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Capítulo 3: Irreal...

En ese momento, Ana solo pudo dar un paso hacia atrás intentando alejarse pero una varandilla se lo impidió y eso hizo que él se acercara más con la excusa de impedir que tropezara.

Ana: ...”Oh... ehm... gracias por eso y de acuerdo, iré contigo pero... podemos irnos ya por favor?, tengo un poco de hambre a decir verdad y además estoy bastante cansada, ha sido un día muy largo”... dijo en un intento de que él depusiera su actitud pero no lo consiguió en lo absoluto.

M: ...”De acuerdo jefa, como usted diga”... dijo sonriéndo y tomándola de la mano para dirigirse en busca del coche. A pesar de no estar cómoda con eso, Ana solo lo siguió sin decir nada.

Al llegar, Marc abrió la puerta del acompañante para que Ana subiera y se dispuso a hacer lo mismo, de esa manera emprendieron el viaje de regreso. En ese momento, le pregunto a Ana si le molestaba que pusiera música, a lo que ella respondió que no. Entonces, le dió play al cd que estaba dentro del reproductor y Ana pensó de inmediato que la música era realmente buena, algo que él pudo notar en su expresión así que le preguntó,

M: ...”Te gusta?...

Ana: ...”Si, la verdad es que me gusta mucho pero quien es? pregunto sin esperar la respuesta que vendría.

M: ...”Yo... soy yo, es mi último trabajo y se llama “Cruel Destino” y si te gusta te lo obsequiaré cuando lleguemos”..., dijo mientras veía de reojo la expresión de sorpresa de Ana.

Ana: ...”Cómo... tú, quieres decir que... eres cantante y... este es tu disco?”... dijo sin poder ocultar la admiración que sentía en ese momento mientras miraba las fotografìas en la cubierta del cd.

M: ...”Así es, es por eso que te dije que no tenías ni la menor idea de quien era yo el día que nos conocimos en el aeropuerto, recuerdas?”...

Ana: ...” Oh... es cierto, ahora lo recuerdo”... dijo mirándolo casi hasta con ternura.

Luego de esa breve charla, ambos continuaron el viaje sin decir nada, solo escuchaban la música y Marc se sentía muy a gusto cada vez que la miraba y veía como ella disfrutaba lo que escuchaba.

Era un viaje de casi dos horas ya que se encontraban en las afueras de Seúl y ambos se quedaron en silencio disfrutando de la música. De repente, Ana cayó presa del cansancio y se quedó profundamente dormida, aunque eso no le impedía sonreir de vez en cuando.

Cuando Wookie se dió cuenta, orilló el coche a un lado del camino y se acomodó de lado para poder observarla con detenimiento sin que ella lo notara. Para él se había convertido, inesperadamente, en alguien que sencillamente no podía sacar de su mente ya que aparecía repentinamente en sus pensamientos cada día con tan solo abrir sus ojos al despertar.

Ella se veía realmente muy tierna dormida y él no pudo con el impulso de acercarse a su cuello para poder sentir su aroma pero... al sentir su respiración en la cara, centro su mirada en la boca de Ana y la rozó con sus labios. Luego se alejó lo suficiente para poder verle la cara sintiéndo repentinamente cierta sensación de culpa, como si hubiera cometido un error terrible por lo que se volvió a su lugar para emprender la marcha nuevamente.

Aunque intentó solo dedicarse a conducir, le resultaba verdaderamente imposible no voltear a verla de vez en cuando, se sentía de alguna manera forzado a hacerlo.

M: ...”Que diablos es lo que me pasa?”... no paraba de decirse a sí mismo.

Cuando ya habian llegado al Hotel Marriot de Seùl, decidió entrar al estacionamiento al ver que Ana continuaba dormida y una vez allí comenzó a hablarle suavemente para despertarla.

M: ...” Oye bella durmiente es hora de despertar, a no ser que... quieras que te lleve conmigo a casa”... dijo sonriendo como siempre lo hacía.

Ana: ...” Qu... que... como dices?, dijo sorprendida al despertar y darse cuenta que ya estaban en el hotel.

M: ...” Digo que ya estamos en el hotel y que si no despiertas y bajas del auto te llevaré conmigo a casa”... le guiñó un ojo mientras lo decía.

Ana: ...”Si como no, más quisieras”... contestó mientras reunía todas sus cosas y bajaba del auto al mismo tiempo que él lo hacía y accionaba el cierre automático.

Ana: ...”Disculpa... conoces a alguien que se hospede aquí?”... preguntó al ver que él caminaba junto a ella hacia el lobby.

M: ...” Sucede que si y voy a aprovechar para visitarla y tomar un café con ella, quien sabe”... le sonrió de lado con ese gesto pícaro tipico de él mientras presionaba el botón para llamar el ascensor.

Ana: ...”Ja!!!, como iba a ser de otra manera? Estoy empezando a creer que Corea es el país de las coincidencias”... dijo con un dejo de incredulidad.

M: ...”Tú crees? Y si estabas predestinada a venir aquí, si tu futuro estuviera aquí... que piensas de eso?”... le preguntó con cierta sensación de estar esperanzado por su respuesta.

