Amir jugaba al fútbol junto a sus tíos, Rashid y Ali, mientras Zuleima y yo pelábamos las habas para hacer la comida.
Estaba sentada sobre una silla, junto a la puerta de la casa de la abuela de Amir, mientras ellos jugaban frente a nosotras, en medio de la calle.
Por supuesto que no seguí el consejo de Rashid sobre comprobar si aún amaba a Ali, yo sabía perfectamente que era así, que le amaba, pero eso no arreglaría nada. Al llegar a mi habitación aquella noche, Ali ya no se encontraba allí, y yo me fui a la cama entonces.A la mañana siguiente, me despedí de la familia y de mi hijo, para luego emprender el viaje en el turismo de Rashid.Al llegar a Gibraltar, nos hospedamos en el mismo hotel en el que él solía quedarse, todos parecían conocerlo, y me hicieron sentir fuera de lugar desde el momento uno.Debes darte prisa – me decía él, mientras me ponía los pendientes con forma de estrella, al mismo tiempo que él se anudaba los zapatos – el coche vendrá a recogernos en cinco minutos.Asentí, mentalmente, intentando relajarme, ya que hac&i
Me duchó con delicadeza, como si fuese un bebé muy frágil, sin dejar de mirarme con detenimiento, sin decir ni una sola palabra, lo que empezó a hacerme sentir incómoda, y él pareció notarlo.¿Te ha gustado? – preguntó, haciéndome asentir en señal de respuesta – siento haberte manchado – se disculpó, mientras yo bajaba la cabeza, avergonzada – pero no tenía preservativo, no pensaba acostarme contigo.¿Sueles usarlo con Cinthya? – pregunté, algo avergonzada con todo aquello. Sonrió ante aquella pregunta, divertido, para luego negar con la cabeza.Cinthya no es alguien que deba preocuparte – aseguró, mientras apagaba la ducha y ponía una toalla sobre mis hombros - ¿Quieres repetir? – preguntó, acari
Cuando desperté a la mañana siguiente, él se estaba duchando, así que me vestí y bajé a desayunar, quería borrar de mi mente todo lo que había pasado la noche anterior entre él y yo.Odiaba haber bebido, haberme dejado llevar por aquel deseo primario, y a causa de ello, me había acostado con aquel que había considerado como un hermano para mí.Las cosas no volverían a ser las mismas, no después de aquello.Él bajó a desayunar, casi quince minutos después que yo, hizo algunas llamadas telefónicas, envío algunos emails, y se tomó su café, mientras yo miraba hacia la piscina del hotel, intentando parecer calmada, no quería que él se diese cuenta de que estaba histérica de tenerle tan cerca.Tengo que ir a hablar con Charles esta tarde – aseguró re
Cuando desperté a la mañana siguiente, Rashid estaba allí, durmiendo plácidamente, como si nada. No le había escuchado llegar, así que no os puedo decir a la hora que llegó, pero sí sabía que me acosté a las tres y él no había llegado aún.Me metí en la ducha, ya que me sentía asqueada pues el día anterior no me había duchado en condiciones. Así que lo hice en ese instante.Cuando salí del baño, entre toalla y albornoz, él estaba allí, mirando hacia mí, desde la cama, con una amplia sonrisa en el rostro.Cogí un vestido y unas bragas, y me dispuse a entrar en el baño, sin tan siquiera mirarle, pero él me detuvo.Puedes cambiarte aquí – comenzó, poniéndose en pie de un salto, con la camisa entre abierta y sin pantalon
Me gustaría poder deciros que no volví a acostarme con él después de ese día, que quedé tan sumamente decepcionada que le repudié y le alejé de mi vida para siempre, que volví a casa ese mismo día, que … pero, os estaría mintiendo.Lo cierto es que, durante nuestra última semana en aquel lugar, no dejamos de acostarnos. Y se sentía extraño después de hacerlo, su forma de actuar conmigo, como si sólo fuese un objeto con el que saciarse para él, me mataba por dentro. Saber que me estaba usando a mí y a todas las mujeres que le rodeaban, me hacía terriblemente daño, a mi mente, pues mi cuerpo seguía disfrutando de su compañía, como bien os digo.Amir me llamó esa mañana, un día antes de marcharnos de ese lugar, para decirme las muchas ganas que tenía de verme, y dar
Rashid estuvo ausente durante toda la noche, Charles le acaparó durante un buen rato, y luego le tocó el turno a una de esas chicas que había conocido el primer día.Así que me aburrí bastante, me llevé todo el tiempo en las tumbonas, junto a la piscina, bebiendo ron, mientras observaba la fiesta de reojo, al mismo tiempo que veía fotos de mi precioso hijo Amir.Me levanté de un salto, y caminé hacia la barandilla de aquel ático de lujo, admirando maravillada las espléndidas vistas, sintiendo como la tenue brisa marina acariciaba mi rostro.Hace una noche algo fresca – aseguró una voz varonil a mis espaldas, provocando que ladease un poco la cabeza para observar a aquel tipo llegar hasta la barandilla, posar sus manos sobre la zona metalizada y perder su vista en el oscuro horizonte, en el que no se podía vislumbrar apenas nad
Estábamos en su hotel, no lejos de dónde se hallaba el mío, en su habitación de hotel, sentados en la cama, mientras le curaba la herida de la mano, provocada por el puñetazo que le había pegado a Rashid.No debiste pegarle – le dije, sin mirarle aún, poniendo un poco de yodo con un algodón sobre su herida – no quiero que tengas problemas con Charles por mi culpa.No te preocupes – me calmó – Charles sabe que yo no soy así, nos conocemos desde hace mucho.De verdad – comencé de nuevo – siento muchísimo que hayas tenido que …Aurora – me cortó – eres lo mejor que me ha pasado en este viaje.Esto ya está – le dije, intentando no prestar atención a
¿y por qué piensas que voy a creerte? – Pregunté, enfadada – tan sólo eres alguien contratado por mi exmarido para alejarme de Rashid.Puede que sea cierto, pero, ¿es que acaso Rashid no te ha demostrado ya la clase de gusano asqueroso que es? Tan sólo quería acostarse contigo, Aurora, tan sólo… - le pegué una cachetada antes de que me hubiese lastimado un poco más – tan sólo es un embustero asqueroso, Aurora.¿y tú? – pregunté dolida, cansada de aquella conversación - ¿qué eres tú? Acercándote a mí, ganándote mi confianza … ¿qué es lo que querías conseguir tú? – proseguía, con lágrimas en los ojos - ¿cómo se ha atrevido el estúpido