisa. Ya su actitud hacia mí ha cambiado desde tiempo atrás, ya hasta entablamos pequeñas conversaciones—. ¿Y la pequeña Becky? —me pregunta.—Mi preciosa bebé está con su tía.—¿Ya está terminada la casa del campo?—Sí, solo le faltan unos detalles nada más.—¿Y cómo va todo en
Me despierto abrazado a ella; absorbo la fragancia de su cabello, no hay olor en el mundo que me genere tantas sensaciones placenteras como el aroma de mi esposa.Ya tenemos 21 días de casados, es fin de semana y estamos en nuestra casa del campo.La observo dormir plácidamente, aún no puedo creer que exista. Ella es tan perfecta para mí.Tengo esta erección matutina que, a parte de ser algo normal, ahora se mantiene constante como respuesta de tener su piel desnuda sobre mi piel.Anoche hicimos el amor hasta el cansancio y me aseguré de dejarla agotada para que pudiera dormir placenteramente.Las noches han sido difíciles después de que nuestra pequeña Becky quedó sin respirar una madrugada por unos segundos. Gracias a Lana que nos avisó a tiempo.Desde entonces trato de vigilarla casi toda la noche y mi esposa, también se mantiene alerta.
Está oscureciendo y voy saliendo de la floristería. Vine solo un momento a dejar unos papeles y pensaba dirigirme a donde Ana que nos invitó a cenar, pero enciendo mi carro y al retroceder para salir del parqueadero, noto que una de las llantas está pinchada.—¡Rayos!—¿Pasa algo jefa? —se acerca una de mis más queridas trabajadoras.—Erika Marcela Montiel, ¿qué te he dicho de llamarme jefa? —la reprendo en chanza. Ella se ríe a lo grande.Erika fue la encargada de la logística de la empresa por algunos años y había salido del país porque a su esposo lo habían trasladado. Hace una semana regresó y no dudé en contratarla de nuevo porque es una persona de fiar y gran compañera.
Llego a casa y abro la puerta. Lana me saluda como si llevara no horas, sino días sin verme.—Hola, peluda —la acaricio. Extrañado, miro por la sala y agudizo el oído. Al parecer no hay nadie porque ya mi amada esposa habría salido a recibirme con sus efusivos abrazos y besos—. ¿Dónde están la mamita y la hermanita? —le pregunto a Lana quien no deja de brincar.Espero que se tranquilice y saludo a Lola, que está en su gimnasio e interiormente me río al caer en cuenta, que estoy rodeado de féminas.Subo al segundo piso. Me quito la ropa de calle, me lavo las manos y la cara, ha sido un día agotador en la clínica.Entro al cuarto y noto la puerta de la azotea entre abierta.Voy al acogedor espacio y las encuentro dormidas en la hamaca. Me acerco a apreciarlas y con solo mirarlas, todo el cansancio se va de mi. ¡Se ven tan bellas!Becky está en
Me miro desnuda en el espejo y me siento tan embarazada aunque aún no se note.Hace dos días vimos por primera vez a nuestro bebé, ese pequeño frijolito hecho de amor, que está creciendo en mi vientre.Seis semanas, un mes y medio aquí en mi interior.Inclino mi abdomen hacia al frente, intentando imaginarme con él crecido.Me pongo la panty y me cubro los pechos con un brazo para hacerme una foto, quiero llevar el registro de esta hermosa etapa.Miro en el reflejo del espejo a mi esposo con Becky en brazos. Está sonriente y sus ojos llenos de brillo.Se acerca y apoya su frente en la mía. Becky queda en medio de los dos, bosteza y se queja.—Creo que quiere a mamá para dormir.—Ven aquí, mi princesa —la cargo y arrullo en mis brazos. Abel nos rodea a mi espalda. Pone una de sus manos en mi vientre y apoya la barbilla en mi hombro dándome dulces besos de t
—¡Amor! —La llamo cuando su celular suena—. Te llama Yamila 《otra vez》¿Quién es Yamila y por qué en los últimos tres días la llama tanto? Es un misterio para mí, porque mi esposa no ha querido decirme qué ha estado haciendo. Se va un par de horas y regresa cansada y con dolor en los pies.Sale casi corriendo del baño a contestar y por poco tropieza con Lana.—Con cuidado, mi vida —le pido con el ceño fruncido. Me mira con una sonrisa exagerada y me tira un beso. Niego rodando los ojos.Baja al primer piso para evitar que yo escuche y yo trato de no darle vueltas al asunto, aunque me mate la curiosidad y quiera ir a escuchar.Me mantengo meciendo a Becky que me mira con los ojos abiertos sin una pizca de sueño. A medida que va creciendo está más activa y menos dormilona.Caro sube a los minutos y saca ropa para alistarse. La miro mientras lo hace y si no fuera porque tengo a la bebé en bra