Ana: ...”Qué... predestinada?!!!, es solo trabajo y en cuanto esté terminado volveré a casa y dudo que alguna vez vuelva a venir a no ser que... no... a no ser que nada, simplemente no hay nada que me retenga aqui”... dijo al tiempo que ambos subían al ascensor. Precionó el botón del 8vo piso en donde estaba su habitación y volteó a preguntarle,

Ana: ...”Quieres que pesione por tí, a qué piso vas?”... dijo también con una inexplicable sensación de deseo de que fuera el suyo.

M: ...”Qué crees... también voy al 8vo?”... le dijo acercánsele hasta arrinconarla en la esquina del ascensor dado que estaban solos y sin dejar de mirarla directamente a los ojos. En ese instante, Ana sentía que su corazón saltaría fuera de su pecho, temblando sin poder evitarlo intentó hacer que retrocediera, apoyándo su mano en medio del pecho de él sin dejar de verlo a los ojos, pero ambos se fundieron en un beso corto pero dulce como la miel. De repente, el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron y al ver que Ana no se movía en lo absoluto, la tomó de la mano sacándola de allí.

Una vez fuera, volvió a mirarla a los ojos diciéndole,

M: ...”Ok, hacia donde ?”... le preguntó con ese tono de voz que sabía ninguna mujer podía resistir.

Ana: ...”Ehm... yo... hacia donde que?”... dijo sin entender a qué se refería.

M: ...”Hacia donde vamos ahora?”... dijo arrinconándola nuevamente contra la pared del pasillo.

Ana: ...”Oh... ehm... yo a mi habitación y tú, donde tu amiguita por supuesto, asi que... gracias por traerme y buenas noches”... le dijo con cierto tono de reproche en su voz y encaminándose hacia su habitación sin darse cuenta de que él la seguia de cerca.

Luego de entrar, Ana tiró su bolso sobre el sofá para dirigirse a su cuarto donde dejó ropa limpia sobre la cama y fue a preparar el baño.

Ya envuelta en su bata se dirigía en busca de algo para beber cuando el timbre de la puerta sonó y se dispuso a abrir segura de que se trataba del servicio a la habitación del hotel pero... de ninguna manera estaba preparada para lo que vería en realidad.

Al abrir la puerta Ana quedó paralizada, sus ojos estaban abiertos como dos enormes platos y su boca parecía un hoyo producto de un golpe ya que... de alguna manera... lo era.

Viendo que como de costumbre ella no estaba en condición de reaccionar, Marc tomó la posta ante la situción ya que había pagado por los platillos mas costosos del menú del restaurante del hotel y vestido como un príncipe de cuento de hadas, en medio de los empleados que llevaban la mesa con la cena para dos, se le acercó cerrando su boca suavemente diciendo,

M: ...”Aquí esta su cena con alguna sorpresa claro”... sonriéndole como era ya parte de su modus operandi con ella.

Ana: ...”Pe... pero como... qu... que es... esto”... dijo con dificultad.

Viendo que definitivamente Ana no era capáz de reaccionar debidamente, la tomo suavemente por los hombros haciéndola entrar e indicando a los otros que entraran la mesa para luego retirarse.

M: ...”Tengo que admitir que realmente eres muy fácil de sorprender, cierto?”... comenzando a preparar todo para sentarse a comer.

Ana: ...”Pu... puede ser... sobre todo cuando no estas acostumbrada a este tipo de situaciones, respondió volviendo en sí repentinamente. Qué estas haciendo aquí... y tu amiga, no ibas a visitarla?”... dijo mientras observaba realmente sin poder entender como él se ponía cómodo sin ningún reparo.

M: ...”Exactamente eso es lo que hago o... acaso no somos amigos?”... y le dedicó un sutil guiño de ojos, aunque íntimamente, rogaba que así fuera y que ella respondiera del mismo modo.

Ella permaneció en silencio por un breve momento antes de responder a sus dichos.

Ana: ...”O... ok... en principio somos dos personas totalmente diferentes que se conocieron por accidente y que de ninguna manera estamos destinados ni nada parecido, entendido?, en todo caso nos estamos conociendo y tal vez lleguemos a ser amigos cosa que no creo que ocurra ya que no queda mucho tiempo antes de que vuelva a casa”... y al instante en que dijo esas palabras, ambos se miraron a los ojos con un dejo de tristeza, como si repentinamente hubieran caído en cuentas de la realidad de que pronto se alejarían irremediablemente hasta que a Marc se le ocurrió que tal vez...

M: ...”Eso a menos que surja algo o alguien que te retenga aqui”... dijo intentando sonar casual pero, en su fuero mas íntimo realmente esperaba que fuera asi, aunque no alcanzaba a entender porque.

Ana: ...”Eh... no cuentes con ello ya que es algo que no sucederá conmigo, ya he pasado por eso antes y no quiero revivirlo”... dijo bajando la mirada y al ver que él noto su gesto continuó.

Ana: ..."Pero dejemos ya de hablar de esto, cenemos de una vez, después de todo, a eso viniste, no es asi?”... dijo sonriente tratando también de sonar casual. Se sentaron a la mesa y comenzaron a comer en silencio, por algunos minutos que parecieron eternos, ninguno de los dos pronunció palabra.

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