Izan pica y da carraspera :) Muy lindo mi niño. PD: Felipe te llego un rival ja, ja, ja
Felipe nota que Samantha no está, observa un momento a Izan que duerme profundamente. Sale de la habitación y la consigue, a medio camino de las escaleras, lleva un vaso de agua en sus manos, Samantha se gira de prisa y Felipe no entiende por qué lo hace, baja las escaleras y ella, se mantiene rígida en su sitio.—Por favor, no me veas— le pide, Felipe coloca sus manos en sus hombros, trata de girarla, pero se mantiene firme.—Sam…, no debes avergonzarte de ti, una vez te lo dije recuerdas— ella asiente con el dolor presente dentro de ella.—Ya, ya… no soy igual. ¡Joder!, no quiero que me veas.Se acerca mucho más y su pecho descubierto pega con su espalda y Samantha siente como su piel se eriza, las manos de Felipe, se pasean por su cintura y suben lentamente.—¡No! — grita y las aparta, sin girarse.—¿No?—No quiero nada sin amor, quiero que de verdad nazca de ti y no sea porque quieres asegurarte que sea tuya, solo por la llegada de Leonardo.—Ja, no debo asegurar nada, eres mía Sa
Felipe se reunió con Sergio, ni él mismo comprendía por qué lo llamó, solo le preguntó si podía venir. —Por primera vez en la vida tiene una segunda oportunidad, más bien la han tenido desde hace mucho. Solo que ahora eres tú, eres el que no da el brazo a torcer. Ni lavas ni prestas la batea y te digo algo, ese tal Leonardo no quiere ser solo un amiguito de mi hermana, ahí pasa algo. Felipe se mantenía en silencio mientras daba un trago a su bebida. —Soy consciente que algo paso entre ellos, no follaron, pero si paso algo— suelta con desagrado. —¿Qué harás? ¿La dejarás? Decídete, ¿es con ella o la dejas ir de una vez por todas? No sabes cuanta rabia me da recordar todo lo que paso, y ver que en parte fue…, tu culpa también lo que ella vivió. —Sergio ya te expliqué lo que pasó— responde y ve el rostro de su amigo se llena de dolor, se bebe su copa de golpe. —Sí, sí, pero los dos fueron unos irresponsables que no fueron capaces de ser sinceros y de luchar por lo que sentían— le dic
Samantha no hizo lo que Felipe quería.Esperaba otras palabras de su parte después de ese beso, tal vez un “te quiero o esta vez será para siempre” no esa necesidad de medir el pito con otro hombre, solo por él quiere marcar territorio cuando estaba más que claro que ella moría por él.Todo el camino se mantuvo en silencio hasta llegar a casa de su hermano.Alma está en la sala con los niños e Izan tiene a unos de los mellizos en sus piernas y jugando con sus manitas, suena la puerta de la entrada y aparecen Samantha y Felipe.—Chicos, que bueno que llegaron— los saludas con cariño y su hijo no tardó en decirle a Alana que agarre al bebe, se miran con complicidad—, ¡Madre! ¡Padre! ¿Estaban juntos?Samantha y Felipe se miran entre sí, y asienten sin mucha emoción. Alma niega y mira al cielo cuando llega Leonardo y Lorena. “Los que faltaban” piensa y nota como Felipe cambia de temperamento y abraza a su hijo. Está al tanto de todo lo que le dijo Sergio, y no hará más que apoyar a su es
Después de ese beso, el silencio reinó, Felipe se alejó de Samantha y le dijo que se iría a su nuevo departamento. Ella no entendía, pensaba que esa noche sería especial, pero él, tenía otros planes, quería hacer todo diferente. Al dejarla estaba a merced de que Leonardo buscará de ella, sin embargo, confiaba en Samantha y esta vez no dudaría de sus palabras. Le dejo un beso en sus suaves labios mirando sus ojos inundados de lágrimas, Izan se aferraba a él, no quería que se separaran de nuevo, sin embargo, Felipe susurro en su oído unas palabras que provocó la sonrisa más hermosa en sus labios y estrecho su mano con su padre como todo un hombrecito. Izan; es el orgullo de Felipe, su primogénito y, lo que más temía era no poder darle lo que él tanto anhelaba, un hermano, pero en ese momento, dejaría esa preocupación para después. Ha pasado una semana y sus planes están en marcha; el primero fue pedir ayuda al que menos pensó, Fabián. Días que les costarían el sueño y su moral, pero
