22- Decisiones radicales

No había transcurrido ni una semana desde que Selene se había marchado de la villa cuando Ares le dio la orden a la servidumbre de que sacaran las cosas de ella del lecho matrimonial.

— No quiero ver nada de esa mujer en esta casa y el que se atreva a mencionar su nombre en mi presencia lo despido.

Los sirvientes lo miraban con atención,parados en columna como si fuesen soldados,no se atrevían ni siquiera a mirar la cara del jefe.

Fiorella se hizo cargo de la tarea de recoger las pertenencias de Selene y como la orden era tirarlas a la basura ella se las llevó a su casa y se las entregó.

— ¿Así que mandó a botar mis cosas?,déjalo quieto,algún día su reinado de terror llegará a su fin y podré reclamar lo que por derecho le corresponde a mi bebé.— Dijo mientras se acariciaba el vientre.

El carácter de Ares se tornó agrio y todos a su alrededor le temían a desatar su furia.

La atmósfera en la villa era tensa. Ares, con el gesto marcado por la ira, recorría los interminables pasillos de
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP