Apenas llegué al instituto me percaté de los nervios que todos sentíamos ante la presencia de nuestros enemigos naturales: Los exámenes. El único consuelo que nos quedaba era la Golden Week, una semana completa sin tener que ir a clases para que los profesores pudieran corregir todos los exámenes; así que no veíamos la hora de pasar por la tortura académica para poder descansar un poco.El primer día de examen la directora nos recibió a todos como de costumbre en el gimnasio y nos dio su discurso diario.—Buenos días —dijo la "dire". Hoy estaba de mejor ánimo que de costumbre, no sabía si era porque estaba disfrutando de nuestro sufrimiento por tener por delante una semana muy complicada o porque había dormido bien, nosotros le respondimos el saludo—. Hoy tenemos un anuncio especial, no solo comenzamos los exámenes de final de semestre...—Hurra... —gruñó Chester a mis espaldas.—...sino que además ya están los resultados de la votación que hicieron los señores delegados acerca del ev
Salí a caminar por la playa, el día estaba hermoso y había mucha gente aún, pese a que el Sol ya estaba perdiéndose.Lo que había comenzado como unas vacaciones en familia habían terminado en que mis padres regresen casi de inmediato a casa porque la empresa para la que trabajaban estaba teniendo problemas importantes; por ende me había quedado yo sola en la costa, con dinero suficiente para todo el resto de la semana.El viento que soplaba era muy cálido aunque el cálido otoño ya estaba en sus últimos días y seguramente pronto recibiríamos al invierno; se rumoreaba que ese año iba a hacer mucho pero mucho frío.Miraba al mar absorta en mis pensamientos mientras el viento movía mi pareo que llevaba atado a la cadera, a lo lejos había un muchacho surfeando las olas con mucha habilidad. Me quedé mirando como hacía dibujos con el agua que saltaba, no podía ver su cara pero llevaba el cabello medianamente largo y se lo notaba atlético y delgado.Continué caminando hasta que vi un cangrejo
Luego de mi encuentro con Dalle, había decidido regresar a casa de urgencia; no les di mucha explicación a mis padres pero antes de que terminara la Golden Week, Nicholas me había mandado un WhatsApp preguntándome si podríamos tomar un helado juntos, yo acepté y quedamos en vernos al otro día en el parque cerca de mi casa.Al llegar estaba Nicholas esperándome, yo llevaba un jean coral, unas ballerinas blancas, una chaqueta de jean blanca, y una camisa negra; Nicholas llevaba una chomba de los All Blacks, un jean claro, zapatillas blancas y una campera del mismo color. Ya empezaba a hacer frío.—Hola, Nicholas —dije cuando llegué—. Espero no haberte hecho esperar.—Para nada —dijo Nicholas con una sonrisa—. ¿No te fuiste a ningún lado para las vacaciones?—Fui a la playa pero mis padres tenían que trabajar y no quería quedarme sola, así que me volví —le dije.—Me parece muy bien —dijo Nicholas, suspiró—. Mi hermana en cambio nos hizo pasar un infierno, una noche no volvió a casa y tuv
«Finalmente estoy aquí», pensé mientras una gota de sudor frío bajaba por mi pecho; la sudadera verde la tenía pegada a la espalda bañada en transpiración y los cristales de mis anteojos estaban empañados por la respiración entrecortada llena de nerviosismo y miedo. Hacia sólo unas horas Annie se había despedido de mi en la terminal de buses y le había entregado el osito que mi madre me dejó antes de morir.El autobús se acercaba a la terminal donde mi padre me estaba esperando. La gran mayoría de las personas que se encontraban en el mismo vehículo visitaban la capital del estado o se reunían con sus familiares después de un largo viaje, muchos estaban sonriendo, aunque la mayoría dormían porque el viaje había durado toda la noche. Era lo malo de vivir en una ciudad tan pequeña: que no había un autobús expreso con un destino directo al ser poco rentable, siendo más conveniente detenerse en diferentes lugares para recoger pasajeros con el mismo destino. Las luces de la terminal se re