Esa misma noche Samantha se debatía en aceptar la invitación de Leonardo, no quiere alejar a Felipe, ahora que todo está cambiando. Lorena la observa caminando de un lado a otro en su habitación, aunque no desea ir, está vestida con una hermosa falda tubo de cuero y una camisa de corpiño por dentro de ella, dejando ver sus redondos pechos con la abertura hasta el medio de ellos. —¿No quieres ir, pero te vistes de putada? —Yo…— se mira un momento—, es mi manera de vestir, no lo hago por su invitación. —Claro, lo sé— se ríe y llega a su lado tomándola de sus hombros—, sé que estás nerviosa y en este momento el imbécil de Felipe, por arte de magia, te quiere en su vida de nuevo, pero es algo injusto, amiga. Sabes por qué lo hace y creo que Leo, no se merece tu desprecio solo por el miedo que le tiene a Felipe. Samantha la ve frunciendo sus cejas y su cuerpo se eriza, por lo que acaba de decir. —Primero, no le temo a Felipe. Jamás me haría daño, no puedo darle nada más a Leonardo que
Una última mirada a la mujer, que tenía su vida entre sus manos y subió a su coche, agradece que la autopista estuviera desolada a esas horas por su alta velocidad, aunque era lógico, todavía faltaban tres horas para amanecer.Baja del coche hecho una furia y aporrea la puerta del domicilio de Lorena con fuerza, el timbre lo volvió trizas.Lorena sale con una bata minúscula toda adormilada y pestañea varias veces al verlo.—Eh, ¿Pasó algo? — Felipe los aparta y entra sin permiso.—¿¡Dónde mierda está!? — pregunto en un solo grito y el terror se hizo en ella al verlo de tal manera. No le temía, pero era la primera vez que lo veía actuar así.—¿Quién…? — titubea.—¡No te hagas la estúpida, Lorena! — aulló y en eso distingue la figura de Leonardo bajando las escaleras.No lo piensa más y en dos zancadas está frente a él, agarrándolo del cuello.—¡Esto no te lo diré más, aléjate de Samantha! ¡Una maldita lágrimas más en sus ojos y no sabes de lo que soy capaz!Leonardo trata de parecer se
Un último regalo llega para Samantha, una caja dorada con un juego de lencería, no uno cualquiera, ella conocía ese tipo de vestimenta y un pequeño estuche, que al abrirlo hace tensar su parte baja y sus mejillas arder, con el corazón en la boca abre la nota, que tiene su caligrafía tan perfecta y varonil. Moriría por verte en este momento, hoy serás mía por completo y para siempre, quiero a mi cosita, esa que sigue dentro de ti. No olvides lo que está en el estuche, ese día note que ya no lo tenías. Sabes, tengo un tacto muy bueno. Con amor, Felipe. PD1: Tu orangután PD2: Tu hombre, tu dueño y tu único amor. Samantha ríe y entra corriendo en la ducha, hoy debía estar a la altura. Felipe conducía sin dejar de ver a su hijo como sonría y entrelaza sus manos lleno de emoción y cada momento peinaba su cabello, tal como le gusta a su madre, de lado como un caballero y no todo desordenado como le gusta a él. —Padre… —Dime, campeón. —Gracias, por querer a mi madre de nuevo y p
Samantha no dudó en ejecutar su orden, solo le pidió que se diera la vuelta. Felipe protestó de mil maneras, sin embargo, si la veía no llegarían a ningún lugar, con su mano entrelazadas Felipe la mira un momento antes de llegar.—Sam, creo que debes saber algo antes de que de verdad aceptes ser mi esposa.—Ya acepté, no pienso retractarme, quiero ser tu esposa. ¡Oh! No me digas, ¿sigues casado con aquella víbora? — Felipe rompe a reír y niega.—Ni loco, no es eso, cosita.—Entonces…—Lorena, es ella— musita con temor de cómo pueda reaccionar.—¿Qué pasa con ella?—Ella, bueno. Sam...—¿Te acostaste con ella?— increpa al verlo titubear. —¡No, no, mujer! — se apresura a decir y Samantha vuelve a respirar—, ella, intentó tener algo conmigo, nunca lo permití, primero no estaba dispuesto a tener a alguien más en mi vida y no te había superado, también estaba lo de Mel.—Ella, te odia— piensa en voz alta, entendiendo todo.—Me odia porque la rechacé miles de veces, no la veo como una buen