Hola, mis amores. Si gustan dejen estrellistas o algún comentario, ayudará mucho a mi historia, gracias...
Samantha no hizo lo que Felipe quería.Esperaba otras palabras de su parte después de ese beso, tal vez un “te quiero o esta vez será para siempre” no esa necesidad de medir el pito con otro hombre, solo por él quiere marcar territorio cuando estaba más que claro que ella moría por él.Todo el camino se mantuvo en silencio hasta llegar a casa de su hermano.Alma está en la sala con los niños e Izan tiene a unos de los mellizos en sus piernas y jugando con sus manitas, suena la puerta de la entrada y aparecen Samantha y Felipe.—Chicos, que bueno que llegaron— los saludas con cariño y su hijo no tardó en decirle a Alana que agarre al bebe, se miran con complicidad—, ¡Madre! ¡Padre! ¿Estaban juntos?Samantha y Felipe se miran entre sí, y asienten sin mucha emoción. Alma niega y mira al cielo cuando llega Leonardo y Lorena. “Los que faltaban” piensa y nota como Felipe cambia de temperamento y abraza a su hijo. Está al tanto de todo lo que le dijo Sergio, y no hará más que apoyar a su es
Después de ese beso, el silencio reinó, Felipe se alejó de Samantha y le dijo que se iría a su nuevo departamento. Ella no entendía, pensaba que esa noche sería especial, pero él, tenía otros planes, quería hacer todo diferente. Al dejarla estaba a merced de que Leonardo buscará de ella, sin embargo, confiaba en Samantha y esta vez no dudaría de sus palabras. Le dejo un beso en sus suaves labios mirando sus ojos inundados de lágrimas, Izan se aferraba a él, no quería que se separaran de nuevo, sin embargo, Felipe susurro en su oído unas palabras que provocó la sonrisa más hermosa en sus labios y estrecho su mano con su padre como todo un hombrecito. Izan; es el orgullo de Felipe, su primogénito y, lo que más temía era no poder darle lo que él tanto anhelaba, un hermano, pero en ese momento, dejaría esa preocupación para después. Ha pasado una semana y sus planes están en marcha; el primero fue pedir ayuda al que menos pensó, Fabián. Días que les costarían el sueño y su moral, pero
Esa misma noche Samantha se debatía en aceptar la invitación de Leonardo, no quiere alejar a Felipe, ahora que todo está cambiando. Lorena la observa caminando de un lado a otro en su habitación, aunque no desea ir, está vestida con una hermosa falda tubo de cuero y una camisa de corpiño por dentro de ella, dejando ver sus redondos pechos con la abertura hasta el medio de ellos. —¿No quieres ir, pero te vistes de putada? —Yo…— se mira un momento—, es mi manera de vestir, no lo hago por su invitación. —Claro, lo sé— se ríe y llega a su lado tomándola de sus hombros—, sé que estás nerviosa y en este momento el imbécil de Felipe, por arte de magia, te quiere en su vida de nuevo, pero es algo injusto, amiga. Sabes por qué lo hace y creo que Leo, no se merece tu desprecio solo por el miedo que le tiene a Felipe. Samantha la ve frunciendo sus cejas y su cuerpo se eriza, por lo que acaba de decir. —Primero, no le temo a Felipe. Jamás me haría daño, no puedo darle nada más a Leonardo que
Una última mirada a la mujer, que tenía su vida entre sus manos y subió a su coche, agradece que la autopista estuviera desolada a esas horas por su alta velocidad, aunque era lógico, todavía faltaban tres horas para amanecer.Baja del coche hecho una furia y aporrea la puerta del domicilio de Lorena con fuerza, el timbre lo volvió trizas.Lorena sale con una bata minúscula toda adormilada y pestañea varias veces al verlo.—Eh, ¿Pasó algo? — Felipe los aparta y entra sin permiso.—¿¡Dónde mierda está!? — pregunto en un solo grito y el terror se hizo en ella al verlo de tal manera. No le temía, pero era la primera vez que lo veía actuar así.—¿Quién…? — titubea.—¡No te hagas la estúpida, Lorena! — aulló y en eso distingue la figura de Leonardo bajando las escaleras.No lo piensa más y en dos zancadas está frente a él, agarrándolo del cuello.—¡Esto no te lo diré más, aléjate de Samantha! ¡Una maldita lágrimas más en sus ojos y no sabes de lo que soy capaz!Leonardo trata de parecer se
