Me duchó con delicadeza, como si fuese un bebé muy frágil, sin dejar de mirarme con detenimiento, sin decir ni una sola palabra, lo que empezó a hacerme sentir incómoda, y él pareció notarlo.
Cuando desperté a la mañana siguiente, él se estaba duchando, así que me vestí y bajé a desayunar, quería borrar de mi mente todo lo que había pasado la noche anterior entre él y yo.Odiaba haber bebido, haberme dejado llevar por aquel deseo primario, y a causa de ello, me había acostado con aquel que había considerado como un hermano para mí.Las cosas no volverían a ser las mismas, no después de aquello.Él bajó a desayunar, casi quince minutos después que yo, hizo algunas llamadas telefónicas, envío algunos emails, y se tomó su café, mientras yo miraba hacia la piscina del hotel, intentando parecer calmada, no quería que él se diese cuenta de que estaba histérica de tenerle tan cerca.Tengo que ir a hablar con Charles esta tarde – aseguró re
Cuando desperté a la mañana siguiente, Rashid estaba allí, durmiendo plácidamente, como si nada. No le había escuchado llegar, así que no os puedo decir a la hora que llegó, pero sí sabía que me acosté a las tres y él no había llegado aún.Me metí en la ducha, ya que me sentía asqueada pues el día anterior no me había duchado en condiciones. Así que lo hice en ese instante.Cuando salí del baño, entre toalla y albornoz, él estaba allí, mirando hacia mí, desde la cama, con una amplia sonrisa en el rostro.Cogí un vestido y unas bragas, y me dispuse a entrar en el baño, sin tan siquiera mirarle, pero él me detuvo.Puedes cambiarte aquí – comenzó, poniéndose en pie de un salto, con la camisa entre abierta y sin pantalon
Me gustaría poder deciros que no volví a acostarme con él después de ese día, que quedé tan sumamente decepcionada que le repudié y le alejé de mi vida para siempre, que volví a casa ese mismo día, que … pero, os estaría mintiendo.Lo cierto es que, durante nuestra última semana en aquel lugar, no dejamos de acostarnos. Y se sentía extraño después de hacerlo, su forma de actuar conmigo, como si sólo fuese un objeto con el que saciarse para él, me mataba por dentro. Saber que me estaba usando a mí y a todas las mujeres que le rodeaban, me hacía terriblemente daño, a mi mente, pues mi cuerpo seguía disfrutando de su compañía, como bien os digo.Amir me llamó esa mañana, un día antes de marcharnos de ese lugar, para decirme las muchas ganas que tenía de verme, y dar
Rashid estuvo ausente durante toda la noche, Charles le acaparó durante un buen rato, y luego le tocó el turno a una de esas chicas que había conocido el primer día.Así que me aburrí bastante, me llevé todo el tiempo en las tumbonas, junto a la piscina, bebiendo ron, mientras observaba la fiesta de reojo, al mismo tiempo que veía fotos de mi precioso hijo Amir.Me levanté de un salto, y caminé hacia la barandilla de aquel ático de lujo, admirando maravillada las espléndidas vistas, sintiendo como la tenue brisa marina acariciaba mi rostro.Hace una noche algo fresca – aseguró una voz varonil a mis espaldas, provocando que ladease un poco la cabeza para observar a aquel tipo llegar hasta la barandilla, posar sus manos sobre la zona metalizada y perder su vista en el oscuro horizonte, en el que no se podía vislumbrar apenas nad
Estábamos en su hotel, no lejos de dónde se hallaba el mío, en su habitación de hotel, sentados en la cama, mientras le curaba la herida de la mano, provocada por el puñetazo que le había pegado a Rashid.No debiste pegarle – le dije, sin mirarle aún, poniendo un poco de yodo con un algodón sobre su herida – no quiero que tengas problemas con Charles por mi culpa.No te preocupes – me calmó – Charles sabe que yo no soy así, nos conocemos desde hace mucho.De verdad – comencé de nuevo – siento muchísimo que hayas tenido que …Aurora – me cortó – eres lo mejor que me ha pasado en este viaje.Esto ya está – le dije, intentando no prestar atención a
¿y por qué piensas que voy a creerte? – Pregunté, enfadada – tan sólo eres alguien contratado por mi exmarido para alejarme de Rashid.Puede que sea cierto, pero, ¿es que acaso Rashid no te ha demostrado ya la clase de gusano asqueroso que es? Tan sólo quería acostarse contigo, Aurora, tan sólo… - le pegué una cachetada antes de que me hubiese lastimado un poco más – tan sólo es un embustero asqueroso, Aurora.¿y tú? – pregunté dolida, cansada de aquella conversación - ¿qué eres tú? Acercándote a mí, ganándote mi confianza … ¿qué es lo que querías conseguir tú? – proseguía, con lágrimas en los ojos - ¿cómo se ha atrevido el estúpido
Capítulo 36.Amir estaba sentado junto a mí, en el sofá del salón, mirando con recelo hacia el intruso, mientras su padre me explicaba lo que había sucedido en la plaza, el malentendido y cómo su hermanita y él se habían marchado a casa de la vecina.Bueno – comenzó Omi, poniéndose en pie de un salto, provocando que Ali y yo también lo hiciéramos – será mejor que me vaya.¿Vuelves a Miami? – pregunté, haciendo que todos mirasen hacia mí, por la forma en la que lo dije, pues parecía que sabía más de él de lo que se veía a simple vista.No, me voy a quedar en Granada unos días – aseguró, para luego estrechar la mano de mi exmarido, que lo miraba con cara de malas pulgas, mirar hacia mí y desap
Capítulo 38.Fatima se quedó en mi habitación y me obligó a ir a la suya para que hablase con Alî, para que le convenciese de que le diese el divorcio, de que la dejase libre para rehacer su vida, aunque una parte de mí no quería hacerlo, una parte de mí estaba aterrada por volver a confiar en él.Ali no me había traicionado como tantas noches pensé, como tantos años odié, él… en realidad, seguía amándome. Eso creó un pequeño atisbo de esperanza en mi interior, y tan pronto como llamé a la puerta y observé como él, con la parte de arriba desnuda, me abría la puerta, sorprendido por encontrarme allí.Aurora – reconoció, aún algo sorprendido de verme allí, sin poder creer lo que veían sus ojos – pensé que no querías volver a