Al final, ya no duele... Su indiferencia, su silencio, su ausencia... Ya no duelen. Te olvidé, Annie; al fin te olvidé.Un año había pasado desde aquél primer y último mensaje recibido; durante ese tiempo no había regresado al pueblo ni una sola vez, mi padre me comentó en un par de ocasiones que había visto pasar a Annie acompañada por sus amigos, en una ocasión con un chico rubio y un pitbull, seguramente era Nicholas, pero no me imaginaba ni a mi ex amor o al delegado siendo dueños de un perro de tanto carácter como esa raza; no tenía idea de quién podía ser el propietario de ese can. «Quédate donde no pueda verte»... Esas palabras me habían destruido, había perdido a mi única amiga, durante mucho tiempo me sentí el ser más patético del mundo, pero aprendí a hacer de mí mismo mi mejor amigo. Es necesaria la destrucción para construir algo nuevo; como el ave fénix que resurge de las cenizas.Me levanté temprano, como siempre, para ir a trotar, pero antes me apetecía una ducha. Mient
El pueblo costero donde vivía es característico por su gran actividad pesquera, pero también por gozar de una temperatura media en otoño e invierno. Aunque ese año fue la excepción pues una fuerte tormenta proveniente del Sur había llegado y ahora todos estábamos muertos de frío; mamá había tenido que comprar por Internet cobertores más gruesos para las camas y yo dormía con tres pares de calcetines, el único que no se quejaba era papá diciendo que no hacía tanto frío, que peor lo había pasado en su niñez, y es que papá había nacido en un pequeño pueblo francés en Rhône-Alpes y estaba bastante acostumbrado a las bajas temperaturas.Ese día llegué al Instituto sobre la hora, me puse la primera ropa de invierno que encontré, cacé un pedazo de pan con mermelada y una naranja y salí corriendo para clases; me había quedado dormida y si no fuese por mis padres aún seguiría cautiva de Morfeo.Al entrar al salón de clases, las chicas me saludaron a la distancia con entusiasmo, estaban leyendo
A mis padres no les caía nada graciosa la idea que casi diez personas se reunieran en casa con tan poca anticipación. Normalmente no hubiese tenido ningún problema en hacer una reunión de este tipo, pero mamá siempre me había pedido que le comunicara con, al menos, una semana de antelación, cosa que se limpie todo en profundidad y poder recibir a mis invitados como ellos merecían; pero les expliqué la situación y accedieron, siempre y cuando limpie los baños, la cocina, la sala y no deje que mis amigos fumen dentro de la casa.Tuve que volver corriendo a casa para ponerme en campaña, até mi largo cabello en una colita y me puse a limpiar a conciencia. Cerré la puerta de mi dormitorio con llave pues adentro era un completo desastre. «¿Por qué tu habitación parece un campo de batalla?», preguntaba mi mamá siempre que entraba. Cerca de las cuatro ya había terminado, así que fui a darme una ducha y a cambiarme de ropa, elegí algo cómodo y preparé los bocadillos para compartir con mis amig
A Nicholas le costó trabajo convencer a la directora. Ella tenía sus motivos para no permitir el concierto en el Instituto, uno de sus puntos fuertes eran los derechos de autor a pagar por tocar canciones que no eran de dominio público y ella no tenía ninguna intención en financiar nuestra causa; pero finalmente, al mostrarle el plan, la organización (y que no tendría que poner un centavo), accedió. El concierto sería en cuatro semanas.Pedimos permiso especial para quedarnos después de clases para poder acondicionar el gimnasio para el evento, pero al ver que luego de una semana de no avanzar con la construcción del escenario, los camerinos, el stand de bebidas, y no haber podido practicar ni una canción, Nicholas consiguió un permiso especial de la directora para faltar a clases durante todo el tercer período.Como a Kentin no se le había designado ninguna tarea, aprovechamos su tamaño y fuerza para designarlo como guardia de seguridad, cosa que nos vendría muy bien en caso de que