Un último regalo llega para Samantha, una caja dorada con un juego de lencería, no uno cualquiera, ella conocía ese tipo de vestimenta y un pequeño estuche, que al abrirlo hace tensar su parte baja y sus mejillas arder, con el corazón en la boca abre la nota, que tiene su caligrafía tan perfecta y varonil. Moriría por verte en este momento, hoy serás mía por completo y para siempre, quiero a mi cosita, esa que sigue dentro de ti. No olvides lo que está en el estuche, ese día note que ya no lo tenías. Sabes, tengo un tacto muy bueno. Con amor, Felipe. PD1: Tu orangután PD2: Tu hombre, tu dueño y tu único amor. Samantha ríe y entra corriendo en la ducha, hoy debía estar a la altura. Felipe conducía sin dejar de ver a su hijo como sonría y entrelaza sus manos lleno de emoción y cada momento peinaba su cabello, tal como le gusta a su madre, de lado como un caballero y no todo desordenado como le gusta a él. —Padre… —Dime, campeón. —Gracias, por querer a mi madre de nuevo y p
Samantha no dudó en ejecutar su orden, solo le pidió que se diera la vuelta. Felipe protestó de mil maneras, sin embargo, si la veía no llegarían a ningún lugar, con su mano entrelazadas Felipe la mira un momento antes de llegar.—Sam, creo que debes saber algo antes de que de verdad aceptes ser mi esposa.—Ya acepté, no pienso retractarme, quiero ser tu esposa. ¡Oh! No me digas, ¿sigues casado con aquella víbora? — Felipe rompe a reír y niega.—Ni loco, no es eso, cosita.—Entonces…—Lorena, es ella— musita con temor de cómo pueda reaccionar.—¿Qué pasa con ella?—Ella, bueno. Sam...—¿Te acostaste con ella?— increpa al verlo titubear. —¡No, no, mujer! — se apresura a decir y Samantha vuelve a respirar—, ella, intentó tener algo conmigo, nunca lo permití, primero no estaba dispuesto a tener a alguien más en mi vida y no te había superado, también estaba lo de Mel.—Ella, te odia— piensa en voz alta, entendiendo todo.—Me odia porque la rechacé miles de veces, no la veo como una buen
No hacía falta matrimonio ni luna de miel, para todo lo que vivían y sentían Samantha y Felipe, los primeros en ir a visitar como pareja fue a Sergio y Alma, que no tardaron en insistir en una fecha para la boda, dos semanas que parecían un sueño, dos semanas donde se han permitido amarse por completo, dos semanas donde su hijo se siente completo con sus padres juntos, dos semanas para que la nube gris posara de nuevo sobre sus cabezas… Samantha dormía acurrucada al cuerpo de Felipe, la noche fue agotadora, Felipe ha tenido sueños interrumpidos por leves dolores de cabeza que acarrea al estrés. Se levanta de prisa al sentir la primera náusea y corre al excusado, su cuerpo comienza a desvanecerse y hace todo lo posible por mantenerse de pie, los oídos le zumbaban y todo le da vueltas, sus pulmones le arden y, se apresura a cerrar la puerta con seguro, cierra sus ojos con fuerza.—Ese bicho no pudo volver—susurra y pasa las manos con frustración por su rostro—, no ahora, que… ¡Joder, n
Samantha, como toda una jefa, maneja su nuevo despacho, atrae todas las miradas con la seguridad que destila. Está en una junta con tres nuevos abogados que se unen a su firma.—Señores, manejaremos todos los casos que lleguen. No defenderemos escorias para dejarlos en libertad a menos que las pruebas demuestren lo contrario, serán bien pagados de igual manera si alguno de ustedes está en desacuerdo pueden decirlo y con gusto los guio hasta la puerta— informa con determinación.—No, Dra. Gerber, no tenemos ningún problema, yo me uno a este bufete que promete, he escuchado mucho sobre su persona.—Espero que sean sobre mi carrera y no de mi vida personal. Bueno, bienvenido y ¿ustedes se unen? — pregunta a los otros hombres que asiente hacia ella.Con una sonrisa en sus labios, ocho abogados con ella, incluida, su bufete comienza con sus primeros casos, que más puede pedir, esta vez la vida le sonríe.Recuerdan que serían nueve, pero con lo sucedido con Lorena sigue renuente a dejarla e